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Sin duda, y más en los últimos meses, si pensamos en futuro, pensamos en avances tecnológicos. El avance tecnológico más innovador en el que podemos pensar es el metaverso, y es que determinará la manera en la que utilicemos internet en un futuro.
El metaverso es un nuevo mundo en la era digital y las tecnologías de la información y la comunicación. Nos va a permitir, y de hecho ya nos permite, enlazar el mundo físico y el mundo virtual por medio de instrumentos digitales como las gafas de realidad virtual o de realidad aumentada. Pero, ¿qué nos depara el metaverso? ¿Cómo cambiará nuestras vidas? En este post veremos cuatro claves sobre el futuro del metaverso, ¡empezamos!
El futuro del metaverso en el ámbito profesional y académico
Una de las mayores ventajas que nos promete el futuro del metaverso es una mayor conexión entre personas y equipos. Esto inevitablemente pasa por los cambios en el ámbito laboral. Aunque ya lo experimentamos en la época de la pandemia de Covid-19, las reuniones virtuales, las clases en línea y las tutorías por videollamada serán mucho más comunes en solo unos años.
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Todas estas acciones serán mucho más inmersivas y será posible interactuar con ciertos elementos tangibles como las pizarras digitales, las presentaciones en línea…
El metaverso será una réplica del mundo real, por lo que también puede ser muy útil a la hora de formar empleados. Por ejemplo, se puede replicar el funcionamiento de una cadena de fabricación para realizar una formación de lo que luego será el trabajo en el mundo físico.
Por supuesto, la globalización tiene un muy buen aliado en el metaverso, ya que será posible reunirse e interactuar virtualmente con personas de distintos lugares del mundo.
Además, como llevamos viendo en los últimos años, el metaverso traerá nuevas profesiones relacionadas con las telecomunicaciones, el diseño o el marketing que hoy nos son completamente ajenas.
Ocio y compras
Más allá de sus usos más productivos, el metaverso pretende poner patas arriba el ocio, la cultura y las compras. Es una de las áreas de nuestro día a día que más rápido se está adaptando a la experiencia del metaverso. De hecho, el futuro del metaverso no será más que una extensión de lo que ya ocurre en redes sociales como Instagram, TikTok o YouTube e incluso videojuegos, como Fortnite (en el que ya se han realizado conciertos exclusivos para sus jugadores en los que los músicos son sustituidos por sus versiones holográficas). Y es que en un futuro, el metaverso nos permitirá asistir a conciertos sin movernos de nuestro salón gracias a las gafas de realidad virtual.
Otro de los ámbitos en los que el metaverso más rápidamente se está implantando en nuestras vidas es las compras. Ya hablamos en presente cuando decimos que podemos comprar ropa intangible para lucir en videojuegos o comprar parcelas de terrenos para construir sobre ellas o venderlas. Además, la realidad virtual del metaverso nos permite probarnos prendas de manera virtual sin salir de casa y realizar el pedido al instante.
Socialización
En este ámbito, el futuro del metaverso nos permitirá impulsar la socialización, en especial a aquellas personas que sufran soledad no deseada. También facilitará el intercambio de aprendizajes, la compañía y el entretenimiento mutuo. Aun así, los usuarios del metaverso también buscarán la conexión física y el cara a cara para equilibrar ese tiempo de socialización virtual.
Eso sí, todo esto traerá también efectos negativos si lo virtual sustituye lo presencial. La clave está en que ambos sean complementarios y que exista un equilibrio. El mundo virtual, como ya hemos podido comprobar, puede generar adicción, sobre todo en personas que están pasando por una etapa complicada y buscan evadirse, lo que puede generar ansiedad, depresión o dependencia hacia los aparatos electrónicos o el propio metaverso.
Un futuro ¿próximo?
Aunque el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, ya lo ha anunciado a bombo y platillo, todavía no vemos el futuro del metaverso como algo muy cercano. Todavía queda mucho por hacer, en especial en materia de brecha digital (desigualdad en el acceso a internet y dispositivos electrónicos), y es que los cascos y gafas de realidad virtual que permiten acceder al metaverso son todavía muy poco asequibles.
En definitiva
Aunque no lo veamos como una realidad a corto plazo, el futuro del metaverso pasará por una conexión entre el mundo físico y el mundo virtual que dará un vuelco al mundo laboral y académico, a la forma en la que nos relacionamos y en la que nos entretenemos o nos culturizamos.
La cuestión es, ¿estamos preparados para tales cambios? Solo el tiempo lo dirá, pero lo realmente importante será disociar lo real de lo digital y ser capaces de utilizar el metaverso a nuestro favor.