La cuestión del sistema de pensiones en España ha ocupado grandes espacios en los medios de comunicación durante estos últimos días. La situación económica actual y la evolución demográfica del país hacen que se ponga entredicho la viabilidad de este sistema.
Otros países europeos, tuvieron en su día problemas similares y como consecuencia remodelaron su sistema de pensiones con un resultado favorable. Es el caso de Suecia, que según el indicador para medir la gestión del envejecimiento considerando a las personas mayores de la ONU, se sitúa a la cabeza con 89,9 puntos.
En los años 90, este país del norte de Europa, realizó una reforma radical debido a la insostenibilidad de su sistema de pensiones (situación que actualmente vive España), en la que se estableció que un 2,5% del salario fuera a parar a una hucha personal de pensiones, que se destinaría a fondos elegidos por el propio trabajador.
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Según el Global Age Watch que elabora la Organización de Naciones Unidas, entre las diferencias más acentuadas del sistema de pensiones de España frente al sistema de pensiones sueco, destaca que:
- La pensión llega a un mayor número de personas en Suecia que en España. En nuestro país la pensión cubre a un 89,9% frente al 116,1% de Suecia (el porcentaje es mayor de 100 porque la jubilación llega a personas menores de 65 años).
- Hay un mayor índice de pobreza, entre las personas mayores, en España (12,5%) que en Suecia (9,3%).
- Un 70,5% de las personas de entre 55 y 64 años, trabaja en Suecia mientras que en España, únicamente lo hace el 43,6%.
¿En qué consiste el modelo de pensiones sueco?
Se trata de un sistema de cuentas denominadas nocionales, por las que cada trabajador recibe una pensión según lo que ha cotizado (lo que ha aportado al sistema). De esta forma, dos cotizantes que aporten lo mismo aunque tengan distintas carreras laborales, tendrán la misma prestación.
El modelo sueco tiene un sistema de revalorización constante mediante el cual el incremento anual en las pensiones se establece en relación con la subida de los salarios. Los trabajadores suecos tienen una cuenta en la que se registran todas las aportaciones que hacen con un rendimiento. Esta rentabilidad está ligada a los factores de sostenibilidad: por ejemplo, en el caso de que la tasa de mortalidad creciera, la pensión será más abultada que si el factor que aumenta es el de la esperanza de vida, que reduciría la prestación. Existe un mecanismo de ajuste automático mediante el cual se calcula cuánto debe el sistema y se compara con sus activos (en caso de que esta relación sea negativa, se ajustan las pensiones inmediatamente a esta circunstancias con recortes en las prestaciones. Sin embargo, esta circunstancia sólo ha ocurrido dos veces desde 2001 y en ambos casos, el Gobierno aprobó mecanismos extraordinarios de compensación.
Además, existe un mínimo garantizado que correspondería en España a las pensiones no contributivas. Por su parte, Suecia reconoce a todos los que lleguen a la edad de jubilación (y que hayan vivido en el país durante 40 años) unos ingresos mínimos (en 2012, para un soltero o viudo, esta prestación fue de 870 €).
Otras diferencias con el sistema español
Otra de las diferencias con el sistema de pensiones español es el sistema Premium Pension Scheme, por el cual el 2,5% de los sueldos de los trabajadores suecos se destina, por norma, a fondos de pensiones privado o público. A partir de los 61 años, los trabajadores suecos pueden empezar a cobrar el dinero acumulado.
Por último, los suecos reciben a principios de año una carta con la información de cómo van sus fondos: indica por una parte, cuánto hay en su cuenta nocional y cómo va su fondo de ahorro individual.
Desde Fedea, Fundación de Estudios de Economía Aplicada, se insta a que se tomen medidas urgentes, en el corto plazo, para retrasar la entrada en pérdidas del sistema. Para ello abogan por tomar toda la vida laboral para calcular la prestación y no los últimos 15 años, como se hace en la actualidad; alargar hasta los 40 años cotizados el mínimo para cobrar la pensión completa, y prolongar la edad legal de jubilación hasta los 67 años.