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La liquidez o el dinero líquido son términos que definen la estabilidad y la capacidad financiera de una persona o empresa. De esta manera se puede conocer o analizar las posibilidades, así como el recorrido y mantener la confianza de inversores, acreedores y proveedores. También a nivel personal, es muy útil para planificar nuestra situación financiera y ser previsores frente a imprevistos. Aunque la liquidez suele emplearse en ambientes puramente económicos y financieros, puede ser muy útil para fijar nuestros horizontes para el futuro, y asegura la manera en la que podemos afrontar ciertas situaciones. En este post te contamos qué es la liquidez y por qué es tan importante.
¿Qué es la liquidez financiera?
La liquidez financiera es la facilidad con la que un activo puede convertirse en dinero. Los activos pueden ser bienes muebles o inmuebles, divisas, valores y depósitos. Y la liquidez se refiere a la capacidad de una persona o empresa para convertir activos en efectivo de manera rápida y sin pérdidas de valor. Por ejemplo, el dinero en tu cuenta de ahorro puede ser líquido si tienes la facilidad de obtenerlo de forma inmediata.
De manera más simple, la liquidez mide cómo de fácil puedes usar tus activos disponibles o tu patrimonio para cubrir obligaciones financieras, como compromisos, pagos o deudas a corto plazo. ¿Hay tipos de liquidez? Sí, hay dos tipos:
- Liquidez de mercado: la facilidad con la que un activo puede ser comprado o vendido en el mercado sin afectar su precio. Un mercado es líquido si hay suficientes compradores y vendedores dispuestos a negociar en cualquier momento.
- Liquidez de balance: en este caso es la capacidad de una empresa para cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo utilizando sus activos corrientes. Los activos corrientes incluyen efectivo, cuentas por cobrar, inventarios y otros activos que se pueden convertir en efectivo en un plazo breve.
¿Liquidez es lo mismo que solvencia?
La solvencia es la carencia de deudas, así define el término la propia Real Academia Española, es decir, se entiende como solvencia la capacidad de una persona o una empresa para cumplir con sus obligaciones y compromisos de pago a acreedores y, por supuesto, deudas, ya sean presentes o futuras. Cuanta más capacidad de pago posea más solvente será.
Este término se refiere tanto al dinero en efectivo como a cuentas corrientes, bienes inmuebles o maquinaria, es decir, ser solvente no solo hace referencia al dinero sino también al patrimonio de una persona o empresa. Así, los términos de solvencia en una empresa depende de la capacidad de generar recursos financieros suficientes, su capacidad de pagar los atrasos o pagos recurrentes, y su capacidad de generar flujos de efectivo o tienen fondos adicionales para hacer frente a sus obligaciones.
Sin embargo, la liquidez, aunque también refleja la capacidad de pago de una empresa, mide en concreto el corto plazo ya que podrá hacer frente a compromisos y pagos de manera más inmediata al contar con dinero líquido. Cuando una empresa tiene falta de liquidez, tendrá que destinar otros activos o bienes para generarlo, lo que puede resultar más costoso a la hora de asumir deudas o pagos.
Los indicadores de la liquidez
Ratio de liquidez corriente (Current Ratio): se calcula dividiendo los activos corrientes entre los pasivos corrientes. Un ratio superior a 1 indica que la empresa tiene suficientes activos corrientes para cubrir sus pasivos a corto plazo.
Ratio de liquidez corriente = activos corrientes / pasivos corrientes
Prueba ácida (Quick Ratio): similar al ratio de liquidez corriente, pero excluye los inventarios de los activos corrientes, ya que estos pueden ser más difíciles de convertir rápidamente en efectivo.
Activos corrientes − Inventarios / Pasivos corrientes
Ratio de caja (Cash Ratio): mide la capacidad de una empresa para pagar sus pasivos corrientes utilizando solo el efectivo y equivalentes de efectivo.
Ratio de caja = Efectivo y equivalentes / Pasivos corrientes
¿Por qué es tan importante la liquidez?
Como hemos mencionado, la importancia de la liquidez tanto para una persona como para una empresa es una garantía de que cuenta con suficiente dinero para afrontar gastos imprevistos o incluso para realizar inversión sin endeudarse. La liquidez sirve a nivel empresarial para atraer a inversores, conseguir financiación en proyectos o analizar la capacidad para afrontar compraventas y otras operaciones.
Pero también se puede llevar a cabo una mejora en la gestión de la liquidez a nivel personal o familiar. Es clave tener una estrategia financiera, siendo conscientes del grado de liquidez para disponer del dinero cuando lo necesitemos. Y ahí es donde radica la importancia de la liquidez.
En resumen, la liquidez financiera es crucial para la estabilidad y la operación eficiente de cualquier entidad económica, ya que asegura la capacidad de cumplir con las obligaciones financieras a corto plazo y mantener la confianza de los inversores y acreedores.
Diseñar tu planificación financiera es clave para tener claro de cuánta liquidez dispones. Si valoras tu presupuesto acorde al grado de inmediatez y llevas a cabo una gestión adecuada, tendrás más posibilidades de mantener tus niveles de liquidez.
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