Diego Ramiro Fariñas es investigador responsable de la Unidad de Estudios Demográficos y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). A nivel español es la institución que más investigaciones realiza sobre demografía y envejecimiento de la población. Ramiro Fariñas es también doctor en sociología y especialista en demografía, científico titular del Departamento de Población del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC, donde es corresponsable de la línea de investigación de Cambios sociodemográficos.
Miembro del comité directivo de la Unión Internacional para el estudio científico de la población y presidente de la Asociación de Demografía Histórica, el investigador ha hablado con el blog de VidaCaixa acerca de cómo se ve el futuro desde el punto de vista demográfico.
¿Hay superpoblación en el mundo?
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Depende de donde mires. Si se observan los mapas de población de España se ve que es un país muy poco poblado. La población se concentra fundamentalmente en las costas y en la capital, Madrid. Si miras a otras partes del mundo, como el sudeste asiático, que es la zona donde se concentra el 60% de la población mundial, entonces sí que puedes pensar que hay superpoblación. El efecto de una posible superpoblación a largo plazo es objeto de un intenso debate.
¿Y cuál es su opinión al respecto?
Si ahora se levantase Thomas Malthus de la tumba y viera la población que hay en la actualidad (más de 7.000 millones) y la comparase con la que había en su época (unos 1.000 millones) pensaría que, efectivamente, hay superpoblación y que es inabordable para la Tierra. La realidad es que la población actual es sostenible. Las proyecciones de población que tenemos para el futuro están en un rango de los 10.000-11.000 millones de habitantes. La distribución de esa población en el planeta es lo que puede afectar a las condiciones de vida de la población en determinadas áreas.
¿Por ejemplo?
Si tienes un crecimiento de la población en el continente africano muy grande y tienes déficit de agua es evidente que en esa zona existirán una serie de problemáticas que va a ser necesario atajar. En otras partes del mundo, por contra, se producirá el efecto contrario: habrá cada vez menos población. Tal es el caso de Europa. En un futuro a medio plazo, para el planeta, lo que se espera es una estabilización de la población o una caída de la población. Va a ser en ese momento cuando la gente empiece a preguntarse sobre la despoblación de la Tierra y sobre la caída de la población en todo el mundo y sobre el envejecimiento en general.
¿Será la caída de la fecundidad un problema en el futuro?
En general en la mayoría de los países del planeta están por debajo del reemplazo de la población. Esto será algo generalizado en el futuro. Hay países en los que la fecundidad no se está reduciendo tan rápidamente, como es el caso de algunos lugares de África. Eso puede crear desajustes en el crecimiento a nivel global. En algunos continentes, como Europa, el crecimiento de la población no solo se ha parado sino que ha va a ir decreciendo. Y eso va a traer otros aspectos relacionados como el envejecimiento, que van vinculados a un crecimiento de la longevidad y eso supone empezar a pensar cómo afrontamos ese envejecimiento.
¿Me lo puede explicar mejor?
Por ejemplo, cómo redistribuimos nuestra vida laboral a lo largo del conjunto de nuestra vida o cómo empezamos a tomar medidas en las personas de 65-70 años acerca de cómo esas personas van a afrontar su vida laboral… A lo mejor con un trabajo temporal a partir de ese momento. En otras zonas del planeta va a ser lo contrario. Una población muy joven, con una población activa que puede suponer un crecimiento económico muy fuerte. Eso va a ocurrir en muchos países africanos y en muchos asiáticos.
¿Cómo ve a España en 30 años desde el punto de vista demográfico?
Será un país envejecido, con una población muy importante de mayores y una esperanza de vida cada vez más alta. Estamos en la parte de los países con mayor esperanza de vida del mundo, con una fecundidad baja. En una proyección a 30 años no puedes aventurar cambios importantes de migraciones o de fecundidad porque no existe una forma de verlo. El ejemplo más claro son los cambios migratorios que hemos tenido en los últimos años. Las proyecciones que teníamos previas a 2001 eran de decrecimiento de la población. Nadie había pensado en una llegada de cinco millones de inmigrantes entre 2001 y 2011. La situación en la actualidad es totalmente inversa. Ahora los inmigrantes regresan y los españoles se van al extranjero, la fecundidad cae ligeramente, hay un retraso de la edad a la que se tienen los hijos, que está casi en los límites biológicos de lo que se puede retrasar este asunto. Hay cambios muy importantes en la sociedad española, donde hay un gran aumento de la cohabitación, algo que hace 30-40 años era impensable. En general España será una población envejecida, concentrada en zonas urbanas, con despoblación rural y eso va a seguir ocurriendo en el futuro.
¿Qué retos supone que una sociedad esté cada vez más envejecida?
Primero, es una gran ventaja que la gente viva cada vez más años. España en el año 1900 tenía una esperanza de vida de 35 años. El reto entonces era que se moría alrededor del 40% de los niños antes de los 10 años. Ahora, que no se nos mueren los niños y que la mortalidad infantil, así como la salud de la población en general, se ha incrementado de una forma tan grande, es algo positivo. La esperanza de vida en la actualidad se acerca a los 90 años y con esperanza de vida con niños que nazcan ahora por encima de los 100 años. Ahora bien, lo que hay que pensar es en cómo afronta ese cambio en la transformación de la estructura vital la sociedad. ¿Puede una sociedad como la española tener a una sociedad joven residiendo con sus padres hasta los 30 años o más y luego jubilándose a los 65 teniendo otros 30 más de esperanza de vida? El periodo de laboral sería de unos 30 años y el otro, el dependiente de una pensión, de otros 30 años.
¿Y qué se debería hacer?
Debería haber una incorporación al mercado laboral cada vez más joven. Las personas mayores de 65 años deberán seguir trabajando más allá de la edad de jubilación actual, aunque sea a tiempo parcial. La idea que teníamos de una persona de 65 años hace 20 años ahora mismo, en términos de salud, es como una persona que está en sus cincuentas.
¿Los 65 son los nuevos 50?
Sí, exacto. Quizá los 55 años. En sus cincuentas. La esperanza de vida de una persona actualmente a los 65 años es de 20 años más. En el futuro será de 30 años. Si la esperanza de vida la midieras al revés, es decir, cuánto tiempo te queda hasta tu muerte, y descontaras esos 20 años, llegarías a los 70 o 75 años. Y te quedarían 20 años de esperanza de vida después de que dejaras de trabajar. Hoy la perspectiva que se adopta no pasa por cuál es la esperanza de vida respecto a tu nacimiento sino cuánto te queda ante un probable fallecimiento. Esa es una forma nueva de medir el envejecimiento.
Los estudios que ustedes realizan van a los ministerios correspondientes para que se adopten las medidas convenientes, ¿es así?
De los trabajos que realizamos algunos están desarrollados para la administración pública, fundamentalmente para los institutos de estadística, así como para ofrecer nuevas herramientas de estimación de los cambios de la sociedad española. Lo hacemos a través de nuevas metodologías como son la creación de registros longitudinales de población.
¿Qué son?
Básicamente, a través del enlace de registros administrativos, padrón, registro civil, y toda esa información, tú creas historias de vida en las que vas vinculando esa información al individuo. Lo que los institutos de estadística tienen es un sistema de información con todos esos datos que se convierte en contínuo, que permite saber si una persona ha tenido un segundo hijo, por qué lo ha tenido, qué educación tiene, etcétera. Te ayuda a entender por qué ha tomado esa decisión y cuál puede ser su decisión en el futuro.
Esto es casi como tener una bola de vidrio…
Son datos que el ciudadano aporta a la administración y esa información sirve para crear esos registros. Esa información es más continua que los censos de población, que son una foto fija de cada diez años. Entre medio no sabías qué pasaba. España es un país que tiene transformaciones muy importantes que en otros países.