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Si has vivido alguna vez con un perro no necesitas ninguna de estas píldoras para entender cuánto de importantes son en nuestras vidas. La experiencia de la mayoría de las personas que tienen un perro es la de tener un familiar más. Porque tu perro es tu familia. Cuando el perro pasa a formar parte de tu familia, incluso montas tu vida para hacerle partícipe de ella. Un perro es amor, un perro es calma, es familia, es una experiencia única que si la vives una vez ya no eres capaz de imaginar cómo sería tu vida sin tu perro. Se les quiere tanto, que ni siquiera tendríamos que explicar las ventajas que tiene vivir con un perro. Pero para todos aquellos que tengáis la duda de “perro sí o perro no”, aquí tenéis 10 ventajas de vivir con perros.
Vínculo profundo
La primera ventaja que tiene vivir con un perro es la experiencia de vida que te aporta. Igual que hay muchas personas que dicen que tener hijos es lo más maravilloso que les ha pasado nunca, hay otras que dicen que el vínculo emocional y de compañía que han conocido a través de sus experiencias con perros, no hubieran tenido otra forma de vivirlo. Es una experiencia única.
Los perros pusieron de moda el mindfulness
Los perros nos enseñan a vivir a otro ritmo, a vivir en el momento presente y con atención plena. El perro está en lo que está. Y la simple observación de cómo se relaciona contigo, con otros perros o cómo se comporta cuando está solo, es un aprendizaje.
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Escuchan sin juzgar
Ya, es imposible que un perro te juzgue. Evidentemente, no puede hablar contigo. Pero cuando hablamos con nuestros perros, cuando les contamos nuestras cosas, estamos entablando un tipo de comunicación preciosa. Alguien escucha, sin interrumpir, con apoyo absoluto, sin juzgar. Mientras que tú te desahogas, compartes, incluso en ese proceso, te permites clarificar tus ideas y tomar decisiones.
Capacidad de perdonar y de olvidar de forma sincera y honesta
Es cierto que a nivel emocional los perros igual desconocen la emoción del rencor. Biológicamente no están preparados para ello. Pero observar cómo un animal olvida un grito, que lo saques tarde a pasear, que un día te olvides de ponerle agua fresca, y que aun siga aun así expresándote amor y alegría, no tiene precio.
Son un ejemplo de amor incondicional
No te deja, no se olvida de ti, no rompe la relación contigo. Pase lo que pase, tengas el estado de ánimo que tengas, tengas éxito o fracaso, tu perro siempre te querrá desde el amor más profundo. A veces no sabes ni describir cómo es ese amor, pero lo sientes. Simplemente está ahí, siempre.
Un perro es compañía
Los animales no hablan, pero sí se comunican. No te dan la mano, pero te dan cariño, no van contigo al cine, pero siempre te sientes acompañado. Un perro, más que ningún otro animal, te hace sentir acompañado desde el momento en el que entras por la puerta. Siempre te recibe meneando el rabo, acercándose a ti, buscando tu cariño. Un perro te hace sentir importante en su vida, te mira con dulzura y expresa su amor en cada momento.
Acariciar da felicidad
La ciencia ha demostrado que acariciar un perro durante una media hora permite liberar neurotransmisores relacionados con el bienestar y la felicidad, como son la oxitocina, la serotonina y las endorfinas. La compañía de perros se utiliza en muchas terapias para tratar trastornos psicológicos como la depresión.
De hecho, el contacto con los perros tiene un efecto calmante. Nos serena, relaja y nos permite conectar con nuestro presente. La psiquiatra Sandra Baker de la Universidad Commonwealth de Virginia y su equipo de trabajo midieron las ondas cerebrales de distintos dueños de perros antes y después de jugar con ellos. Y después de un rato de juego con perros, disminuye el cortisol, que es la hormona del estrés.
Promueven llevar una vida más activa
Sacar a pasear a tu perro supone levantarte del sofá y caminar. Y esto cuando menos, dos veces al día. Incluso puede que según la raza de tu perro te animes a correr con él, llevarlo a la montaña, entrenar en circuitos de agility o incluso participar en carreras populares de running a tu lado durante el fin de semana. Sacar a pasear a tu perro te ayudará a abandonar la vida sedentaria y podrás gozar de los beneficios de una vida más activa.
Favorecen las relaciones personales
Cuando sacas a pasear a tu perro empatizas con otros perros y con sus dueños. Hay temas comunes de conversación y sobre todo una filosofía y un amor hacia los animales que se comparte. Hay parques en los que incluso los dueños de sus perros comparten un chat e incluso hay parejas que se han conocido paseando a sus perros.
Nos educan en valores
¡Qué fácil es entender el valor de la lealtad cuando vives con un perro! Nunca te falla, nunca te deja tirado, nunca te traiciona.
Otro valor es el de la responsabilidad. Un perro necesita de tu cuidado. Tiene que salir a pasear, comer, bañarse. Si consigues educar a tus hijos para que se responsabilicen de vuestro perro, estarás educando en valores.
También nos ayuda a organizarnos mejor y tener una rutina. Hay veces en las que no encontramos tiempo para hacer deporte o para practicar nuestra afición. ¿Por qué? Porque tenemos un plan B…no ir. Pero cuando tienes un perro, no tienes plan B. Tienes que sacarlo sí o sí. Esto supone saber organizar tu agenda y hacerle hueco. Esta misma metodología podríamos aplicarla para cualquier actividad que decidamos convertir en imprescindible e innegociable en nuestras vidas.
Cuando tenemos hijos en casa, tener perro también favorece la educación sobre el respeto a los animales. Un niño que se educa y crece junto a un perro será un niño que respetará a los perros de por vida. Es imposible quedarte impasible ante el amor de un perro cuando has recibido el amor de un perro.
“Me parece que el buen Dios en su sabiduría infinita nos dio tres cosas para hacer que la vida sea soportable: esperanza, bromas y perros. Pero el mayor de estos fue los perros”
Robyn Davidson.