La economía de cualquier país puede compararse con un iceberg, por tener una parte visible y tangible, y otra que está sumergida. En esta analogía, ese trozo de iceberg oculto bajo el mar puede golpear fuertemente a la situación económica de un país. Sobre todo, porque su carácter oculto impide conocer con certeza las actividades que se desarrollan y el volumen de dinero que circula sin declarar.
Este iceberg económico se conoce como economía sumergida, una actividad que en 2022 supuso casi un 20% del PIB de España, un dato algo desconcertante si tenemos en cuenta que la media europea se sitúa en el 13%. Te contamos qué es la economía sumergida y cómo puede afectar drásticamente al funcionamiento de un país y al bienestar de sus ciudadanos.
Definición de economía sumergida
Más allá de un iceberg, podemos definir la economía sumergida como todas las actividades económicas que se llevan a cabo sin ser declaradas a la autoridad fiscal de un país, en el caso de España, a la Agencia Tributaria.
¿Quieres saber cómo afrontar la ruta de tu vida? ¡Descúbrelo!
Para la OCDE, se trata de aquellas actividades que son productivas en sentido económico y relativamente legales, pero que son ocultadas de forma deliberada a la Administración Pública.
La economía sumergida la realizan potenciales contribuyentes de un país para no pagar los impuestos relacionados con su actividad económica, de esta manera sacan mayores beneficios por no pagar impuestos, pero incurren en una ilegalidad que afecta al resto de contribuyentes.
Al ser actividades no reguladas tienen un carácter ilícito, ya que reducen, en gran medida, la recaudación tributaria a las arcas públicas. Esto supone que no se contabiliza directamente en el PIB de un país, lo que puede traducirse en grandes consecuencias para el Estado y sus ciudadanos.
¿Cómo afecta la economía sumergida?
No declarar una actividad económica puede acarrear consecuencias negativas tanto para el Estado de un país como para sus ciudadanos. Al no pagar impuestos por dicha actividad se están cometiendo diferentes fraudes fiscales, entre ellos fraude laboral.
Hace unos años, la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), llevó a cabo un estudio en que demostraba que con el paso de los años la economía sumergida española había ido aumentando considerablemente hasta un 23,7% (de 1985 a 2012). ¿Qué supone a nivel económico? Pues según Hacienda, si en esa fecha (2012) se hubiera reducido esta actividad fraudulenta en un 10%, las arcas públicas habrían incrementado en 28.000 millones de euros anuales.
Los datos actuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el panorama económico español muestran que la economía sumergida se sitúa, en 2022, en un 20% del Producto Interior Bruto del país. Un dato que supera con creces el promedio de la Unión Europea, 13%.
Que Hacienda no canalice el flujo monetario originado por estas actividades no declaradas tiene efectos adversos sobre todos los ciudadanos. Te contamos algunas de las consecuencias que tiene la economía sumergida:
- Crea competencia desleal. La economía sumergida es capaz de desbancar a las industrias legítimas que no pueden competir con los costes más bajos de estas operaciones ilegales. Esto se puede traducir en un cierre de empresas y con ello un aumento del desempleo.
- Pérdida del bienestar. Al no tributar, el Estado pierde ingresos que podrían ser utilizados para proporcionar servicios al país. Además, la calidad de estos servicios podría verse afectada.
- Genera desigualdad. Los trabajadores que ejercitan una labor bajo una economía sumergida no están incluidos en el conteo de empleo y desempleo de la fuerza laboral. Esto también implica dos problemas: dichas personas pueden estar trabajando en condiciones desfavorables (trabajo de horas descomunales, precariedad salarial, incumplimiento de la prevención de riesgos laborales, carencia de Seguridad Social, etc.) y una no cotización de la vida laboral, lo que afecta gravemente sobre sus futuras prestaciones por desempleo o pensión por jubilación.
- Dificultad para medir la actividad económica. Al tratarse de una actividad no declarada, las estadísticas oficiales no pueden recoger datos que contemplen la verdadera situación económica del país, lo que entorpece instrumentar la política económica.
Por lo tanto…
La economía sumergida tiene carácter universal, aunque con un peso diferente según el país, siendo de mayor intensidad en países de menor desarrollo económico. Por ello, ante situaciones de inestabilidad económica suele aumentar el porcentaje de actividades llevadas a cabo bajo esta “economía iceberg”, tal y como ha pasado durante la última década en nuestro país.
Se trata de una actividad ilícita que beneficia solo a unos pocos porque si tenemos en cuenta sus consecuencias sociales y económicas, supone una gran desventaja que incide directamente sobre la población menos favorecida. Como hemos visto, se trata de un fraude fiscal y laboral que afecta directamente sobre el Estado de un país e indirectamente sobre la propia calidad de vida y bienestar de los ciudadanos de este.
