La pérdida de memoria suele empezar a partir de los 60-65 años. Su momento óptimo se estima que se sitúa alrededor de los 26-30 años. A los 40 años, fruto de la evolución normal del ser humano y de su inevitable pérdida de facultades, esta función ya presenta menoscabos aunque, salvo excepciones, no interfieren en el normal desarrollo de las actividades diarias.
Así lo explica la doctora Isabel Sala, neuropsicóloga en la Unidad de Memoria del Hospital de Sant Pau de Barcelona, quien detalla para VidaCaixa algunas estrategias para llevar al gimnasio a nuestro cerebro y cuidar la memoria. Aquí siete claves:
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1. Creación de una imagen. Una de las estrategias para ejercitar la memoria es la de visualizar aquello que queremos recordar dentro de una misma imagen. Se trata de crear algo parecido a una postal mental en la que se incluyan todos los elementos que se requiere recordar. Por ejemplo, si queremos memorizar una lista con los ítems “árbol”, “agua”, “camisa”, uno puede crear la imagen de una persona en el mar con un árbol detrás.
2. Organización de la información por categorías: El ejemplo clásico en este apartado nos remite a la lista del supermercado. En el caso de verse en la obligación de recordar diversos productos conviene dividirlos en categorías: cocina, baño, frutas… Como si se tratara de los pasillos del ultramarinos.
3. El acrónimo. En el caso de tener que recordar diversos productos, otra manera de ejercitar la memoria es la de crear un acrónimo con las iniciales de los ítems que deseamos recordar. Así, si en nuestra lista hay “anacardos”, “manzanas” y “ostras”, AMO será la palabra que debemos recordar. El problema con esta técnica, claro está, reside en olvidar la palabra creada.
4. La repetición. Es una de las estrategias más antiguas. Consiste en repetir todo aquello que queremos memorizar hasta que quede grabado en nuestro cerebro. Es como estudiarse la lista de los reyes Godos. El peligro es que si no se utiliza lo memorizado, como muchos saben, termina olvidándose.
5. La ayuda externa. Muchas personas, según explica la experta, lo que realizan para ejercitar su memoria es una integración de todos los puntos anteriores combinados, a los que añaden la “ayuda externa”, que puede consistir en cambiarse el reloj de muñeca, por ejemplo.
6. La dieta. Existen estudios que señalan que la dieta mediterránea es la mejor de las dietas posibles y que el aceite de oliva, los frutos secos o el omega 3 del pescado pueden ayudar a mejorar la cognición. Para cuidar el cerebro se recomienda una dieta baja en grasas y rica en frutas y verduras, sin abusar de las grasas.
7. Nuevas tecnologías. Muchos en su día a día deben utilizarlas por razones profesionales o simplemente para socializar y éstas perjudican a la memoria clásica, por así decirlo, pero benefician las funciones ejecutivas del cerebro: planificación, razonamiento, flexibilidad cognitiva, rapidez mental, atención… Todo ello ayuda a ejercitar otras áreas del cerebro. Es otro tipo de gimnasia, por así decirlo.