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La conciencia medioambiental está cada vez más extendida con una voluntad de reducir el impacto en el planeta con prácticas empresariales y de producción más sostenibles y eficientes. La sostenibilidad no es una moda, ni una postura política o ideológica, es un compromiso y un deber tanto de las instituciones como de las compañías privadas por lograr una transición ecológica que evite nuestra huella y contaminación.
Hace décadas que el concepto de responsabilidad social corporativa se extendió a nivel mundial e incluso se integró por la Unión Europea en sus acuerdos comerciales. Se trata de un enfoque empresarial en el que las empresas ponen en práctica una gestión más sostenible de su impacto social, ambiental y ético. Se define como la contribución activa y voluntaria a la mejora social, económica y responsabilidad ambiental de las compañías para mejorar su valor añadido.
Aunque la Responsabilidad Social Corporativa se percibe como un aspecto positivo en la comunidad empresarial, en la práctica ha sido objeto de críticas, porque muchas empresas han tratado de presentar acciones éticas y responsables, para tapar otras prácticas o mejorar la imagen corporativa. Esto mismo evoluciona en el término greenwashing.
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Utilizar tácticas de marketing, publicidad o de difusión de prácticas o acciones que no son tan representativas dentro de la acción empresarial sino que pretenden dar una imagen más «verde» de la compañía. Sigue leyendo este post para saber qué es el greenwashing con algunos ejemplos y con su definición.
Greenwashing, ¿qué es y qué impacto tiene?
El fenómeno puede ser engañoso para los consumidores que buscan tomar decisiones más sostenibles o para quienes se interesan por aquellas empresas más verdes, por ello es importante que los usuarios sean conscientes de esta praxis. ¿Qué es el greenwashing y qué impacto tiene en la sociedad actual? Sobre todo afecta en la percepción y la confianza de los usuarios en las marcas y empresas sobre sus intenciones sociales y medioambientales.
La transición ecológica solo se conseguirá con entidades realmente comprometidas con el cuidado del medio ambiente, y con medidas concretas para avanzar en las renovables, la electrificación y la descarbonización de la economía.
El greenwashing es una práctica de marketing verde destinada a crear una imagen de responsabilidad ecológica que no se corresponde con la realidad. Las ONG utilizan con frecuencia el término greenwashing para denunciar a las empresas que se preocupan por el medio ambiente cuando sus actividades económicas o de producción son perjudiciales para el mismo.
Aunque muchas empresas hoy cumplen con los protocolos de sostenibilidad y preservación del medio ambiente con sus productos, ventas, publicidad y campañas de concienciación, otras solo aparentan hacerlo a través de sus redes sociales. Y es aquí donde surge la desconfianza de los usuarios y consumidores, algo que también ocurre con las instituciones.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) quiere impulsar tanto a los Gobiernos como al sector privado y empresarial a emprender este camino hacia la transición sostenible a través de prácticas ambientales. Pero no todos los actores están realmente comprometidos con ello. Algunos se delatan abiertamente, mientras otros invierten dinero y esfuerzos en parecer más sostenibles cuando no lo son. Así, acaban por hacer más ruido estos casos que quienes realmente son ejemplo de buenas prácticas.
Greenwashing significado:
Su definición o traducción del inglés es sencilla: “lavado verde” o “lavado de imagen verde” en español. Y el significado de greenwashing es prácticamente literal, es una estrategia de comunicación, marketing e incluso de mercado que usan las compañías y las instituciones para aparentar un impacto más sostenible o un compromiso con el medioambiente, cuando en realidad no lo son o no implementan medidas para mejorar.
El greenwashing es una práctica marketing engañosa a la que entidades y administraciones recurren en campañas para tratar de limpiar y mejorar su reputación, aprovechando la creciente conciencia ambiental y social de los usuarios.
Este “lavado verde” tiene su origen en la década de los 80, cuando ambientalistas empezaron a detectar prácticas comerciales y de publicidad engañosas en ciertos sectores. Sin duda, se empezó a acuñar como herencia de las denuncias del movimiento ecologista en los años sesenta y setenta. Así, el término hace décadas que se acuñó para señalar el postureo y la fachada ecológica para limpiar ciertas actividades.
Ejemplos de greenwashing:
- El uso de etiquetas vagas o engañosas: algunas empresas pueden utilizar etiquetas como «natural» o «eco-friendly» en sus productos sin proporcionar detalles específicos sobre lo que realmente significa esto o sin respaldo por parte de certificaciones oficiales.
- La publicidad engañosa: las campañas publicitarias pueden presentar una imágen verde, logos o acciones publicitarias que no tengan que ver con la actividad principal de la compañía, además de realizar afirmaciones sobre el compromiso de la empresa con el medio ambiente, pero sin evidencia sólida que respalde estas afirmaciones.
- Reducción de responsabilidad: algunas empresas pueden enfocarse en pequeñas mejoras ambientales o proyectos de caridad para desviar la atención de prácticas más cuestionables en otras áreas de su negocio.
Como se describe en estos ejemplos, las empresas utilizan incluso el etiquetado ecológico de manera engañosa, siempre para construir esa imagen sostenible y verde para vender más. El greenwashing implica una manipulación del consumidor o de los usuarios. Estas prácticas engañosas pueden desalentar la adopción de hábitos de consumo más responsables y perpetuar prácticas poco éticas.
Conclusión:
El greenwashing es una práctica preocupante en el mundo del marketing y la sostenibilidad, que puede confundir a los consumidores y socavar los esfuerzos genuinos hacia la protección del medio ambiente. Es importante que los consumidores estén alerta y sean críticos con las afirmaciones ambientales de las empresas, buscando evidencia sólida y transparente detrás de estas afirmaciones. Al promover la transparencia y la responsabilidad empresarial, podemos trabajar hacia un futuro más sostenible y genuinamente respetuoso con el medio ambiente.