La pensión media de los trabajadores autónomos supera por muy poco los 700 euros. Es una cantidad baja que, además, dista mucho de la de los jubilados por el régimen general. La diferencia puede superar los 6.300 euros anuales, según cálculos de las organizaciones que les defienden. De ahí la necesidad de complementar con ahorro privado un sistema que no ayuda a tener solvencia en el retiro.
Cómo aumentar los ingresos en la jubilación
A la vista de la situación caben dos grandes opciones que, a la vez, son complementarias:
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Aumentar la base de cotización a la Seguridad Social.
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Abrir un plan de pensiones.
Sí, es posible meter más dinero en la hucha pública para después recibir una pensión mejor. Eso se realiza vía aumento de las cotizaciones. Hay margen:
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Casi el 90% de los autónomos cotizan por la base mínima.
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La base mínima para 2021 es de 944,40 euros.
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Esa base exige una cuota de 286,15 euros mensuales.
La base mínima se puede aumentar hasta los 4.070,10 euros mensuales. Todo depende de lo que se gane como rendimiento del trabajo como autónomo. Aunque hay que tener en cuenta la limitación de la edad: hasta los 47 años es posible elegir cualquier base comprendida entre el límite mínimo y el máximo. A partir de ahí el tope puede bajar, si se dan ciertas condiciones que fija la Seguridad Social, hasta los 1.964,70.
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Esas barreras condicionan la pensión futura. Puede ser un “quiero y no puedo”, es decir, que se den las circunstancias a partir de esa edad para aportar más a la hucha y no antes. Se trata, éste, de un caso muy concreto. Pero ampliando el foco también se está a merced de otros límites:
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Cambios legislativos. Para sostener el sistema público frente a las amenazas (como el aumento de la esperanza de vida y de la población mayor), durante la vida laboral de un autónomo se puede dar el caso de que se realicen cambios que mermen las cantidades futuras percibidas.
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El cambio de la base de cotización no es flexible. Sin embargo, se ha incorporado una mejora en 2018: se pueden realizar hasta 4 modificaciones al año.
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Revalorizaciones pequeñas. Las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) indican que en 2022 la pensión media de los autónomos será de 725 euros mensuales.
Los planes de pensiones en el caso de los trabajadores autónomos
Ahorrar, la otra gran opción.
La apertura de un plan de pensiones permite aportar un remanente mensual para disfrutarlo (con sus rendimientos correspondientes) en el futuro. Pero no es sólo eso lo que se debe tener en cuenta. Durante los años en los que se realizan aportaciones se cuenta con una serie de ventajas fiscales. Lo principal es que se pueden desgravar hasta 2.000 euros anuales en aportaciones a los planes de pensiones.
El ahorro fiscal se combina con la rentabilidad. El ahorro a largo plazo siembra la posibilidad de recoger unos buenos rendimientos en el momento de la jubilación.
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Otra diferencia respecto a la opción de aumentar la base de cotización es la flexibilidad. En el caso de los planes de pensiones es mayor: se elige la aportación a realizar sin límite, como ocurre en el sistema de cotizaciones de los autónomos. El trabajador, en este caso, goza de un mayor grado de libertad.
Esa flexibilidad también se encuentra en el tipo de inversión realizada: renta variable (con mayor riesgo pero mayor posibilidad de generar más rendimientos) o renta fija (con menor riesgo pero una generación de rendimientos más baja), o una cartera combinada…; son muchas las opciones. También es posible adaptarlas a la edad: un perfil de mayor riesgo en la juventud y una exposición más pequeña durante la madurez.
Todo ello requiere del estudio de otras variables como, por ejemplo, cuánto estamos ganando. Si la respuesta es lo suficiente como para ahorrar en planes de pensiones o aumentar las cotizaciones, conviene tenerlo en cuenta.