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Si pensamos en la imagen de la Tierra vista desde el espacio, nos viene en mente un gran globo de color azul predominante frente a las pocas zonas verdosas y marrones, donde vivimos los seres humanos. El agua ocupa un 70% de la superficie exterior del planeta, de ahí a que muchas veces nos refiramos a este como el ‘planeta azul’. Pero, ¿sabías que a pesar de ocupar la gran parte externa del globo, casi toda el agua dulce de la que disponemos es subterránea? En este post vamos a ver qué son y cómo se forman las aguas subterráneas y la manera en que les afecta la contaminación. ¡Vamos allá!
¿Qué es el agua subterránea?
Las aguas subterráneas son los cuerpos de agua dulce que se encuentran bajo la superficie terrestre, ocupando los huecos que hay entre los granos del suelo y las rocas. Estas masas de agua se acumulan en acuíferos, es decir, en el interior de capas subterráneas de rocas permeables que pueden almacenar grandes cantidades de agua. Alrededor del 30% del agua dulce que disponemos en el mundo es agua subterránea.
Importancia de las aguas subterráneas
Las aguas subterráneas son de vital importancia por diversos motivos, y desempeñan un papel crucial en el equilibrio del medio ambiente, la sostenibilidad de los recursos hídricos y el bienestar humano. Estas son algunas de las razones por las cuales las aguas subterráneas son importantes:
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- Solo las aguas subterráneas representan hasta el 50% del agua potable del planeta. Estas aguas a menudo son más limpias y menos susceptibles a la contaminación que las fuentes de agua superficiales, lo que las hace esenciales para el suministro de agua potable
- Riego agrícola. Este es esencial para la producción de alimentos, y las aguas subterráneas a menudo se usan para este propósito. Proporcionan una fuente confiable de agua para la agricultura, lo que contribuye a la seguridad alimentaria.
- Industria y energía. Un gran número de industrias dependen de manera directa e indirecta de las aguas subterráneas en sus procesos de producción y fabricación, así como de refrigeración. Además, se utilizan en la generación de energía geotérmica, una fuente renovable de energía.
Tipos de aguas subterráneas
Las aguas subterráneas se pueden clasificar de diferentes formas según sus características. La primera división se centra en el origen de las aguas subterráneas:
- De infiltración o precipitación.
- En zonas desérticas se puede encontrar aguas de condensación, debido a la niebla nocturna, que se va filtrando hasta formar estas masas.
- Aguas juveniles (también llamadas magmáticas). Se crean tras erupciones volcánicas.
- Aguas fósiles. Las que se quedaron “encerradas” por acumulación geológica.
Existen muchas más clasificaciones, como la ubicación geográfica (continental o litoral), la calidad del agua (dulce, salina o mineral) o la temperatura. Esta clasificación permite comprender mejor la diversidad de aguas subterráneas y es útil para su gestión, conservación y uso sostenible.
Cómo se forma el agua subterránea
Quizá nos estemos preguntando cómo se forman las aguas subterráneas y la manera en la que llegan a los acuíferos. Al igual que los diferentes estados del agua, las subterráneas también forman parte del ciclo hidrológico, más conocido como Ciclo del Agua.
El origen principal de las aguas subterráneas es un proceso llamado infiltración. Cuando llueve o la nieve se derrite, el agua se infiltra a través de los poros de la tierra, llegando a los acuíferos. La cantidad de agua que se filtra y se acumula puede variar dependiendo de diferentes factores, como la precipitación o las características del suelo (permeabilidad, rasgos geológicos, etc).
Una vez se ha realizado esta filtración, el agua se puede mover lentamente a través de los poros de la roca y del sedimento subterráneo. Es frecuente que el agua fluya hacia los cuerpos de agua superficiales, es decir, a los ríos y lagos, que de esta forma se recargan y se mantienen de manera autónoma.
Contaminación y aguas subterráneas: un problema invisible
Las aguas subterráneas son vulnerables a la contaminación debido a su ubicación subterránea y a menudo se enfrentan a una serie de riesgos. Algunas de las principales fuentes de contaminación de las aguas subterráneas incluyen:
- Vertidos químicos
Los derrames de sustancias químicas tóxicas, como productos agrícolas, residuos industriales y productos químicos utilizados en el hogar, pueden infiltrarse en el suelo y alcanzar las aguas subterráneas.
- Aguas residuales
Las aguas residuales mal gestionadas, ya sea de instalaciones industriales o de los propios hogares, pueden infiltrarse en el suelo y contaminar las aguas subterráneas con contaminantes orgánicos e inorgánicos.
- Agricultura intensiva
El uso excesivo de fertilizantes y pesticidas en la agricultura puede llevar a la disolución de estos productos químicos en el suelo, lo que a su vez puede contaminar las aguas subterráneas.
Otros problemas que sufren las aguas subterráneas
Aunque la mayor preocupación que tienen los expertos sobre las aguas subterráneas es la contaminación, la sobreexplotación de los acuíferos también supone un dolor de cabeza. La extracción excesiva de las masas de agua subterránea para uso agrícola, industrial y municipal está agotando estos almacenes naturales de agua en muchas regiones. Debido a esta disminución, puede generar hundimientos de tierra o la intrusión de agua salina en los acuíferos más cercanos a las costas.
La contaminación de las aguas subterráneas puede tener consecuencias terribles para la salud humana y el medio ambiente, puesto que las aguas subterráneas tienden a ser fuentes de agua dulce y apta para beber. Reducir la contaminación del agua es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por la Organización de la Naciones Unidas (ONU). Concretamente se trata del punto número 6: Agua limpia y saneamiento, que trabaja para garantizar el acceso universal a agua potable, segura y asequible para todas las personas.
En resumen
Las aguas subterráneas son una fuente valiosa de agua dulce que se forma a través del proceso de infiltración y se encuentra oculta bajo la superficie del planeta. Sin embargo, estas aguas son vulnerables a la contaminación, lo que representa una seria amenaza para su calidad y disponibilidad. Proteger y preservar este recurso vital es crucial para garantizar un futuro sostenible para nuestro planeta y para las generaciones futuras.