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Quizá nunca hayas oído hablar sobre el cradle to cradle, ya que es un término bastante novedoso que se empieza a escuchar más ahora. No obstante, si estás interesado en la sostenibilidad, en lograr una economía circular y en preservar nuestro planeta, te va a interesar saber qué es la certificación cradle to cradle y qué efectos positivos puede tener sobre nuestro planeta.
El papel de la economía circular
Seguro que tienes claro que la preocupación por el medioambiente es cada vez mayor. Con nuestro ritmo de vida actual y el crecimiento de los países en vías de desarrollo, la contaminación sigue creciendo en cifras preocupantes y, por eso, hay que buscar soluciones. Una de ellas es la economía circular, que busca cerrar el ciclo entre materias primas y desechos en los diferentes sectores productivos.
Es decir, tendrías que buscar por medio de diferentes estrategias que no sea necesario consumir nuevas materias (y producirlas) y a la vez que los residuos disminuyan dentro de lo posible. Esto requiere poner en marcha diferentes estrategias que pueden basarse en la regla de las 7R –Reducir, Reutilizar, Reparar, Renovar, Recuperar, Reciclar y Rediseñar-. En contraposición a este modelo sostenible, está la economía lineal, donde los productos los fabricas, se compran, se usan y se tiran.
En resumen, la economía circular incluye numerosas estrategias que persiguen hacer productos más sostenibles y lograr que la población poco a poco se conciencie sobre este aspecto tan importante. A continuación, te hablamos sobre una de estas estrategias: el cradle to cradle.
El cradle to cradle: una nueva solución para salvar al planeta
Este término tan específico surgió en el año 2002, cuando su creador, William McDonough, escribió un libro con este título. En cuanto al cradle to cradle y su significado, podríamos definirlo como una preocupación por la implicación medioambiental de los productos, desde su creación hasta que dejan de ser útiles y finalizan su vida. Esta podría ser para el cradle to cradle la definición más amplia, pero la filosofía del término difiere de otras corrientes ecológicas que existían hasta entonces.
Así pues, los ecologistas hasta entonces abogaban por reducir el consumo, mientras que el C2C (cradle-to-cradle) apuesta por una reinvención del sector. En lugar de hacer que las personas consumamos menos, su inspirador insistía en que deberíamos consumir mejor. Eso sí, el punto que queremos enfatizar es que este planteamiento requería una reinvención total del tejido industrial, haciendo que las compañías buscaran soluciones innovadoras menos contaminantes y perjudiciales para el planeta.
La clave está en la reutilización
El pensamiento de este autor es bastante interesante y, además, se complementa con otras filosofías que puedes conocer, como el zero waste. Esto se debe a que buscaba que los productos pudieran reutilizarse. Por ejemplo, vamos a explicarlo con el caso de uno de los sectores industriales más contaminantes: el textil. Imaginemos que se diseña una camisa blanca. Si esa camisa la vendes como tal, el consumidor acabará por aburrirse de ella o la utilizará poco. No obstante, si aportas valor añadido con accesorios, se enseña a las personas cómo llevarla de distintas formas (con nudos, remangada, con pañuelos, cinturones) estarás sacándole el máximo partido y su reutilización será máxima.
Además de esta idea, también promueve que los productos puedan reciclarse fácilmente. Por un lado, la idea es que contemples la posibilidad de que entren nuevamente en la industria y se reutilicen con otros objetivos o bien que puedan devolverse a la naturaleza sin resultar tóxicos. Para esto último, en el caso de la industria textil como te comentábamos antes, sería necesario utilizar tejidos respetuosos con el medioambiente.
¿Qué es la certificación cradle to cradle?
Ahora que ya sabemos en qué consiste este movimiento exactamente, cabe hablar de cómo asegurarse de que los productos que adquirimos sigan esta estrategia. Para ello se ha creado la certificación cradle to cradle. Este certificado analiza cinco aspectos y otorga categorías de oro, plata o bronce a los productos, en función de los mismos. Además, existe una cuarta categoría: la platino, que es para las empresas que cumplen cada requisito a la perfección. Esta sería la que tendrías que buscar en todas las cuestiones analizadas.
Salud del material
El primero de los factores a evaluar es la salud del material. Fundamentalmente, hace referencia a los componentes (a nivel químico) de los productos. Para obtener una calificación positiva en este factor tienes que ser respetuoso con el medio ambiente, generar la mínima toxicidad y, en caso de no ser así, tendrías que cambiar todo lo que no pueda asegurar estas características.
¿Se puede reutilizar?
El segundo factor que has de considerar es la posibilidad de reutilización. Como es de esperar, el hecho de que los materiales de los productos puedan reutilizarse y no devolverse de nuevo al proceso productivo, también se va a calificar.
Energías renovables
En tercer lugar nos encontramos la referencia al uso de energías renovables. Es decir, si en la producción estás introduciendo o tienes ya varios factores de producción de energía de modo sostenible (placas solares, biomasa, energía eólica). Esto supondría que seas capaz de disminuir los daños medioambientales también durante el proceso de producción, algo que sin duda tiene un impacto muy positivo.
¿Cómo es la gestión del agua?
Por otro lado, estaría otro de los recursos más utilizados: el agua y su administración. Así, si se busca ahorrar este recurso natural y se trabaja para que los vertidos a ríos sigan la legislación e incluso la mejoren, obtendrás mejores calificaciones. Muchas veces nos paramos a pensar únicamente en el origen energético, pero el agua como recurso en producción también requiere analizar con lupa y buscar soluciones para disminuir la contaminación.
Responsabilidad social
Por último, nos queda hablar sobre el quinto factor, que quizá te estás imaginando ya. Y tiene que ver precisamente con la responsabilidad social, buscando que todas las personas involucradas en la producción estén aseguradas con las máximas garantías en cuanto al aspecto laboral.
En definitiva, el cradle to cradle es una opción muy interesante para mejorar día a día y conseguir un plantea cada vez más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Esperamos que este artículo te haya podido resultar útil y que nos consultes todas las dudas que te surjan.