El profesor estadounidense James W. Vaupel es científico de la demografía, máximo experto en envejecimiento, biodemografía, y demografía formal, y padre de la teoría de la plasticidad en la longevidad. Es el director fundador del del Instituto Max Planck de Investigación Demográfica de Rostock, en Alemania.
Sus investigaciones han dado la vuelta al mundo, han generado numerosos debates y han logrado cambiar la percepción que se tiene sobre el envejecimiento. En esta entrevista con el blog de VidaCaixa, Vaupel explica algunos de los hitos de su investigación y de las consecuencias que una sociedad más envejecida puede acarrear a las sociedades desarrolladas.
¿Llegaremos a ser los seres humanos inmortales en algún momento?
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Dudo que los humanos sean inmortales alguna vez, pero quién sabe. No hay evidencia científica que fije un límite a la duración de vida de los seres humanos en el futuro. Nadie ha vivido nunca más de 122,45 años, al menos nadie del que exista documentación consistente. Jeanne Calment vivió 122,45 año en Arles, Francia. Murió en 1997.
¿Qué implicación tiene en la sociedad que la esperanza de vida aumente tres meses por año?
En mi opinión creo que la pregunta clave para hacerse es saber cuán saludables serán las personas en edades avanzadas. La evidencia sugiere que a medida que vivimos más tiempo vivimos de un modo más saludable. De hecho, es muy complicado vivir más tiempo sin vivir de una manera más saludable. Las evidencias científicas sugieren que lo que se conoce como «edad avanzada», es decir, cuando las personas sufren deterioro cognitivo y necesitan ayuda en sus actividades diarias, se está posponiendo dos o tres años por década, que es lo lo que aumenta la esperanza de vida. Así que la gente de 100 años dentro de un siglo podría ser tan saludable como la gente de 70 o 80 en la actualidad.
¿Podríamos centrar en la prosperidad y la medicina las claves del aumento de la esperanza de vida que revela en su investigación?
Nuestra investigación sugiere que estos dos factores, prosperidad económica y avances en la medicina, son aproximadamente de la misma importancia para el aumento de la esperanza de vida. A todo ello hay que añadir que están relacionados: una sociedad más próspera puede permitirse mejor medicina.
Usted dice que las futuras generaciones tendrán un horario de trabajo de menos horas y más tiempo para estar con la familia. ¿Por qué?
Como vivimos de un modo más saludable podemos trabajar a edades más avanzadas. Si trabajamos más años a lo largo de nuestras vidas entonces podemos darnos el lujo de trabajar menos horas por semana por lo que, si queremos, podremos poner más cantidad de horas sobre nuestras vidas.
¿En qué sentido deben cambiar los sistemas de pensiones en los países desarrollados si están cada vez más envejecidos?
Eso es algo que deben responder los propios estados, aunque hay estudios que señalan que los cambios en la esperanza de vida transformarán por completo los actuales sistemas de pensiones de los países desarrollados. Por otro lado, lo que sí está claro es que a medida que las personas viven más tiempo y de manera saludable, pueden y deben trabajar hasta edades más avanzadas. Si lo hacen, entonces todo el mundo, incluyendo ellos y las personas más jóvenes, podrán trabajar menos horas por semana.