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La Navidad es una época llena de regalos, reuniones familiares, mesas repletas de comida y dulces, calles iluminadas y casas decoradas, pero sobre todo de ilusión. Los recuerdos de la infancia están a flor de piel y podemos ver a los más pequeños disfrutando de todos esos momentos que nunca olvidarán. Más allá de los regalos de Navidad o de los Reyes Magos, en España y muchos otros países existe una tradición cada vez menos frecuente: el aguinaldo.
Desde hace unos años hemos escuchado frecuentemente que hay que declarar el aguinaldo en Hacienda, mientras que muchas otras personas aseguran que no. Hoy vamos a saber qué hay de cierto en estas afirmaciones y qué no. ¿Listo?
Brevemente: ¿qué se considera el aguinaldo?
El aguinaldo en España ha ido cambiando constantemente desde sus orígenes. Para los más pequeños de la familia pueden ser unos caramelos, dulces o algo de dinero que se da, tradicionalmente, después de cantar un villancico delante de la familia y seres queridos. ¿Cuántas veces habremos escuchado el villancico que dice “Dame el aguinaldo, carita de rosa”?
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En el mundo adulto, el aguinaldo es un dinero extra que dan las empresas a sus trabajadores como agradecimiento por su esfuerzo durante todo el año. Este aguinaldo fue el predecesor de lo que ahora conocemos como “paga extraordinaria de Navidad”. Como bien sabemos, esta paga puede cobrarse en el mes de diciembre, o bien ser prorrateada según convenio con el empleado.
¿La Ley habla del aguinaldo?
No, no existe ningún tipo de legislación específica que mencione el aguinaldo como tal. Sin embargo, la Agencia Tributaria indica que cualquier dinero que se regala en efectivo es dinero del cual el Gobierno “pierde la pista”. Además, la Ley indica que se debe tributar cualquier dinero que se reciba, ya sea a través de una transferencia o en efectivo, independientemente de la cantidad.
La única distinción que hace es dependiendo del origen de este dinero que se da o se percibe. Si se recibe como regalo o recompensa por el trabajo, deberá tributar en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). En el caso que no sea por algo relacionado con el trabajo, debería declararse a través del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Cabe recordar que el IRPF se gestiona de la misma manera en todo el país, mientras que el Impuesto de Donaciones puede variar dependiendo de la comunidad autónoma en la que te encuentres.
El límite está en los 3.000 euros
Otro de los hechos que se ve reflejado en la legislación española es que, si se ingresan o retiran del banco una cifra igual o superior a 3.000 euros, la entidad bancaria está obligada a informar a Hacienda del movimiento. Ocurre lo mismo si se trata de una transferencia bancaria superior a 10.000 euros.
Pero esas cantidades no son lo común en el aguinaldo. Aunque la Ley diga que todos los movimientos, por pequeños que sean, se deben justificar en Hacienda, nadie los declara ni la Agencia Tributaria se preocupa por ellos ya que el número de movimientos es muy elevado y difícil de controlar.
Otra forma que existe de vigilar estos movimientos, en la que los bancos se ven involucrados, es con los billetes de 500 euros. En 2016, el Banco Central Europeo (BCE) emitió la orden de no emitir más billetes de 500 euros, por lo que si acudes al banco a ingresar o cambiar un billete de este tipo, estos se apuntarán tu nombre y documento de identidad para que Hacienda pueda saber dónde están esos billetes y quién los gasta. No significa que Hacienda inmediatamente vaya a abrir una investigación, sino que lo tendrá en cuenta por si esa información afecta de alguna manera a la tributación de la persona en cuestión.
Cuando el aguinaldo no es monetario
También es bastante frecuente en España regalar cestas o cajas de Navidad, que incluyen dulces típicos, botellas de vino o cava, embutidos, etcétera. Las más especiales suelen llevar una paletilla o un jamón, pero ya es hablar de palabras mayores.
Si la empresa ofrece estos regalos todos los años, se considera que estas cestas son rentas del trabajo en especie y han de estar incluidas en la nómina bajo el modelo 111. Esto significa que se deducirá el coste de la cesta de la nómina mensual en concepto de esa cesta.
Las rifas de cestas navideñas también se declaran siempre y cuando su valor supere los 300 euros, es decir, los ganadores de estas rifas deberán incluirla en su declaración de la renta si superan el valor indicado y pagar los impuestos que le correspondan por ella.
El aguinaldo en otros países
En España no es el único lugar del mundo donde se celebra el aguinaldo, como hemos visto en otros post de Ruta 67. En un gran número de países de Latinoamérica el aguinaldo es algo muy común, incluso obligatorio por ley en alguno de ellos, como es el caso de México.
Celebrar la Navidad sin preocupaciones fiscales
Aunque el espíritu navideño sea sinónimo de generosidad e ilusión, es esencial saber que los aguinaldos no están exentos de responsabilidades fiscales. Teniendo en cuenta cómo funcionan las normativas mencionadas y declarando adecuadamente estos beneficios a Hacienda, las empresas pueden hacer regalos a sus trabajadores sin preocupaciones de más. La transparencia y el cumplimiento de las normativas son clave para asegurar unas felices fiestas para todos.