Todos sabemos que España es uno de los países que produce frutas y hortalizas como las naranjas, las fresas, los melones, las alcachofas o los calabacines. Pero lo que pocos conocen es que, en poco tiempo, España se ha convertido en el único país europeo productor y exportador de aguacates. La producción de esta exótica fruta se concentra en la zona subtropical de Andalucía, concretamente en las costas de Málaga y Granada, donde cada año se producen más de 35.000 toneladas de aguacates, facturando casi 150 millones de euros. Del medio millón de toneladas de aguacates que se consumen en Europa al año, cerca de un 10% son españolas.
En los últimos años el aguacate se ha convertido en uno de los productos de moda, principalmente gracias a Instagram. Hay casi diez millones de publicaciones en esta red social con el hashtag #avocado (‘aguacate’ en inglés), que demuestran que la fiebre por el aguacate ya se ha establecido como una de las modas sanas del momento. Y es una moda buena porque el aguacate contiene proteínas, hidratos de carbono, lípidos, fibra, calcio, hierro, zinc, potasio… y reúne la vitamina A del tomate, la C de la naranja, el calcio del yogur, el ácido oleico del aceite de oliva y el ácido fólico de las espinacas.
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Los aguacates españoles tienen precios que oscilan entre los 1,55 € y los 2,20 € el kilo para el aguacate de piel verde y entre 2,60 € y 3,20 € el kilo para el aguacate Hass de piel negra. Teniendo en cuenta que la recogida en España tiene lugar entre los meses de noviembre y mayo, es durante este período de tiempo hasta las primeras semanas de verano cuando podemos disfrutar de nuestro aguacate patrio.
El aguacate español aporta una gran calidad principalmente gracias a la cercanía de la zona productora a los mercados, que permite cosechar la fruta en su punto óptimo, a diferencia de los aguacates importados de territorios muy lejanos como Chile, México o Perú, que son transportados en su mayoría por vía marítima, razón por la cual son recolectados entre tres y cuatro semanas antes de que lleguen al comprador y consumidor final.
Consumiendo aguacates de proximidad no solo apoyamos la economía y producción local, sino que también logramos un menor impacto medioambiental en el transporte de mercancías, así como menos residuos, ya que la distancia que tienen que recorrer es mucho menor. Por otro lado, nos aseguramos de que no tengan aditivos. Es importante saber que la producción de aguacates en España alcanza su punto álgido en los meses de invierno y primavera y que es en estos meses cuando debemos buscar este producto en nuestras tiendas habituales.
El aguacate es uno de mis ingredientes favoritos tanto para recetas saladas (ensaladas, hummus o tartares) como dulces (una de mis recetas favoritas es la tarta de queso de aguacate), o simplemente en una tostada como sustitutivo de la mantequilla. Creo que es un ingrediente que tiene infinitas posibilidades y que a la fiebre del aguacate aún le queda mucho tiempo.