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Sentir euforia cuando el mercado sube o miedo cuando baja es normal, pero puede desencadenar en una amenaza para el inversor. Tomar decisiones irracionales cuando sentimos ansiedad o alegría puede hacernos perder el foco de los objetivos estratégicos y las metas financieras de largo plazo.
Por ello, es importante evitar invertir cuando tengas un día donde esos pensamientos y emociones estén a flor de piel. Antes de tomar una decisión, deja cualquier impacto, tanto positivo como negativo, de lado. Hemos preparado una guía con los 7 pecados capitales a la hora de invertir para que puedas identificarlos y evitarlos. ¡Te lo contamos!
El primer pecado capital de las inversiones: la lujuria
Este deseo desordenado y exagerado por invertir en bolsa sin considerar la situación financiera propia puede conducir a decisiones impulsivas y con mucho riesgo. Se manifiesta en la búsqueda de satisfacción instantánea, invirtiendo en oportunidades a corto plazo sin tener en cuenta el panorama a largo plazo. Este enfoque suele resultar en pérdidas y gastos innecesarios.
En lugar de caer en esta trampa, los expertos recomiendan una estrategia de inversión más estudiada, bien adaptada al perfil y capacidad financiera de cada individuo.
La gula en las inversiones
Al igual que tu postre favorito puede causar una indigestión si se consume en exceso, una cartera de inversiones demasiado concentrada en una sola compañía o sector puede ser un riesgo. Por ello, es importante mantener una diversificación de la inversión equilibrada en la cartera de inversiones, evitando la concentración excesiva y protegiendo así contra el riesgo de la gula en las inversiones.
La envidia, la mala consejera de las inversiones
La envidia es un pecado común en el mundo de la inversión, presente no sólo entre aquellos con menos éxito, sino también entre los más exitosos y adinerados. Se manifiesta en su forma más maliciosa, conocida como «schadenfreude» en alemán, que es el placer por el infortunio ajeno. Los afectados por la envidia pasan mucho tiempo observando las carteras de acciones de sus competidores, normalmente para imitar sus éxitos.
Para combatir la envidia en la inversión, es crucial tener una referencia objetiva y no dejarse llevar por las modas, las redes sociales o las decisiones de la multitud. Sigue una estrategia sólida y racional que se adapte a tu perfil inversor, sin compararte con el resto.
La ira, otro de los pecados capitales más comunes en inversores
La ira en las inversiones puede llevarnos a eliminar acciones de nuestra cartera debido a las caídas de las cotizaciones, sin justificación objetiva. Contra la ira, es fundamental evitar tomar decisiones impulsivas motivadas por la frustración de operaciones previas. Es esencial pensar en el futuro y reconocer que los ciclos cambian, evitando aferrarse a sectores pasados de moda y comprendiendo que la resistencia al cambio puede ser perjudicial en las inversiones.
La avaricia rompe inversiones
Ya sabes lo que dicen, la avaricia rompe el saco. El ansia por conseguir algo o hacer lo mismo que hace el resto puede cegarte a conseguir un objetivo más realista y aceptable. La avaricia colectiva en el mundo de las inversiones debe ser tratada con precaución. La paciencia es clave, especialmente si tienes una sólida convicción sobre una empresa o activo.
El sexto pecado común en el mundo de la inversión: la pereza
En el mundo de la inversión, no existen fórmulas mágicas. Invertir puede parecer sencillo, pero comprender dónde pones tu dinero es clave. En estos casos, ser un poco perezoso puede llegar a ser beneficioso. La clave está en hacer un análisis exhaustivo, invertir en el lugar adecuado y luego descansar tranquilamente, confiando en nuestra decisión a largo plazo.
La soberbia, ese exceso de confianza procede la caída
El exceso de confianza lleva a errores en las inversiones, como valorar con poca información o sobrestimar predicciones. A menudo, los inversores culpan a factores externos por sus errores, en lugar de reflexionar sobre su propio exceso de confianza. Es mejor cuestionar que insistir en la certeza.
Consejos para evitar caer en los vicios capitales al invertir
Tras haber repasado los siete pecados capitales de la inversión, os contamos cuáles son los consejos infalibles para evitar las emociones a la hora de gestionar una inversión.
- Focalizate en la estrategia. Antes de empezar a invertir, establece un plan de inversión y fija objetivos a largo plazo para seguir una ruta óptima y sostenible.
- No te dejes influenciar por el entorno. Evita seguir a la multitud y no te dejes llevar por la opinión de los medios o las redes sociales. Sigue las opiniones de los inversores experimentados y busca visiones alcistas y bajistas de cada situación.
- Diversifica tu cartera. En lugar de concentrar todas tus inversiones en un solo lugar, distribuye tu capital en diferentes sectores para compensar posibles pérdidas. La posibilidad de que todo el mercado caiga siempre está, pero será más probable que algunos sectores caigan y otros no, lo que puede compensar las pérdidas.
- Adopta la estrategia de Dollar-cost averaging. Invierte periódicamente y de manera constante en el mercado, evitando invertir grandes sumas de dinero de una sola vez. Esta técnica te permite comprar más acciones cuando los precios sean más bajos.
- Cultiva la paciencia. Invertir es una carrera de resistencia, no de velocidad. Evita la tentación de ganar dinero rápidamente, ya que esto puede llevar a decisiones emocionales que se transforman en pérdidas a largo plazo. Mantén la calma y sé constante para generar beneficios sostenibles.
Recapitulando
La inversión implica renunciar a dinero presente por futuras ganancias. Sin embargo, emociones como euforia o miedo pueden distorsionar decisiones y metas financieras. Es vital evitar invertir bajo emociones extremas y reconocer los 7 pecados capitales al invertir para tomar decisiones más racionales y exitosas.
Y si estás iniciando tu trayectoria por el mundo de las inversiones, te invitamos a leer nuestro artículo sobre los conceptos básicos de las inversiones. ¡Seguro que te servirá de mucha ayuda!