Tabla de contenidos
Un fondo de inversión y un plan de pensiones son dos de los vehículos de ahorro más utilizados en España. La razón por la que se opta por uno u otro varía en función del objetivo para el que se invierte el dinero. La fiscalidad y la liquidez son los otros dos aspectos clave a tener en cuenta al valorar una u otra herramienta financiera. A continuación, citamos las diferencias entre una opción y otra en diferentes aspectos.
El objetivo del ahorro
Esa es la primera pregunta que hay que responder. Cuando alguien contrata un plan de pensiones destina el dinero ahorrado a complementar la pensión pública de jubilación. Básicamente ese es el objeto por el que existe este instrumento.
Por otro lado, aunque con un fondo de inversión el dinero también puede servir para la jubilación, los ahorros también pueden destinarse a otro tipo de necesidades, desde la compra de un piso a la educación de los hijos o lo que se desee.
Haz tu simulación: Descubre el plan de ahorro ideal para tu futuro.
Por esta razón, si el objetivo del ahorro está destinado a la jubilación, la herramienta que mejor encaja es el plan de pensiones; en cambio, si el ahorro es para cualquier otro asunto, el fondo de inversión puede ser más útil.
La recuperación del dinero invertido
Una de las preguntas que muchas personas se hacen cuando utilizan un instrumento de ahorro como un plan de pensiones o un fondo de inversión es cuándo es posible recuperar el dinero invertido.
En el caso del fondo de inversión la respuesta es sencilla: cuando se desee y de forma inmediata. Harina de otro costal es valorar si el rescate vale la pena en términos de cómo ha rendido el dinero invertido.
Por el contrario, dado que el objetivo del plan de pensiones es ahorrar para la jubilación, su rescate únicamente puede llevarse a cabo bajo determinadas circunstancias. En la actualidad (2022), estas son las contingencias previstas:
- Jubilación.
- Invalidez.
- Fallecimiento.
- Dependencia severa o gran dependencia.
- Desempleo de larga duración.
- Enfermedad grave.
- Ejecución de vivienda habitual (desahucio).
- Rescate de aportaciones con más de 10 años de antigüedad (a partir del 1 de enero de 2025). La medida beneficiará a unos 8 millones de personas con planes de pensiones privados.
- ERTE.
- Afectados por coronavirus.
¿Cuánto se puede aportar en cada caso?
Los planes de pensiones cuentan con un límite de 1.500 euros anuales. Por el contrario, los fondos de inversión carecen de un tope, con lo que es posible invertir el dinero que se crea necesario.
Este límite se incrementará en 8.500 euros, siempre que tal incremento provenga de contribuciones empresariales, o de aportaciones del trabajador al mismo instrumento de previsión social por importe igual u inferior a la respectiva contribución empresarial.
Ventajas fiscales
Este es uno de los puntos clave. Si en algo se diferencia un plan de pensiones y un fondo de inversión es en su tratamiento fiscal. El primero, el plan de pensiones, cuenta como rentas del trabajo cuando se rescata. El fondo de inversión, por su parte, computa fiscalmente como rentas de ahorro.
Por otro lado, también hay que destacar que el dinero ahorrado en el plan de pensiones, con un límite como hemos visto de 1.500 euros anuales, es desgravable en la declaración de la Renta. Es decir, si la base imponible en la renta son 26.000 euros y aportas 1.500 euros anuales, esta se queda en 24.500 euros. Los fondos de inversión no cuentan con esta ventaja fiscal.
¿Dónde se invierten nuestros fondos en cada caso?
Los planes de pensiones son instrumentos de ahorro de bajo riesgo y, por ley, son herramientas que únicamente pueden ofrecerse desde entidades financieras con sede en España.
Los fondos de inversión, por el contrario, tienen más dinamismo. Su ámbito inversor es muy amplio y abarca diferentes mercados, tanto nacionales como internacionales y con más o menos riesgo en función del perfil del inversor. En este punto es importante diferenciar entre renta fija y renta variable.
Renta fija
La renta fija es un instrumento de inversión que genera unos intereses de forma periódica y devuelve el capital invertido a vencimiento. La forma más conocida de renta fija es la deuda pública, aunque el pagaré de una empresa o un depósito a plazo fijo también entran en esta categoría.
Renta variable
En la renta variable se desconoce anticipadamente la rentabilidad que se obtendrá. Dicha rentabilidad varía en función de los dividendos abonados por la compañía en la que se invierte, si se trata de una empresa cotizada, y del precio de las acciones el día que decidimos venderlas. Tanto en el caso de un plan de pensiones o de un fondo de inversión, la clave está en disponer de una cartera bien diversificada, con parte en renta variable y parte en renta fija.
¿Cuál es la mejor opción para mi jubilación?
¿Cuánto voy a cobrar cuando me jubile? es una de las preguntas que más a menudo se hacen muchos trabajadores. Para dar respuesta a esta cuestión existe este simulador de jubilación, una herramienta que, mediante una serie de cálculos, muestra cuáles serán los ingresos que esperamos en la jubilación y los que realmente se obtendrán.
El resultado sirve para conocer si en el futuro vamos a necesitar de ahorro privado para complementar la pensión pública o no. En el caso de comprobar que, efectivamente, lo que aspiramos a cobrar en la jubilación dista mucho de lo que objetivamente el Estado abonará, existen instrumentos como los planes de pensiones, los PIAS o los SIALP para rellenar ese hueco.
Del plan de pensiones ya se ha hablado ampliamente en este artículo. Por su parte, el objeto del PIAS es el ahorro para la jubilación mediante una renta vitalicia. Se trata de un instrumento con importantes ventajas fiscales, tales como que el rendimiento obtenido a partir de su constitución quedará exento de tributación a partir de los cinco años.
Por otro lado, en el caso del SIALP, los intereses generados generan a su vez nuevos intereses. Los rendimientos generados están exentos de tributación si se mantiene el ahorro vigente durante un mínimo de cinco años.
Más información:
Rescate del plan de pensiones.
Renta fija y renta variable: cómo confeccionar una cartera de inversión diversificada.