“Hay un poco de locura en el baile que hace a todo el mundo mucho bien”, lo dijo el poeta y crítico de danza norteamericano Edwin Denby. Y razón no le faltaba. Seguro que habéis experimentado el placer inmenso de dejaros llevar por la música, dejando escapar la tensión y la vergüenza mientras os libráis al ritmo. Hoy, Día Internacional de la Danza, es un buen momento para recordar que esa sonrisa que se os dibuja mientras bailáis y el bienestar que sentís son la prueba irrefutable de los beneficios que tiene el baile para nuestro cuerpo y mente.
“La danza en todas sus manifestaciones aporta un doble beneficio al aficionado que la practica: cultiva el cuerpo y cultiva el espíritu», explica la maestra de danza y coreógrafa Coco Comín. «Es la perfecta unión de la materia (nuestro cuerpo) y del espíritu (nuestra alma) con sus elementos más importantes: la música y el ritmo», añade.
Claqué, flamenco, ballet, danza del vientre, bollywood, banghra, jazz… hay tantos tipos de baile como gustos, y si os fijáis veréis que cada uno se adapta a un tipo de personalidad con su ritmo y sus movimientos. ¿Qué os mueve más, la pasión del flamenco o la delicadeza del ballet?
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Puede que estéis pensando que esto del baile no es para todas las edades y que requiere una condición física que no tenéis. Coco Comín apunta precisamente que «es entre la gente de más edad donde puede aportar más beneficios». «Bailar obliga a hacer ejercicio allí donde las funciones nerviosas tienen su más alta jerarquía: el cerebro. Es decir, se convierte en una gimnasia integral «, detalla la coreógrafa. Uno de los profesores de su escuela de baile, Ivan Bouchain, experto en claqué, da razones para perder el miedo a iniciarse en el mundo del baile a cualquier edad: “Es cierto que la danza necesita mucha práctica y disciplina, así que como primer contacto recomiendo buscar un baile que llene de vida, de felicidad, con el que lo pasen bien, donde rían, que les despierte la creatividad, que aprendan, que haya retos, que desconecte de la rutina y donde sientan que están flotando sin tener miedo a ser ellos mismos y expresarse”.
Cuidando cuerpo y mente al ritmo de la música
«El movimiento es el mejor anestésico contra sufrimientos morales y físicos», dice Comín. «Cuando nos entregamos a un ejercicio físico nuestras funciones orgánicas se aceleran: el corazón late con más fuerza, la respiración es más acelerada y profunda y encontramos una sensación general de bienestar al finalizar», añade.
Son muchos los especialistas que recomiendan el baile como un deporte completo para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Y hay estudios que lo equiparan a una buena sesión de running si vuestro objetivo es perder peso. Según el Journal of Aging and Physical Activity, bailar también mejorará vuestro equilibrio. Los autores del estudio recuerdan que danzar requiere muchos movimientos rápidos y una buena postura, dos elementos muy beneficiosos cuando nos hacemos mayores porque contribuyen a estabilizar y ganar más control sobre nuestro cuerpo.
Aficionaros al baile no solamente mejorará vuestra condición física sino que es un muy buen entrenamiento para vuestra memoria. El New England Journal of Medicine apunta en uno de sus estudios que bailar previene el desarrollo de la demencia cuando nos hacemos mayores. La ciencia, dicen, revela que el ejercicio aeróbico puede revertir la pérdida de volumen en el hipocampo, la parte del cerebro que controla la memoria. Otra prestigiosa publicación, el Journal of Applied Gerontology, asegura que bailar es una excelente manera de combatir el estrés.
Ivan Bouchain compartió con nosotros historias concretas de personas que han encontrado en el baile la fuerza para continuar. “Mi mejor amigo y la persona con la que bailo desde hace siete años, tiene cáncer en el pulmón”, explica. “Para mi es uno de los mejores bailarines de España y verlo luchar día a día, bailando claqué con una enfermedad así de fuerte me hace valorar cada momento que compartimos en el escenario”.
