El 70% de los pensionistas españoles cuenta únicamente con su pensión pública como fuente de ingresos. Esta es una de las principales conclusiones que se extraen de La revolución de la longevidad y su influencia en las necesidades de financiación de los mayores, un estudio galardonado con el XI Premio Edad&Vida y realizado por expertos de las universidades de Valencia, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Este exhaustivo análisis, presentado por la Fundación Edad&Vida junto a VidaCaixa y Obra Social “la Caixa”, aporta nuevos e interesantes datos acerca de la jubilación y las pensiones, tales como que uno de cada tres pensionistas tiene ingresos adicionales a la pensión pública (30%) que provienen de planes de pensiones y seguros (22%), productos financieros (29%) y alquileres (13%), o que el 45% de los mayores de 65 años asegura que tiene dificultades para llegar a fin de mes.
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Los autores del estudio señalan que “la revalorización anual de las pensiones será inferior al crecimiento de los precios, derivando en una importante pérdida de poder adquisitivo para los pensionistas en sus últimos años de vida”. En este sentido, en el capítulo de los ingresos, el informe establece diferentes perfiles y determina que un 67% de los jubilados hoy cuenta con ingresos inferiores a los 1.250 euros mensuales, un 57% ingresa menos de 1.000 euros al mes y un 38% vive cada mes con unos ingresos que no llegan a los 750 euros. Únicamente un 6% de los encuestados afirma ganar más de 2.000 euros mensuales.
Por otro lado, el informe señala que el gasto medio de los jubilados asciende a 953 euros al mes, siendo vivienda (luz, gas, agua, etcétera) y alimentación los capítulos en los que más dinero se va mensualmente (31% y 35% respectivamente). Uno de los datos que revela el informe y que se destaca en el estudio indica que un 38% de los mayores deben prestar ayuda económica a sus familiares (51 euros de media mensual).
El ahorro es una de las principales preocupaciones de los mayores. Según se desprende del informe, un 22% prevé que su patrimonio no será suficiente para cubrir sus necesidades de futuro. Por esta razón, la mayoría de los jubilados consultados (56%) prefiere ahorrar por si surgen imprevistos. Por otro lado, cómo dejar la herencia a la familia es otro de los puntos que más inquieta tras el retiro de la vida profesional. La inmensa mayoría de los preguntados (91%) cuenta con una vivienda en propiedad pero, por el contrario, asegura que no dispone de otros ahorros para legar a sus sucesores.
Asimismo, el informe ganador del premio que otorga la Fundación Edad&Vida ha creado un simulador que permite determinar, en función de los gastos e ingresos de una persona, su situación económica cuando se jubile. Para ello ponen diferentes ejemplos para proporcionar pistas por si se deben tomar decisiones en relación a la estrategia a seguir en cuanto al ahorro para la jubilación.
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El primero, Carlos, de 27 años de edad y con unos ingresos de 20.000 euros brutos anuales, pede saber, a tenor de los datos que facilita el simulador, que cuando se jubile a los 67 años cobrará una pensión pública de 1.456 euros al mes. Los cálculos de la herramienta muestran que su pensión pública únicamente cubrirá sus necesidades en los dos años siguientes a su jubilación.
Otro ejemplo, Julia, de 40 años de edad, 2 hijos y con unos ingresos anuales de 30.000 euros brutos, si se jubila a los 67 años tendrá una pensión pública de 1.808 euros al mes. Julia podrá hacer frente a sus necesidades económicas solo hasta los 78 años. “A partir de entonces, si desea mantener su nivel de vida, sus gastos superarán a sus ingresos”, indica el informe.
Dados los datos que se presentan en dicho informe, la Fundación Edad&Vida defiende la necesidad de generar “una sólida cultura del ahorro y la previsión entre los ciudadanos que les permita complementar la pensión pública y hacer frente a sus necesidades económicas en la etapa de jubilación, asegurando con todo ello su bienestar”. Es por ello que recomiendan “fomentar la educación financiera y la cultura del ahorro entre los ciudadanos”, “desarrollar herramientas para planificar el ahorro necesario durante la vida activa” o “favorecer con incentivos fiscales la previsión y el ahorro voluntario finalista a largo plazo”, entre otros aspectos.