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De todas las fuentes de las que se nutre nuestra vitalidad, si hay una que es importante, esa es la del sueño. El sueño entendido como un descanso reparador. A la pregunta: «¿Te levantas por la mañana con la sensación de haber descansado bien y de estar despejado y vital?», ¿qué contestarías? La mayoría de las personas suelen adolecer de falta de horas de sueño o de no tener un descanso reparador.
Al margen de tener un bebé o estar enfermo, los principales motivos por los que no dormimos bien están relacionados con malos hábitos, como robarle horas al sueño y acostarnos tarde, no contar con una rutina y disciplina por la noche o no tener una buena higiene del sueño.
Durante la fase del sueño, nuestro cuerpo y nuestra mente entran en el taller. Mientras dormimos tiene lugar la chapa y pintura. Se repara el daño celular sufrido durante el día, el cerebro ordena, almacena y desecha carpetas e información que no necesita, nuestros neurotransmisores y hormonas se reequilibran… La falta de sueño altera la asimilación de la glucosa. Y cuando esta cae en picado, perdemos la capacidad de autocontrolarnos. Dormir bien nos ayuda a tener vitalidad, atención y concentración. Pero estamos de suerte, porque con una sola noche de sueño reparador, las funciones cognitivas cansadas vuelven a funcionar con efectividad.
¡Si deseas disfrutar de un buen descanso, te dejo aquí algunos consejos que te ayudarán a conciliar el sueño:
No le robes horas al sueño
No eres Superman ni Superwoman, siento recordártelo a estas alturas de la película. Ya nos gustaría poder robarle horas al sueño y dedicarlas a estudiar otra carrera, realizar un máster interesante, aprender un nuevo idioma o aprender a cocinar sushi. Pero no. El descanso y el sueño reparador son fuentes de vitalidad, felicidad y salud.
Son muy, pero que muy excepcionales, las personas capaces de estar divinamente, a nivel mental y físico, durmiendo menos de seis horas. Lo normal son siete u ocho. Incluso hay adultos que necesitan más. Ocasionalmente todos hemos tenido una punta de trabajo o un bebé que nos ha hecho modificar nuestro patrón de sueño. Pero se entiende que estas circunstancias son puntuales. Una punta de trabajo no se prolonga once meses al año.
Dormir lo suficiente a veces supone hacer renuncias. Las familias españolas, por lo general, se acuestan mucho más tarde que la media europea. Y casi, casi, que nos levantamos a la par. Pero en nuestra cultura eso de acostarte a las diez nos parece rarísimo. De hecho, en muchos hogares españoles, los niños que se encuentran en la etapa de primaria se acuestan más tarde de las diez, lo que es una barbaridad.
Anota todo lo que te preocupa y todo lo pendiente
Uno de los mayores estresores para la gente a la que le cuesta conciliar el sueño es el de rumiar por la noche. Se meten en la cama y, como quien no quiere la cosa, empiezan a dispararse cientos de pensamientos, ideas y preocupaciones. Esto no es evitable, pero sí lo es darle vueltas y ponerse a razonar con todo ello.
Para que tu mente se quede tranquila y sepa que no te vas a olvidar de nada, te animo a tener en la mesita de noche un bolígrafo y una libreta en la que anotar tus carpetas pendientes. Así tu cerebro podrá permitirse el lujo de relajarse. Sabe que todo está anotado y que mañana no tendrás problemas para recordarlo y atenderlo. A la mente le gusta que no pierdas detalle, que no te olvides de nada. Dale un descanso a tu procesador.
Practica alguna técnica de relajación muscular
Te dejo este enlace https://www.ivoox.com/32267405, en el que encontrarás un método de relajación. Es una técnica que dura 21 minutos. Solo tienes que seguir mi voz y dejarte llevar. Te aseguro que en menos de una semana no serás capaz de acabar esta relajación muscular, porque antes de llegar a las piernas te quedarás dormido.
La relajación muscular ayuda a conciliar el sueño y a que el descanso sea reparador. Además, si estás tenso o ansioso, también será una buena técnica para reducir tus niveles de ansiedad. Después de 14 días practicando la relajación muscular a diario, notarás un cambio también durante el día en cuanto al nerviosismo.
¿Qué te ayuda a conciliar el sueño?
Hay personas a quienes les ayuda la lectura, a otras la tele, meditar, relajarse. Aprende a conocerte y a detectar qué baja tu nivel de actividad. Por el contrario, hay personas a las que leer en la cama les activa y son capaces de terminar el libro. O hacer deporte les excita tanto que les produce insomnio. Lo ideal es que aprendas qué te genera sopor, qué te ayuda a desconectarte y que cojas una rutina con ello. Y por cierto, lo de contar ovejas es contraproducente. Buscamos que la mente descanse, no que le dé por hacer cálculo matemático.
Ten una rutina por las noches, domestica tu mente
Las rutinas nos dan seguridad. Están formadas por una concatenación de hábitos. Y los hábitos nos facilitan la vida porque nos ayudan a no pensar. De tal manera que cuando inicias el primer hábito, por ejemplo ducharte por la noche, tu mente ya sabe qué sigue a continuación: cenar, leer, meditar, lavarte los dientes y dormir. Y así cada noche. Es como domesticar el cerebro. En el momento en el que empieza el primer paso, tu cerebro ya sabe que en dos horitas le tocará dormir. Y así se prepara para ello.
Y cuida tu conciencia. No hay nada que dé peor calidad de sueño que una mala conciencia. Ser buena persona, coherente y con valores también facilita el sueño.