Si todo va bien, tarde o temprano llega el momento de la jubilación. Pensar en ella desde el momento adecuado puede reportarnos numerosos beneficios en múltiples facetas de nuestra vida, también en el terreno financiero. Por lo general, la mayoría de las personas tendemos a ver el momento de finalizar nuestra carrera laboral como un hito lejano. Es por ello que nos centramos en lo que tenemos más a cerca: el corto plazo.
En este post del blog de VidaCaixa explicaremos cinco claves a tener en cuenta si uno quiere planificar adecuadamente su jubilación desde el momento adecuado y sin esfuerzos innecesarios. Para ayudarnos a completar esta suerte de guía del joven ahorrador de cara al futuro hemos contactado con Enrique Borrajeros, presidente del Comité de Comunicación del European Financial Planning Association (EFPA) en España, con quien ya tuvimos la ocasión de hablar hace unos meses.
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1.- ¿Cuándo debo empezar a planear mi jubilación?
No existe una edad concreta pero la respuesta en la que que todo el mundo coincide es: “Cuanto antes”. De hecho, a nivel público empezamos a planificarla desde el momento en el que nos incorporamos al mercado de trabajo. Sin embargo, teniendo en cuenta el actual estado del sistema de pensiones y las proyecciones que se hacen sobre su sostenibilidad futura todo hace prever que se va a necesitar un complemento que tendrá que ahorrar cada uno. “El planteamiento que uno debe hacer es que el futuro es tan responsabilidad de uno como el presente”, señala Borrajeros en este aspecto. “Uno tiene que pensar en el ahorro a largo plazo porque sentará las bases de su financiación en la última etapa de su vida”, añade.
2.- ¿Cómo hay que plantearse el ahorro a largo plazo?
Como decíamos, en general se suele pensar en el corto plazo. La liquidez inmediata y el consumo suelen ganar al ahorro a largo plazo. Con todo, y dependiendo de nuestros ingresos, hay que ser eficaces si decidimos mirar al futuro. “Lo ideal es plantearse un proyecto de ahorro más o menos periódico donde uno destine una pequeña proporción de su sueldo a ello”, señala Borrajeros. Un ejemplo: “Se puede empezar a los 25 años destinando un 7% de tus ingresos anuales al objetivo que uno se marque y después subirlo en función de las posibilidades en la proporción que sea adecuada para cada proyecto”, explica el responsable de EFPA España, quien añade que “es bueno invertir en productos que permitan capitalizar el ahorro a largo plazo y que den rentabilidades acordes con un objetivo a largo plazo”.
3.- ¿En qué productos puedo ahorrar a largo plazo?
Aunque no es el único, “el plan de pensiones es el vehículo adecuado para el ahorro a futuro”, afirma Borrajeros. “Cuando eres muy joven quizá te interesa acumular el ahorro en un producto con más liquidez. Primero, porque quizá no tienes las rentas suficientes para que te compense fiscalmente. Segundo, porque la propia liquidez del producto para alguien que está iniciando su proyecto vital es fundamental por si hay imprevistos durante el camino que igual obligan tirar del fondo de ahorro a largo plazo. Quizá entonces es mejor un fondo de inversión primero y después ya lo moveré al fondo de pensiones”, explican desde EFPA.
4.- ¿Qué alternativas existen al plan de pensiones?
Según el experto de EFPA, está el plan de pensiones asegurado, “que compite con los plane de pensiones de renta fija y los planes de pensiones garantizados de renta fija”; también el fondo de inversión, “que no tiene ventajas fiscales pero sí una mejor tributación en el rescate y permite el diferimiento de su pago”; y por último, el Plan Individual de Ahorro Sistemático, más conocido como PIAS.
5.- ¿Qué rentabilidades debo buscar en mi ahorro a largo plazo?
No existe una respuesta única. La rentabilidad exigida irá acorde al perfil de riesgo de cada uno. Ahora bien, desde EFPA recomiendan no olvidar cuál es el objetivo de rentabilidad, que dependerá de dos factores. Por un lado, de cuánta renta se quiera tener de cara al futuro y por el otro de cuánto uno está dispuesto a ahorrar. “Si eres muy ambicioso en el futuro y hoy estás dispuesto a ahorrar muy poco tendrías que exigir una rentabilidad muy alta a tu inversión y asumir más riesgo”, explica Borrajeros, quien recomienda alcanzar el “equilibrio” entre esos dos conceptos. “Si tienes plazo por delante es mejor invertir en renta variable para al menos batir a la inflación y conseguir un capital razonable a medio plazo”, aconseja.