Cataluña, Madrid y Andalucía son las tres comunidades autónomas que más gastan en pensiones de jubilación en España. No son las zonas donde más envejece la población en los últimos años, pero sí los puntos más poblados.
Según los datos recabados de los Presupuestos Generales del Estado para 2016, la evolución del gasto en pensiones de jubilación siempre ha tenido tres comunidades autónomas a la cabeza: Cataluña, Madrid y Andalucía.
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En el caso catalán, si en 1992 el sistema debía desembolsar un total de 2.792 millones de euros para pagar a los pensionistas, en 2015 esta cifra se ha disparado hasta los 14.834 millones. O dicho en otros términos, son más de 12.000 millones más en pensiones en tan solo 23 años de diferencia.
Le sigue, en la misma línea, aunque con cifras menores, Madrid. Si en 1992 el gasto total de esta comunidad autónoma ascendió a 1.853 millones de euros, en 2015 el montante total fue de 11.483 millones, 9.630 millones más en poco más de dos décadas.
En el tercer puesto se encuentra Andalucía, que a principios de los 90 debía desembolsar 1.769 millones de euros para pagar a sus jubilados y 23 años más tarde la cifra sube hasta los 10.224 millones, es decir, una diferencia de 8.455 millones en el periodo entre 1992 y 2015.
Por el contrario, las zonas en las que menos gasto en pensiones existe de España son Melilla, Ceuta y La Rioja.
Dos datos a tener en cuenta. Por un lado, el mayor gasto en pensiones coincide con las comunidades más pobladas de España, que, por orden, son: Andalucía (8.381.213 habitantes en 2015), Cataluña (7.516.254) y Madrid (6.464.078). Por otro lado, estas tres comunidades no son las que más envejecen de España, como puede verse en este gráfico.
Esto se explica por un mayor número de gente joven residiendo en las CC.AA. con más gasto en pensiones, así como un mayor número de cotizantes y demandantes de pensiones de jubilación en las zonas mencionadas. Por otro lado, en ¿Dónde se cobra la pensión media por jubilación más alta y más baja de España? vimos que existía una diferenciación entre el norte y el sur de la Península.
Además de este gasto in crescendo hay que señalar también que a partir de 2023 se empezará a jubilar la llamada generación del baby boom en España, como ya vimos en ¿Cómo afecta la pirámide de población de España a las pensiones?. Este colectivo es muy numeroso y con carreras de cotización muy prolongadas, lo que les da derecho a pagas muy altas en un sistema público de pensiones en horas bajas.
A estos datos hay que añadir que en España, en consonancia con el resto de países industrializados, la población envejece con el problema añadido de la constante caída de jóvenes susceptibles de incorporarse al mercado de trabajo en los próximos años. En el gráfico que ya vimos en Cómo te afecta la reforma de las pensiones en España, en el que se cruzan datos de la OCDE en relación a población menor de 15 años (la futura fuerza de trabajo) con mayores de 65 años (pensionistas), se aprecia cómo a partir de los años 90 el actual sistema de pensiones empezó a manifestar los problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad y que demuestran que cada vez hay menos trabajadores para pagar a más pensionistas.
Otra manera de ver este problema está en la importancia de los datos que nos proporciona la tasa de dependencia, es decir, la proporción de personas mayores de 65 años respecto a las que se encuentran en edad de trabajar. Desde 1919 el sistema público de pensiones, llamado de reparto, funciona del siguiente modo: los impuestos que pagan los trabajadores sufragan las pensiones de los jubilados. El problema está, como hemos visto, cuando cada vez hay menos trabajadores y más jubilados. ¿Es sostenible el sistema? ¿Podrá pagarme una pensión acorde con mis aspiraciones vitales? Los datos no son nada halagüeños. Si en 1980 había 1,9 jubilados por cada diez personas en edad de trabajar, en la actualidad esta cifra ha aumentado hasta 3 jubilados. De cara a 2060, el INE prevé que sean 7,9 pensionistas por cada diez trabajadores.
A tenor de estas cifras muchos se preguntan cuánto van a cobrar de jubilación. Para dar respuesta a esta pregunta se ha puesto en marcha un simulador de jubilación, una herramienta de fácil uso con la que, mediante unas sencillas preguntas, se establece una estimación muy aproximada entre lo que uno espera cobrar cuando se jubile y lo que casi con toda seguridad va a cobrar una vez se haya retirado de la vida laboral.
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Se trata de poder ver negro sobre blanco cómo se plantea el futuro tras el retiro laboral y quizás replantear la estrategia que uno sigue de su ahorro para el futuro en los años previos a la jubilación. Existen herramientas de ahorro privado con importantes ventajas fiscales, como son el plan de pensiones, los PIAS o los SIALP, que sirven para complementar la pensión pública de jubilación.
