Es un hecho que millones de personas alrededor del mundo recurren al táper para comer en el trabajo. La idea de almorzar en la oficina muchas veces se asocia a hacerlo de forma rápida, poco sana y monótona, pero no es así: se puede comer de manera saludable, económica y creativa.
Los expertos coinciden en que “la clave para comer sano en el trabajo pasa por evitar el consumo excesivo de platos precocinados y preparar tu propia comida”, explica la nutricionista Rosa Maria Bellfill, quien añade: “La mejor opción y más saludable es recurrir a alimentos básicos como el arroz, la pasta, las verduras y las frutas. Se conservan mejor y no sufren demasiado a causa de los cambios de temperatura”.
En este sentido, vale la pena tener en cuenta que no todos los alimentos son idóneos porque con el uso del microondas cambiarán sus características. Los rebozados u otro tipo de guarniciones que necesiten estar crujientes al comer no son los más recomendados, así como tampoco las salsas y cocciones pesadas.
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¿Cuáles son los platos estrella? Las ensaladas (siempre con el aliño separado), sopas o cremas (transportadas en frascos con cierre hermético) semillas, legumbres y cereales integrales son los mejores manjares para la comida en táper. En todo caso, no hay que olvidar apostar por platos coloridos (con variedad de nutrientes) e incluir proteínas y fibra.
“Un ejemplo de plato excelente sería ensalada de pasta integral con huevo duro bien cortado, lechuga y germinados. Todo aliñado con aceite, sal y pimienta. ¿Y de postre? Piña”, recomienda Bellfill. Es decir, nuestro táper debe contener los tres macronutrientes: lípidos, glúcidos o carbohidratos y proteínas.
Ya sabemos qué debe contener, pero también debemos de tener en cuenta el antes y el después de su uso. Para empezar, la cadena de refrigeración no debe romperse. Al llegar al lugar de trabajo, es necesario poder guardar los alimentos en el frigorífico para mantener la temperatura necesaria y evitar que se pierdan las propiedades. También es importante el material con qué está hecho el recipiente. Los expertos recomiendan el vidrio frente al plástico porque son más saludables (los de PVC pueden desprender partículas perjudiciales), no cambian el sabor de los alimentos y son más duraderos.
Y al acabar de comer ¿cómo lavarlo? Pues del mismo modo que se haría con cualquier plato u olla: con agua y detergente para vajillas. Eso sí, no hay que olvidar hacerlo justo después de su uso para gastar menos agua y jabón (se elimina con más facilidad la grasa).
Del mismo modo, vale la pena pensar con antelación en un menú semanal para ahorrar tiempo y dinero y preparar platos más sanos. Además, optar por cocinar un día para toda la semana o hacer un par de raciones cada vez que se prepare la comida es posible gracias a que la mayoría de alimentos permiten la congelación sin perder ninguna de sus cualidades de sabor y aportación.
Comer fuera de casa puede ser una pieza clave para ayudarte a comer sano y barato. Cuidar la alimentación y no olvidar el ejercicio físico nos ayudará a envejecer de la mejor forma posible. Es muy fácil, con planificación y consejos como estos cuidar la dieta está al alcance de cualquiera.