Albert Vergés es el director general de la Fundación Edad&Vida, un punto de encuentro de empresas privadas, asociaciones de personas mayores e instituciones académicas con el objetivo último de contribuir con sus actividades a mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Parte activa en el debate sobre las pensiones, en esta entrevista esboza las opiniones en materia de pensiones de la fundación que dirige.
¿Cuál es su diagnóstico acerca del actual sistema de pensiones?
Es relativamente sencillo. Tenemos una población que envejece de manera muy significativa y por consiguiente tenemos a más gente mayor que tiene que cobrar su pensión. Paralelamente el número de contribuyentes por efecto solidario que iba pagando las pensiones ha pasado en 25 años de 4 personas en activo por cada pensionista a 1. El envejecimiento de la población es constante y los efectos demográficos con altísimos. Esto hace que en épocas de crisis, como ahora, se use el Fondo de Reserva de forma significativa. Estamos ante un escenario de dificultad de supervivencia de la pensión pública y hace falta un sistema complementario que la ayude para poder disfrutar de una vejez adecuada.
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El sistema que actualmente está en entredicho hubo en tiempo en el que sí funcionó. ¿Cuáles han sido los factores que lo han desestabilizado?
Funcionó por dos elementos fundamentales. Por un lado, el número de personas jubiladas era menor. Por el otro, había mucha más gente en activo. Ahora todo se ha girado como un calcetín. En la demografía actual las personas en edad avanzada actúan de forma más significativa y son superiores. Hay muy poca población joven, el concepto familia ha variado y hay muy pocas con más de dos hijos… Todo esto, junto con un sistema de crisis, elevado desempleo y menos cotizantes a la Seguridad Social genera un gran problema del que, creo, mucha gente no es consciente todavía. Además, continuamente se alarga la esperanza de vida y por lo tanto hay más apoyo que se tiene que proporcionar a las personas que están en edad pensionista. Antes el sistema estaba calculado con una supervivencia por jubilado de 10-15 años y ahora es de 25 años o más. Todo esto cronifica el problema.
¿Cómo valoran desde la Fundación Edad&Vida la reforma de las pensiones?
Es cierto que ha corregido elementos que distorsionaban más, como el IPC. Ahora está vinculado a un elemento correctivo, que es del 0,25%. Durante muchos años el efecto IPC había hecho que las pensiones no perdieran poder adquisitivo, algo que ahora no sucederá.
¿Puede explicarlo, por favor?
Este año si cogemos el periodo noviembre-noviembre, con una inflación negativa, el 0,25% ha salido bien. Uno de los grandes temas que no abordó la reforma es que no se hizo para hablar de las pensiones, para que funcionaran correctamente y fueran viables, sino cómo hacíamos viable el actual sistema de pensiones. El Gobierno debería dar más apoyo a que las familias ahorren y sean menos penalizadas. Nosotros entendemos que todo el mundo debe ser consciente de lo que gasta y lo que necesita. La Administración hace que copagues el sistema y encima te reduce la capacidad adquisitiva. Llegará un momento en el que gap será insufrible. La gente ya está dispuesta a pagar cuando tiene pero no cuando no tiene.
Por otro lado, no nos ha gustado que el Gobierno haya parado la información que debía proporcionar a los ciudadanos sobre perspectiva de pensión para mayores de 50 años en base a los escenarios actuales. Según un estudio realizado por ESADE con la colaboración de VidaCaixa, el 90% de los españoles reconoce la necesidad de ahorrar pero solo un 40% lo lleva a cabo. Sólo un 22% de la población conoce cuál será su pensión y únicamente un 20% ha calculado cuánto le quedará para poder vivir.
¿Qué recomendaciones proporcionan en esta materia desde Edad&Vida?
La gente tiene que estar informada: o hay un sistema mixto de capitalización y de redistribución o la cosa no funcionará. Un sistema público-privado en función del riesgo que se quiera asumir. En caso contrario, lamentablemente, una persona mayor no vivirá con dignidad y en este mundo, además de vivir más, debemos procurar vivir bien.
¿Somos poco previsores?
El concepto de previsión es poco aplicado en España. Lo que recomendamos es hacer aportaciones periódicas. No recomendamos que se aporte aprovechando puntas de tesorería. Los profesionales pueden ayudar, dar información. El papel de asesoramiento de las compañías es muy importante para crear un clima de confianza básico. Mucha gente continúa confiando en la Administración pública en materia de pensiones cuando es la que tiene el problema. Parece el mundo al revés. Desde la Administración debería haber marcos legales más estables. No puede ser que a mitad del camino exista una fiscalidad y después la cambien por otra. Se debería facilitar el ahorro y la recuperación.
¿Por qué?
Si ellos cierran una puerta deberían dejar otra abierta. Si lo cierras todo al final te ahogarás. Esto es lo que le sucederá al ciudadano sino le ofrecen marcos estables, información, etcétera. Si la gente sabe las previsiones de pensión que no entrega ahora el Gobierno algunas situaciones podrían resolverse si se cogen a tiempo. Cuando una persona a los 65 años se encuentra en una situación de máxima indefensión ante los recursos que le aportan tiene una capacidad de resolver su problema muy limitada. El Gobierno no ayuda a crear más ahorro. Sí que hay una nueva normativa que señala que con las rentas vitalicias tienen un tratamiento diferenciado.
¿Cómo lo hacen en otros países?
Desde la Fundación Edad&Vida hemos analizado diferentes países. Por ejemplo, Chile o EE.UU., donde todo es básicamente privado, no hay pensión pública. A nosotros el sistema que más nos gusta es el sueco y el británico. Son sistemas mixtos de pensión pública complementada con aportaciones privadas, intentando favorecer la complementariedad. En algunos países existe obligatoriedad en la parte privada. Todo esto garantiza unos fondos mínimos de contingencias de cara al futuro. Lo que llega a toda Europa en relación al envejecimiento es un tsunami. La gente piensa que nos haremos mayores y ya está. No es así. Las consecuencias de vida y económicas con muy importantes, vinculadas a la capacidad del Estado de hacer frente a todas y cada una de las necesidades de las personas mayores.
¿Está de acuerdo con que las dos únicas opciones que tiene la Administración es bajar las pensiones o subir las cotizaciones en materia de pensiones?
Los políticos con cortoplacistas. La mayoría de Gobiernos solo piensan en sus periodos electorales y algunos creo que piensan que el que venga detrás ya se lo encontrará. Es el gran problema que tenemos los ciudadanos. No tengo duda de que pensión tendremos, lo que no sé es cuánta. Vamos a pensiones que perderán poder adquisitivo, estoy convencido. El Fondo de las pensiones se acabará. En los últimos tres años hemos reducido un 30% su capacidad. Imagínese si esto continúa. Nos encontraremos con telarañas. La pregunta es “¿no es más fácil incentivar el ahorro?”. Lo que no podemos hacer es no incentivar el ahorro. Vamos a una sociedad en que los intereses de planes de pensiones y otros productos es a un interés cero, como en Japón.