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El agua es imprescindible para mantener el equilibrio de los ecosistemas y proteger la biodiversidad, además de ser esencial para el consumo humano y agrícola. Sin embargo, el planeta se enfrenta a la problemática de la escasez de agua, un desafío global donde la gestión sostenible de este recurso se vuelve fundamental para preservarlo de manera eficiente.
En la actualidad, aproximadamente el 70% del uso global de agua está vinculado a la agricultura. Sin embargo, debido a varios factores como el crecimiento demográfico, la expansión urbana y el cambio climático, la competencia por los recursos hídricos se está intensificando. Por ello, es esencial hacer un uso más eficiente del consumo de agua en la producción agraria.
En este post te contamos las claves sobre la agricultura sostenible, que se caracteriza por ser respetuosa con el medioambiente, rentable para agricultores y consumidores y, sobre todo, su papel crucial en el cuidado del planeta. En los últimos años se ha convertido en una prioridad no sólo para preservar el agua, sino también para mejorar la productividad y la sostenibilidad de la producción agrícola. ¡Empezamos!
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Gestión sostenible del agua: Preocupación por la escasez
Entendemos por gestión sostenible del agua el uso responsable de este recurso natural para satisfacer las necesidades actuales y preservar los recursos hídricos para las futuras generaciones. Una gestión eficiente implica varias actividades, como planificar y gestionar la demanda de agua, proteger su calidad, gestionar la escasez de agua y adaptarse a los cambios que está experimentando el planeta.
De hecho, uno de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU está destinado a garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, así como su saneamiento para todos. Concretamente, una de sus metas en el objetivo número seis para 2030 es “aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir considerablemente el número de personas que sufren falta de agua”.
La gran demanda de agua no para de aumentar, impactando ya no solo a la agricultura, sino también a otros sectores como la industria y sus procesos de producción y refrigeración, a la generación de energía o al turismo.
Por lo tanto, estamos ante un desafío importante que requiere una gestión sostenible y una planificación adecuada del agua para asegurar un uso eficiente y equitativo que repercuta en el beneficio y el desarrollo de todos los sectores afectados. En este sentido, la agricultura sostenible se plantea como una gran oportunidad para gestionar el uso óptimo del agua.
¿Qué es la agricultura sostenible? Un futuro para todos
La agricultura sostenible surge de la necesidad de desarrollar sistemas de producción agrícola alternativos a los tradicionales que sean acordes con las necesidades de la sociedad actual, que tengan menos impacto en el medio ambiente, y que por supuesto, sean social y económicamente aceptables.
Es decir, la palabra sostenible no sólo supone la obtención de una rentabilidad de los productos agrarios sino que además se busca reconocer los valores humanos, mantener unos precios asequibles para los consumidores y suficientes para mantener la economía del sector, así como unos alimentos de alta calidad.
Este sistema alternativo a la agricultura tradicional intenta integrar procesos más naturales en la producción y reducir los factores productivos, como fertilizantes, por otros producidos en la explotación.
Soluciones para la escasez de agua en la agricultura sostenible
Como hemos mencionado anteriormente, se destina un alto porcentaje del agua dulce del planeta al uso agrícola. Los cultivos sostenibles pretenden hacer una gestión más sostenible del agua que se utiliza. El riego es una de las actividades más demandantes de este recurso. A continuación, citamos algunas de las técnicas que pueden ayudar a aplicar un uso medido del agua en los riegos:
- El sistema de riego por goteo, donde el agua llega directamente a las raíces a través de tuberías y emisores de goteo.
- Programación del riego para ajustarlo según las necesidades de cada planta y condición climática.
- Optimización del momento del riego. Por ejemplo, aprovechando las horas del día con menos sol para evitar la evaporación del agua.
- La implementación de tecnologías de riego eficientes como boquillas de bajo caudal y sistemas de control automatizados que disminuyen las pérdidas de agua de manera considerable.
- El almacenamiento y la reutilización del agua de lluvia.
- Tratamiento de las aguas residuales para fines agronómicos.
- Nuevas tecnologías para la gestión sostenible del agua y la reducción de su consumo. Entre ellas destaca el riego con ondas electromagnéticas, los sensores de humedad del suelo o la teledetección que nos proporciona información sobre la humedad del suelo y las necesidades hídricas de los cultivos.
Recapitulando, beneficios de los cultivos sostenibles
En definitiva, la agricultura sostenible es esencial para abordar la escasez de agua ya que promueve la gestión sostenible de recursos hídricos, promueve su preservación y su uso más eficiente. Todo esto se vuelve más que imprescindible en un contexto donde la sequía es uno de los principales problemas del planeta.