Una de las inquietudes de aquellos que optan por preparar su futuro con un plan de pensiones, un plan individual de ahorro sistemático (PIAS) o un seguro individual de ahorro a largo plazo (SIALP) es saber cuál es la mejor manera de dejarlo a la familia. Las principales claves para resolver esta cuestión las puedes leer a continuación.
Cuando fallece el partícipe del plan de pensiones y también es el beneficiario, quien recibe el dinero aportado son todos aquellos beneficiarios que el propio partícipe designe en caso de fallecimiento. ¿Qué sucede si no se ha designado a nadie? En este caso serían los herederos legales los que tendrían la opción de cobrar ese dinero.
Uno de los aspectos más importantes que hay que saber es que, a nivel fiscal, las prestaciones de fallecimiento derivadas de planes de pensiones tributan por el impuesto del IRPF como rendimiento del trabajo personal y no están sujetas al impuesto de Sucesiones.
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Ahora bien, las prestaciones de fallecimiento de los PIAS y los SIALP, por el contrario, sí están sujetas al impuesto sobre Sucesiones y no al IRPF. ¿Por qué? Porque en este caso la herramienta para el ahorro es un seguro de vida. Es importante tener en cuenta, en este sentido, que tanto PIAS como SIALP pueden disfrutar de la reducción única que fije cada Comunidad Autónoma para este tipo de prestaciones en función del grado de parentesco con el contratante fallecido.
Vamos a poner un ejemplo. En Andalucía la mencionada reducción asciende a un máximo de 9.145,95 euros, mientras que en Cataluña esta reducción asciende a un máximo de 25.000 euros. Eso sí, en ambas autonomías dicha reducción es aplicable siempre que el beneficiario de la prestación de fallecimiento sea cónyuge, ascendiente, descendiente, adoptante o adoptado del contratante fallecido.
Como bien sabemos, el plan de pensiones cuenta con unas interesantes ventajas fiscales. El punto más destacable es que las aportaciones realizadas reducen el tramo de IRPF en la declaración de la renta, siendo lo máximo que se puede aportar 2.000 euros anuales o el 30% neto de los rendimientos del trabajo.
Por otro lado, cabe resaltar que el PIAS es una herramienta de ahorro diseñada para obtener una renta vitalicia en el futuro. ¿Qué es lo más destacable de esta herramienta de ahorro? Quizás uno de los aspectos que más destacan en materia fiscal es la exención de impuestos cuando se rescata en forma de renta vitalicia. A esto hay que añadirle que ahora su rescate puede hacerse a los 5 años, en lugar de los 10 exigidos previos a la última reforma fiscal. La aportación máxima es de 1500 euros anuales y el total del producto queda limitado a los 240.000 euros. En relación al SIALP, debemos tener en cuenta que existe una exención fiscal de los intereses que genere el ahorro, si se mantiene la inversión en el producto durante un mínimo de 5 años y no se superan los 5.000 euros anuales por persona y año.
Muchos se preguntan cuándo y por qué contratar un seguro de vida. Existen dos modalidades, los vida ahorro y los vida riesgo. El primero, en el que entran los PIAS, es un producto aconsejado para el ahorro para la jubilación que ofrece una rentabilidad determinada con un riesgo reducido. El segundo consiste en pólizas que el beneficiario recibe cuando el tomador del seguro fallece. A través de las primas que paga quien contrata este producto, el beneficiario recibe una determinada cantidad de dinero. Es una cantidad concreta, que el tomador no puede rescatar, pero sí modificar cuando quiera.
Todo el esfuerzo que se realiza en el ahorro tiene a la larga una recompensa. Una de las inquietudes más extendidas es saber cuánto se va a cobrar una vez llegue el momento de la jubilación. Para ello se ha creado recientemente el simulador de jubilación, una herramienta que puede ayudar a solucionar muchas de las dudas que se plantean cuando se piensa en los años de vida después del retiro profesional. Mediante las estimaciones que se realizan con él es posible conocer cuál es la diferencia entre lo que uno espera que va a cobrar durante los años en los que esté jubilado y lo que en realidad cobrará.
Esta comparación es un buen ejercicio para saber si realmente estamos preparados a nivel económico para los años de jubilación y ver si cambiamos la estrategia para ahorrar para el futuro con las herramientas que hemos visto: el plan de pensiones, el PIAS y el SIALP.
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Además, ahora se han puesto en marcha los planes de ciclo de vida. ¿Qué son? Son planes de pensiones que adecuan las inversiones, según avanza el tiempo, al perfil de riesgo del inversor. Tienen una hoja de ruta dinámica que va adaptando el riesgo de las inversiones a medida que se acerca el momento de la jubilación, con mayor renta variable al inicio y menor peso de la misma al final.