Un euro es un euro. ¿Obvio? Quizá no tanto. Ese euro no fue el mismo hace 5 años que ahora, ni será el mismo dentro de 10. Lo hemos ahorrado, pero cuando decidimos gastarlo no podemos adquirir los mismos bienes. El ahorro financiero ayuda a guardar y a sacarle partido al dinero.
El ahorro
La fórmula la sabemos todos:
ahorro = ingresos – gastos
Si recibimos 100 y gastamos 90, hemos ahorrado 10. Es decir, hemos decidido posponer el gasto de una parte de los ingresos. Esa reserva, aunque no se gaste, puede tener diferentes destinos. También se puede repartir, dividirlo para meterlo en distintos cajones que representan diferentes formas de ahorrar, con sus ventajas y desventajas, con sus condiciones, con sus detalles. Como todo.
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El ahorro financiero
Imaginemos que tenemos esas 100 unidades de ingresos, que gastamos 90 y que nos sobran 10. Esta última cifra representaría el ahorro real. Ahora veamos qué hacemos con ello.
Podemos decidir que esas 10 unidades vayan a esa bonita y clásica hucha con forma de cerdito que conservamos. Pero hay más opciones: se puede introducir en el sistema bancario. Entonces estamos hablando de ahorro financiero.
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Efectivamente, el ahorro financiero tiene que ver con el remanente de los clientes, que depositan en sus bancos de confianza. Lo lógico en una economía desarrollada es que la cifra de ahorro financiero sea muy próxima a la del ahorro real. Porque el ahorro financiero abarca muchas cosas que tienen en común la intermediación de una entidad financiera.
Esas 10 unidades de las que hablábamos pueden estar en un depósito, en bonos del Estado, de empresas, títulos u otros activos financieros. Todo eso es ahorro financiero. Es una forma de intentar, además, que esas 10 unidades que hemos ahorrado tengan el mismo poder de compra en el futuro. Es decir, con el ahorro financiero intentamos guardar el remanente que no gastamos para mejorar los ingresos en el futuro, estar preparados para una eventualidad, afrontar con comodidad nuestra jubilación, o realizar un gasto para adquirir un bien que codiciamos.
El ahorro financiero bien invertido puede proporcionar un interés que ayuda a mantener el valor de lo ahorrado durante un tiempo. Ese interés suele variar en función del riesgo y del interés oficial que marcan los bancos centrales. Un riesgo bajo o nulo implica que se acerque más a este último. Un riesgo más elevado puede proporcionar mayor interés, aunque también existe el peligro de poder perder parte de lo ahorrado.
Lo que queda fuera de toda duda es que el ahorro es importante para toda familia e individuo. Decidir en qué cesta se ponen los huevos ya depende de las circunstancias. El ahorro financiero es una fórmula que abarca muchas a la vez.