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También conocido en sus inicios como papel moneda, el billete es una herramienta económica que nos permite intercambiar valor diariamente. Cuando nos servimos de ellos, solo pensamos en lo que valen y en lo que nos permiten adquirir.
Forma parte de nuestro día a día y lo utilizamos por inercia, pero ¿te has parado a pensar en su historia? ¿De dónde vienen los billetes? ¿Cuál fue el primer billete de la historia? Una pista: China en el siglo VII. Te lo contamos todo en este post, ¡sigue leyendo!
La historia de los billetes
Más allá del pago en especies, la historia de los billetes se remonta al siglo VII, cuando la dinastía Tang regía el Imperio chino. Y su invención no fue nada más que la respuesta a una necesidad práctica. La circulación por los territorios se dificultaba bastante si había que cargar con kilos y kilos de cobre. Y es que las monedas, muy común como instrumento de intercambio de valor en aquella época, estaban fabricadas en este material y su transporte en grandes cantidades era demasiado pesado. ¿La solución? Hacer el dinero de papel.
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Aunque se inventó en el siglo VII, se empezó a popularizar su uso en el día a día en el 812. El billete facilitó el intercambio y el comercio entre las distintas partes de un territorio tan grande como el chino ya que se podía transportar mucha más cantidad de dinero en menos espacio y ocupando menos peso.
Más tarde, en el siglo XIII, el mercader y viajero italiano Marco Polo viajó a China y conoció y experimentó el uso de los billetes. Eso sí, aunque sus experiencias llegaron a Europa, el viejo continente todavía no estaba preparado para llevar a la práctica el uso del billete como papel moneda.
Fue en Suecia, en 1661, cuando comenzaron a circular los primeros billetes de la historia de Europa. Johan Palmstruch, un conocido economista, comenzó a emitir una especie de recibos que indicaban su valor en oro y que se podían depositar en el Banco de Estocolmo.
En España, el primer billete de la historia apareció durante el reinado de Carlos III en 1780, cuando comenzó a popularizarse su uso por la facilidad para transportarlos y almacenarlos.
Hasta mediados del siglo XX, el dinero en general y las monedas en especial tenían una referencia de valor: el oro. Esto quiere decir que los gobiernos debían tener en sus reservas una cantidad de oro equivalente a las monedas y billetes que había en circulación y emitían. A esto se le llamaba el ‘patrón oro’.
Pero este sistema cambió, y el dinero pasó de tener valor ‘oro’ a tener valor fiduciario. ¿Y qué supone esto? Que pasó a tener el valor que le aplicaba la autoridad monetaria del país. Los billetes cuentan con medidas de seguridad que imposibilitan su falsificación como marcas, tintes especiales y filigranas.
El primer billete de la historia
Como ya hemos visto, el primer billete de la historia surgió en China. No es de extrañar, ya que era la tierra por excelencia de la tinta y la impresión.
Para evitar cargar con el peso de las monedas de cobre en trayectos largos, se dejaban las monedas enlazadas en cuerdas (las monedas estaban perforadas por el centro con ese fin) y a cambio se recibía un pequeño papel con el valor del dinero total. A la vuelta del viaje, se debía entregar ese papel para recibir de vuelta las monedas. Poco a poco, esta técnica fue popularizándose y esos pequeños papeles empezaron a servir para intercambiar grandes cantidades de dinero.
En España, el primer billete en pesetas fue emitido el 1 de julio de 1874 por el Banco de España. Y ya en 1940 pasó a encargarse la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de la emisión de billetes.
Billetes con leyendas
Como ves, cada billete tiene su historia, y muchos de ellos han sido utilizados para rendir homenaje a personajes históricos, reyes, figuras de la cultura o las ciencias e incluso monumentos o eventos históricos.
Algunos billetes encierran historias peculiares, y es que muchas veces hay algo más que un simple valor económico detrás del dinero en efectivo que utilizamos en nuestro día a día.
El billete de 1 dólar
El billete de un dólar es quizá uno de los más conocidos del mundo. Su diseño no ha cambiado desde su primera emisión en 1963, ya que, por su valor, no suele falsificarse y no ha sido necesario incluir elementos innovadores de seguridad.
Su diseño también tiene una historia peculiar detrás. En el siglo XVI, la moneda que circulaba en Europa estaba fabricada con un metal que se extraía de las minas de Joachimsthal. Con el tiempo y el uso, esa palabra se redujo al término ‘thaler’, que en español se pronunciaba popularmente ‘dólar’. Cuando dieron el salto a Latinoamérica, pasaron a denominarse ‘dólar español’. Con la creación de los Estados Unidos en 1776, el dólar empezó a ser la moneda oficial.
El billete de 5 euros
El billete de cinco euros que está actualmente en circulación en Europa ha tenido que incorporar tres nuevos elementos de seguridad para evitar falsificaciones:
- Marca con el retrato de la princesa de la mitología griega que da nombre al continente, Europa.
- Un holograma con el retrato de Europa.
- Un número en tinta metálica en tono verde que cambia su color a azul al moverlo con un reflejo desplazado en vertical
En definitiva
Un objeto tan cotidiano como puede ser un billete alberga siglos de historia e innovación que lo han llevado a ser el instrumento de intercambio económico físico más importante. Hay que remontarse a la China del siglo VII para encontrar el origen del papel moneda, que surgió de una simple necesidad: viajar más ligero y poder comercializar de manera más práctica.