Tabla de contenidos
“Este año sí, mañana me apunto al gimnasio”. Muy probablemente esta es una de las promesas más escuchadas en Año Nuevo. Pero apuntarse no es suficiente, el verdadero reto es crear la rutina de ejercicio. El trabajo, las prisas, el poco tiempo libre… Sabemos de sobra todos los obstáculos o impedimentos que nos hacen posponer el ejercicio físico. Y también cómo pesa en la conciencia dejarse llevar por la procrastinación y la frustración que nos supone no alcanzar los objetivos. Entonces, ¿qué podemos hacer para mantener la motivación para entrenar?
En el siguiente artículo, te contamos algunos de los consejos para encontrar la motivación para entrenar especialmente este año nuevo, después de unas vacaciones de Navidad llenas de comidas, descanso y celebraciones. ¿Empezamos?
¿Cómo motivarse para hacer deporte?
El empujón inicial está claro: hacer deporte es necesario para la salud. Recientes estudios como el de la revista British Journal of Sports Medicine ha concluido que apenas 22 minutos al día de ejercicio moderado o algo más fuerte pueden prevenir los efectos del sedentarismo y reducir el riesgo de mortalidad.
¿Quieres saber cómo afrontar la ruta de tu vida? ¡Descúbrelo!
Esta institución británica cuenta que estos minutos no tienen por qué realizarse seguidos, sino que se pueden dividir en distintos momentos del día. De hecho, este estudio incluye que ejercicios intensos durante las rutinas diarias como subir las escaleras, cargar la compra del supermercado, o caminar a un ritmo más elevado, por ejemplo, podrían tener un impacto positivo en la salud de las personas sedentarias.
Pero a veces, por muy claros que tengamos los beneficios de hacer deporte, la pereza nos gana o, por cuestión de prioridades, acabamos sin encontrar el momento para hacerlo. Entonces ¿cómo acabamos con esta falta de motivación?
Tips que nos ayudan a encontrar o mantener la motivación para entrenar
Existen varias técnicas que nos ayudan a convertir el deporte en un nuevo hábito. Toma nota de cuáles son:
Presta atención a tu diálogo interno
“Hay dos factores determinantes: tener claro el objetivo y el nivel de intensidad que se tiene para conseguirlo”, cuenta Diego Gutiérrez, Director del Título Experto Universitario en Coaching Deportivo de la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Según este coach de entrenadores y deportistas de élite, la motivación más fuerte y duradera es la que surge del interior de las personas. La externa, cuenta, no siempre funciona: “Si en el nuevo año alguien se propuso hacer ejercicio físico y no ha vuelto a pisar el gimnasio es posible que las razones sean externas a la persona como por ejemplo: ‘quiero tener mejor imagen’, ‘quiero que los demás me vean fenomenal’ o ‘voy a tener un cuerpo 10 como antes’”.
Dar la vuelta a este enfoque es lo que realmente nos ayuda, según Gutiérrez. “Las motivaciones que surjan del interior serán las efectivas: ‘hacer ejercicio me da energía y soy más activo’, ‘me voy a sentir como cuando tenía 20 años’ o ‘disfruto esforzándome y viendo mis avances’”.
De este modo, se evita la fatiga mental, mucho más dura que la física. “Es evidente que si hago un deporte extremo acabaré agotado físicamente, pero en la mayoría de las ocasiones se puede hacer un último esfuerzo, una última serie, y esto tiene que ver con la mente”, cuenta Gutiérrez.
Encuentra a aliado con el que compartir la motivación para entrenar
Para dar un empujón a la motivación interna, hay algunos trucos recomendados por muchos entrenadores como dejar de compararse con los otros, ponerse metas reales o entrenar con un compañero.
Encontrar un compañero con el que compartir las horas de ejercicios ayuda a mantener el interés y la motivación en la actividad, especialmente si te cuesta empezar solo. Además de ser más divertido, se trata de un compromiso mutuo que evita el abandono y fomenta la creación de una rutina.
Establece objetivos realistas
La motivación también pasa por pequeños propósitos y retos en el día a día, ya que existen algunas actividades en nuestra rutina que se pueden incorporar para hacer ejercicio sin apenas darse cuenta y que nos favorecerá físicamente.
Establecer unas metas realistas y alcanzables a largo plazo evitará la frustración que puede surgir de presionarnos mucho. Recuerda, el secreto de mantener la motivación para hacer deporte es encontrar la razón por la que nos resulta fácil hacerlo, así como para lograr tus propósitos.
Empezar con calma, clave para convertir la intención en hábito
Si nunca hemos practicado deporte y queremos empezar a cuidarnos, más vale tomárselo con calma. “Es conveniente realizar un reconocimiento médico para asegurarse de la conveniencia de practicar ejercicio físico”, apunta Gutiérrez. Hay que empezar de forma progresiva: “Si por ejemplo es una actividad aeróbica habrá que empezar con poco tiempo, poca intensidad y pocos días a la semana y posteriormente ir aumentando el tiempo, la intensidad y el número de días”.
A la hora de escoger el tipo de actividad, las opciones son interminables y tampoco entienden de edades. La clave, según Gutiérrez, es escoger en función de nuestra capacidad física. “Hay personas de 70 años que corren maratones o nadan todos los días y otras para las que salir a pasear 20 minutos al día es todo un reto. En función de sus hábitos y capacidades pueden realizar ejercicio aeróbico ligero como pasear, correr, nadar, montar en bicicleta, así como gimnasia de mantenimiento, yoga o taichí”.
Ante tal abanico de posibilidades, podemos reconvertir un conocido refrán en “para gustos, ¡los deportes!”.
Recapitulando
Cuando comienza un nuevo año, muchos de los propósitos son ponerse en forma y para ello no basta con apuntarse. El verdadero reto está en crear una rutina de ejercicio. Encontrar la motivación para entrenar ya sea en casa o fuera de ella no siempre es fácil. Para ello, entrenar en compañía, tener claros nuestros objetivos y descubrir los beneficios del ejercicio físico son herramientas que nos ayudarán a coger la vuelta de la rutina tras las vacaciones de Navidad con más fuerza.