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La actitud y el punto de vista que tenemos ante cualquier situación es fundamental para gestionar cualquier circunstancia, ya sea algo que ocurre en nuestra vida de manera debido a factores externos, o el propio hecho del paso de los años. En alguna ocasión habremos escuchado a nuestros abuelos, familiares o amigos decir “no quiero envejecer”, y nos ha parecido lo más normal del mundo. ¿Acaso alguien quiere ver cómo pasan los años y se agota su tiempo?
En una sociedad donde se rinde culto a la juventud eterna y a la belleza, muchas personas buscan de manera desesperada la forma de evitar el envejecimiento. Para ello se someten a tratamientos, cremas e incluso cirugías. Como hemos visto en otros artículos, esto puede desencadenar en trastornos como la midorexia o la gerascofobia. Sin embargo, envejecer es algo que se escapa de nuestras manos y preocuparnos en exceso por ello solo va a traer que nos comamos más la cabeza de lo que deberíamos.
El edadismo, una manera de marginación
Existe una forma de discriminación social que afecta a las personas mayores llamada “edadismo” y que se relaciona con los prejuicios y los estereotipos que hay sobre las personas de la tercera edad.
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El edadismo se puede ver en la manera en la que entendemos la vejez y cómo, casi siempre de manera inconsciente, aplicamos ciertos estereotipos que limitan a este grupo de personas. Algunas de las maneras que pasan más desapercibidas son:
- La manera en la que hablamos y nos dirigimos con las personas mayores.
- El tono usado en las conversaciones, muchas veces incluso infantilizado, como si se tratase de niños.
- Expresiones donde se muestra el envejecimiento como algo negativo, por ejemplo de la “no quiero hacerme viejo” o como si fuera un castigo o algo que pudiéramos decidir.
- La despersonalización de las personas al llamarlas como un grupo y no de manera individual: “los jubilados”, “los viejos”, etc.
“No quiero envejecer” y otras afirmaciones que tenemos que dejar atrás
Los estereotipos centrados en la edad no son utilizados únicamente por gente de menor edad, sino también por las personas de este grupo de edad. Cumplir años puede afectar a nivel físico y mental, nos cuesta más hacer algunas tareas que antes realizábamos sin esfuerzo alguno.
Frases como “pareces una vieja vestida así” o “me han salido canas, voy a parecer un abuelo” son maneras de tratar despectivamente a las generaciones más mayores y dan a entender que ser mayor es algo negativo que tenemos que evitar.
En la psicología se habla mucho del diálogo interno y cómo afecta a la manera en la que nos sentimos. Aprender a evitar las expresiones negativas hacia nosotros mismos sobre el envejecimiento hará que lo dejemos de ver como algo indeseable.
¿Cómo afecta el diálogo interno en la tercera edad?
La manera en la que nos hablamos a nosotros mismos es crucial para ayudar a cuidar nuestra salud mental, más de lo que nunca se ha considerado. Creer lo peor de nosotros, tener una mala autopercepción o hablarnos únicamente de manera negativa puede generarnos graves problemas de autoestima. A continuación os dejamos algunos consejos que podéis tener en cuenta para poder lograr un diálogo interno sano:
- Practicar la reflexión personal: Al ser conscientes de nuestros pensamientos y emociones, podemos reconocer cuándo estamos siendo demasiado críticos o negativos con nosotros mismos. Al identificar estos patrones de pensamiento, podemos empezar a cuestionarlos y reemplazarlos por pensamientos más positivos y constructivos.
- Aceptar el cambio y la imperfección: Reconocer que los cambios son una parte inherente de la vida y que todos tenemos imperfecciones nos ayuda a enfrentar los desafíos y dificultades con una actitud más compasiva y realista. Todo el mundo se fija más en sus propios defectos que lo que lo hace el resto de gente, por lo que dedicar mucho tiempo pensando en ellos, no servirá para nada más que para dañarnos a nosotros mismos.
- Fomentar el autocuidado: Practicar el cuidado personal y dedicar tiempo a actividades que nos brindan bienestar y relajación puede mejorar nuestra comunicación interna y, por consiguiente, fortalecer nuestra autoestima.
- Establecer metas realistas: Definir metas que nos desafíen pero que se puedan alcanzar al mismo tiempo. Tiene que ser realistas para que nos permita sentirnos competentes y capaces, lo que contribuirá al refuerzo de nuestra autoestima.
Al aplicar estas estrategias, podemos crear una actitud más positiva hacia nosotros mismos durante la tercera edad, lo cual favorece el mantenimiento de una autoestima saludable y nos permite disfrutar plenamente de esta etapa de la vida. Si mantenemos una actitud negativa constante, tendremos menos ganas de disfrutar de la vida y por lo tanto, haremos menos cosas que nos hagan sentir bien.
¿Qué tipo de diálogo interno tenemos que evitar?
Si existe un diálogo interno positivo es porque también existe uno negativo. Acostumbrarse a vivir con este tipo de conversaciones internas puede afectar a nuestra manera de ver la vida y a nuestra autoestima. Existen diferentes tipos de diálogo que debemos evitar para que no nos veamos afectados por la negatividad:
- Victimismo. En ocasiones podemos sentir que nadie nos entiende ni nos valora, que no nos gustan las cosas como están pero tampoco hacemos para cambiarlas. Nos sentimos abandonados por nuestra familia pero tampoco nos acercamos a ellos ni a nuestros amigos, por lo que la situación no cambia.
- Autoexigencia. Mantener el mismo ritmo de vida a pesar del paso de los años, exigirnos los mismos resultados y castigarnos por no lograrlos, es una manera de mantener el diálogo interno que debemos evitar. Tratarnos así hará que tengamos más estrés, lo que afectará más a nuestro día a día y conseguiremos los resultados contrarios, acelerando el envejecimiento.
- Autocrítica. Únicamente centrarnos en nuestros defectos, criticar nuestras limitaciones y no aceptar que podemos cometer errores puede llevarnos a un desgaste aún mayor al que nos corresponde por edad. Sentirnos incapaces, creer que no vamos a poder, compararnos con los demás, etc. son algunos ejemplos de diálogo autocrítico negativo.
- Catastrofismo. Creer que todo puede salir mal por el hecho de que somos mayores, pensar en la situación más catastrófica y anticiparnos a hechos que seguramente no ocurran, puede dar pie a la ansiedad.
Una pequeña reflexión para cerrar
Negarse a envejecer puede ser una lucha agotadora y contraproducente. Al obsesionarnos con la juventud y resistirnos al proceso natural del envejecimiento, sometemos a nuestro cuerpo y mente a un estrés innecesario que acelera el proceso de envejecimiento. Aprender a aceptar y valorar cada etapa de la vida nos permite vivir de manera más plena y saludable. En lugar de enfocarnos en evitar arrugas y líneas finas, debemos enfocarnos en llevar un estilo de vida saludable y encontrar la belleza en la madurez. Aceptemos y abracemos el paso del tiempo, porque es en la aceptación donde encontramos la verdadera alegría y felicidad.