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Cualquier momento es bueno para empezar a disfrutar de un largo paseo. Los beneficios de salir a caminar tienen alcance en la salud mental y física. Eso sí, no convalida por las horas que tienes que dedicar al ejercicio físico, pero tiene muchos beneficios que te explico hoy en este artículo.
En la revista “Harvard Business Review” se publicó que un acto tan sencillo como caminar, con una intensidad moderada, afecta positivamente a la calidad de sueño, a tu capacidad de aprendizajes, reduce los síntomas de ansiedad y nos ayuda a pensar mejor, a tener mejores ideas y a tener una mayor capacidad de insight. Pero, además, mejora nuestra memoria y atención y favorece la creación de nuevas conexiones neuronales.
Son numerosos pensadores y genios de la historia los que caminando dieron con ideas brillantes y comprobaron que caminar era un potenciador de la creatividad, como Nietzsche, Darwing o Aristóteles, que afirmaban que sus mejores ideas les sobrevenían caminando.
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¿Eres de las personas que ha experimentado los beneficios de andar? Igual si te doy a conocer todo aquello de lo que te puedes aprovechar, empiezas a hacerle hueco. Caminar puedes hacerlo a lo largo del año, estés de vacaciones o no. Caminar es sencillo, no requiere de equipamiento especial más que unas buenas zapatillas. Puedes pasear solo o acompañado y puedes ajustarlo a tus horarios como mejor te convenga. Aunque yo te recomiendo hacerlo solo y ordenar tus ideas. Es el momento de estar contigo. No es una clase de yoga a la que tengas que asistir, y así que tampoco te tiene sujeto a horarios de ningún tipo. Eso sí, si deseas hacerlo con regularidad, lo ideal es encontrar un hueco que te permita disfrutarlo en tu vida como una rutina, y no es necesario caminar 10 km diarios.
Estas son las ventajas de las que a partir de ahora podrás disfrutar si conviertes caminar en un nuevo lujo para tu salud mental y física:
Mayor facilidad para meditar
Hablar hoy de meditación es hablar de salud mental. La meditación cuenta en estos momentos con un amplio respaldo científico sobre sus beneficios en la salud mental. Ayuda a regular tus emociones, te permite estar más presente en el día, mejora funciones cognitivas como la atención y la concentración, nos entrena en ser más empáticos, mejora la calidad del sueño y muchas cosas más. No siempre encontramos tiempo para meditar en casa, tranquilos. Y de hecho, mucha gente se estresa meditando sentado teniendo que focalizarse en su respiración. Puede que tú seas de los que encuentra más atractivo practica la meditación a la par que caminas. Meditar es un ejercicio que puedes practicar caminando, sentado con los ojos cerrados o dándote una maravillosa y placentera ducha. Eso sí, si decides meditar mientras caminas, por favor no cierres los ojos. Puedes hacerlo con los ojos abiertos ☺ Meditar caminando es un auténtico placer. Las mañanas en las que no corro, suelo caminar con mi perro y aprovecho para meditar. Trata de sentir, de concentrarme en mi respiración o simplemente de agradecer ese pequeño momento que estoy viviendo.
Visualizar y planificar el día
Si eres una persona matutina y te decides por andar antes de empezar el día, puedes visualizar, como si fueras tu agenda, cómo tienes organizado el día y cómo vas a organizarte tú. Visualizar es un ejercicio de mentalización. Permite representar mentalmente un escenario que vas a vivir a continuación. Puedes visualizar la reunión de la mañana, una exposición en público, tu participación en una maratón… Cuando representamos algo mentalmente, el cerebro lo vive como una realidad, no como algo imaginado. De tal manera que guarda la experiencia imaginada como algo real, como algo que ha sucedido. Ayuda a motivarnos, a fortalecernos, a sentirnos seguros antes experiencias que nos generan dudas o ansiedad.
Reflexionar en todo aquello para lo que no sueles tener tiempo el resto del día
Cuando caminas, tu corazón bombea más rápido. Llega más sangre a todos los órganos, incluido el cerebro. Así que caminar favorece pensar, ordenar ideas, fluir, el tiempo en el que caminas y piensas permite tomar perspectiva. Es un momento ideal para darle vueltas a la vida, siempre que darle vueltas no te estrese. La rutina, las prisas y el ritmo de vida muchas veces te llevan a pensar en lo inmediato, en los asuntos que tienes que resolver, ejecutar o en lo que no se te puede olvidar. Además, dedicamos mucho tiempo de nuestra vida a la formación de todo tipo: laboral, liderazgo, aficiones, idiomas, pero rara vez dedicas tiempo al hecho de pensar por pensar. ¿Estoy a gusto con mi vida?, ¿Estoy dónde quiero estar?, ¿Querría cambiar algo?, ¿Hacia dónde voy? No son preguntas que tengas que resolver, solo planteártelas, darle alguna vuelta. Igual hasta te invitan a cambiar cosas que hacen que tu vida sea mejor o que tú estés más a gusto con tu vida.
Disfrutar del entorno que te rodea
Sal a caminar y deja el teléfono en el bolsillo, y si te atreves, en casa. Caminar no es un ejercicio complejo, no tienes que estar pendiente de tropezarte, caerte o cometer errores. Puedes dejar tu atención consciente para el disfrute. Empieza poco a poco a conectar con tu marcha, el tipo de zancada, la posición de tu espalda, la velocidad a la que caminas, tu respiración. Conecta también con el entorno, el paisaje, los olores, los ruidos, los silencios. Conecta ahora con tus ideas, ¿por dónde vaga mi mente? No fuerces, deja que tus ideas y pensamientos fluyan, ¿qué tipo de ideas evocas, en qué piensas? ¿Cómo se va desarrollando?
Hacer llamadas pendientes
Si solo pensamos en los beneficios de caminar y salud física, y dejamos la idea de utilizar la caminata como ejercicio de meditación, caminar puede ser un buen momento para hacer esas llamadas que tienes pendientes. Mientras caminas ejercitas tus músculos, tu corazón, tu respiración, tus neurotransmisores. Y a la vez puedes poner la atención en felicitar un cumpleaños, llamar a ver cómo se encuentra tu madre o disfrutar de que tu amiga te ponga al día de sus cosas.
Aprender con recursos en formato de audio
Igual que muchas personas aprovechan el running para escuchar podcast, caminando puedes ampliar más la oferta formativa. Un podcast, una charla Ted, un audiolibro, son algunas de las maneras en las que podemos aprender mientras caminamos. Caminar no requiere toda tu atención en el propio andar, es algo sencillo. Puedes ponerlo en caminar practicando mindfulness o puedes decidir poner la atención en alguna aplicación del móvil que te permita conectarte con aquellos temas que te interesan.
Caminar tiene beneficios para cuerpo y mente. Es sencillo. No necesita entrenamiento previo. Podemos hacerlo todas las personas que no tengamos problemas de movilidad. ¿A qué esperas para disfrutar de ti, de los tuyos y sentirte así de a gusto?