Año tras año aumenta de manera progresiva el número de personas que pasan por el altar después de los sesenta años. Según el INE, en los últimos diez años se ha multiplicado por dos el número de bodas en parejas que superan esta edad. ¿Cuál es la razón de este incremento? Puede que la compañía y el cuidar uno del otro que aporta el matrimonio, sobre todo a partir de los 40 tal y como apuntó un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona, sean algunas de las razones.
En este sentido, el Dr. Luis Rojas Marcos, psiquiatra y miembro de la Academia de Medicina de Nueva York, apuntó que es fundamental cultivar el afecto y la relación con los demás a lo largo de toda la vida si queremos mantener vínculos duraderos que nos garanticen un futuro feliz. Así pues, los datos demuestran la importancia de vivir en compañía durante la etapa de la madurez.
Al igual que ocurre en otros aspectos de la vida, la relación en pareja cambia y se transforma a lo largo de la vida de cada uno. Hay momentos muy gratificantes y otros que suponen un riesgo para la estabilidad del matrimonio, como podría ser el nacimiento de un hijo, ya que hay que reajustar la vida y compartir el tiempo disponible con una tercera persona.
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Los años siguen pasando y los hijos se emancipan económicamente y ya no requieren tanta atención. Es en este momento en el que se produce un reencuentro de la pareja en el que, al contar con más tiempo libre, se puede disfrutar de las aficiones comunes. “Llegados a la jubilación las relaciones interpersonales suelen cambiar. Los hábitos son distintos, se pierden los objetivos que teníais en común y es el momento de buscar nuevos retos juntos”, explican Mariló Miranda y Antonio Termes, coaches de parejas matrimoniales en Acció Coaching.
La clave para adaptarse lo mejor posible a esta nueva etapa vital radica en que la relación se haya ido cuidando desde el principio. No basta con preocuparse por el otro cuando lleguemos a este punto. Así, el enamoramiento se transforma en cariño y apoyo, el cuidado mutuo es más esmerado, las discrepancias se aceptan mucho mejor y la sensación de confianza y soporte es recíproca.
Hacerse mayor en pareja tiene muchas ventajas. Os enumeramos algunas:
- En la salud y en la enfermedad: Compartir buenos momentos con tu pareja es una de las mejores vivencias que tendrás en esta nueva etapa. No obstante, también estaréis juntos en las malas. Los dos os apoyareis y os cuidaréis.
- Pesan más las cualidades que las carencias: Llegados a este punto pesan más las cosas buenas que te aporta tu pareja que sus defectos. Puedes ser feliz acompañado de esa persona.
- Tranquilidad: Vivir acompañado durante estos años te hace valorar los beneficios de la vida cuando no estás solo. Tener un compañero de vida te hace llegar a la madurez más tranquilo y sin la angustia de la soledad o el miedo a lo que vendrá.
- Tiempo de hacer lo que siempre quisisteis: viajar sin niños que cuidar, formarse, hacer voluntariado o apuntarse a cursos de pintura o baile pueden ser algunas de las actividades que podéis realizar juntos.
El fondo de todo esto son las relaciones humanas entre personas. Ya sea de pareja, amistades, familia… Los contactos sociales ayudan a las personas a manejar mucho mejor las dificultades y las emociones e incluso hay estudios que apuntan que aportan buena salud y prolongan la vida. Somos seres sociales y, como tales, tenemos que hacer honor a ello.