Menos producto y mismo precio: cuidado con la reduflación 

Desde hace más de un año, la inflación ha ocupado un lugar importante en las redacciones de telediarios y periódicos. En términos económicos, la inflación es el proceso económico causado por el desequilibrio entre la producción y la demanda que provoca un aumento continuo de los precios y servicios así como la pérdida del valor del dinero. 

El encarecimiento de los costes de producción como la gasolina o la electricidad; la guerra en Ucrania, el coste más alto de las tasas de aduanas o la escasez de materias primas son algunas de las causas de la inflación. Pero esta no es la única tendencia que existe actualmente en cuanto a la variación de precios: en vez de acrecentar los precios, disminuyen la cantidad de producto que venden. Muchas veces hemos comprado un paquete de patatas fritas y nos hemos dado cuenta de que cada vez hay menos patatas y “más aire”. Esto se llama reduflación y la explicamos a continuación. 

¿Qué es la reduflación?

Como hemos visto, la reduflación, explicada de manera muy breve, se trata de una situación en la que las empresas mantienen el precio del producto pero disminuyen las cantidades del mismo. De manera más técnica, se entiende la reduflación como el proceso en el que las existencias o los artículos se reducen en cantidad o tamaño a la par que sus precios se mantienen constantes. Este término surgió en 2010 tras la crisis financiera de 2007/2008, apodado por la economista Philippa ‘Pippa’ Malmgren como shrinkflation. 

La aplicación de la reduflación puede darse de diferentes maneras como al reducir el peso del producto o al disminuir el tamaño del envase. Además, muchas empresas no solo han aplicado esta medida, sino que también han aumentado los precios, vendiendo menos cantidad que anteriormente por un precio más elevado. La organización Facua – Consumidores en Acción ha encontrado 12 productos de un total de 507 analizados donde se da ambas situaciones, inflación y reduflación al mismo tiempo. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), entre un 5% y un 10% de empresas han aplicado esta técnica, sobre todo en el sector alimentario. Se puede considerar que la reduflación es un aumento enmascarado de los precios. 

Una de las consecuencias más notables de la reduflación es el aumento del precio de la cesta de la compra. Últimamente se ha podido escuchar en los medios de comunicación sobre la subida del coste de la vida o del precio de la cesta de la compra. Con la reduflación puede parecer que el coste sea el mismo pero, a la hora de adquirir los alimentos, el cliente tendrá que comprar posiblemente de manera más recurrente, ya que las cantidades son menores. 

Motivos por los que se lleva a cabo esta práctica

Como hemos visto, la inflación es una de las causas por las que las empresas se ven abocadas a realizar este tipo de acciones. 

• Al haber aumentado el coste de producción de algunos productos, así como la materia prima o la falta de mano de obra, esta medida hará que los costes sean más asumibles para la empresa.

• Una gran competencia en el mercado puede llevar a las empresas a optar por la reduflación, puesto que en este sector existen una amplia variedad de productos y marcas ofreciendo cosas similares. Esta opción puede darles cierta ventaja económica respecto a sus competidores.

• Sensación de valor. Siempre se ha dicho que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”, por lo que reducir las cantidades puede dar sensación de ser de mayor calidad. 

¿Es legal la reduflación?

Esta práctica se enmarca dentro de lo legal, pero las organizaciones de consumidores lo califican como un “engaño” al público. En España es legal realizar este tipo de acciones siempre y cuando se comunique correctamente al cliente. La creadora del término, Pippa Malmgren, considera que esta práctica es cínica y deshonesta por parte de las empresas, además de considerarse poco ética. 

Aunque no se comunique el cambio, la medida sigue siendo legal porque las empresas están obligadas a poner siempre en las etiquetas la cantidad de producto que tienen, por lo que no se puede considerar fraude. Las empresas deben tener en cuenta que, una vez los clientes se den cuenta de esta acción y si la mantienen en el tiempo, la imagen de marca se podrá ver perjudicada. 

Cómo detectar la reduflación

Dado que la reducción de cantidades es cada vez más frecuente en los supermercados, os ofrecemos algunas pautas para localizar los productos afectados, puesto que es muy complicado darnos cuenta a primera vista.

• Comprobar el peso neto y el precio por kilo. Muchas veces nos fijamos en estos detalles a la hora de comprar carne, por ejemplo, para saber si es mejor coger la pieza entera o fileteada; o con la fruta, por si sale más barato comprar una bolsa de un kilo o solo las piezas que necesitamos. Si hacemos memoria de una vez a otra sobre el precio del kilo o del peso neto, podemos comparar y averiguar si las empresas están aplicando la reduflación. 

• Fijarse en los envases. Esto es un detalle que puede pasar muy desapercibido a la hora de comprar, pero una vez en casa podemos comparar con el envase anterior del mismo producto si aún lo tenemos en casa. La gran mayoría de veces se disminuye unos pocos centímetros de ancho o de alto, que pasan inadvertidos pero que reducen las cantidades considerablemente.

• No asumir que todas las promociones ofrecidas son las mejores. Muchas veces nos dejamos llevar por ofertas “falsas”, packs familiares, etc. Sin embargo, muchas veces no suponen un verdadero ahorro, sino una forma llamativa de lograr que los clientes compren una mayor cantidad. 

• Buscar alternativas. Si nos hemos dado cuenta de que las empresas están haciendo reduflación, siempre podemos optar por probar un producto similar de otra marca que mantenga un precio y unas cantidades asumibles para el bolsillo del consumidor. 

No confundirla con la deflación

Como has podido comprobar en este post, el término reduflación no es tan conocido como puede serlo la deflación. La deflación significa lo contrario a la inflación, es decir, es la situación que se da cuando hay un exceso de oferta que puede provocar una caída generalizada de los precios. 

En conclusión, tal y como hemos explicado, la reduflación es la práctica que llevan a cabo muchas empresas, sobre todo en situaciones donde hay una alta inflación económica, en la que reducen las cantidades del producto pero mantienen el precio. La intención de esto es seguir obteniendo un margen de ganancias similar a escenarios en los que la inflación no es tan alta.