España envejece a un ritmo acelerado. En 50 años, uno de cada tres españoles (34,6% de la población) tendrá más de 65 años. Así lo aseguran las ‘Proyecciones de Población 2016-2066’ y la ‘Proyección de hogares 2016-2031’ del Instituto Nacional de Estadística (INE), que se han hecho públicas recientemente.
La fotografía que prevé el INE de España en el futuro muestra un país de gente mayor viviendo sola, que ha perdido 5,4 millones de habitantes y donde nacerán 300.000 niños menos cada año respecto a hoy. Todas estas transformaciones demográficas, de producirse como se prevén, implicarán cambios sociales y económicos de calado que afectarán a cuestiones básicas del Estado del Bienestar, como las pensiones de jubilación.
¿Por qué se producirán estos cambios? Las causas son múltiples y variadas. La crisis económica y migratoria, junto con la falta de políticas efectivas familiares, de ayuda a la natalidad y a la conciliación, se apuntan como principales causas.
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Y es que según la radiografía del INE, cada vez son más las personas mayores en la pirámide poblacional española. Si a día de hoy los mayores de 65 años representan el 18,7% del total de habitantes, en 2031 esta cifra aumenta hasta el 25,6% y hasta el 34,6% en 2066. Los datos también revelan que las personas mayores de 100 años aumenten espectacularmente, pasando de 16.460 personas hoy a 222.104 en medio siglo, lo que situará la esperanza de vida en cotas nunca vistas. En concreto, en 2066 ellos vivirán 88,5 años de media y ellas 91,6.
España perderá población. Hoy cuenta con 47,35 millones de habitantes. En el 2066 serán 41 millones, es decir, 5,4 millones menos debido al aumento de las defunciones, la disminución de los nacimientos y la menor llegada de inmigrantes, si las tendencias se mantienen como hasta ahora, que es la hipótesis con la que trabaja el encuestador público.
Con todo, la intensidad del envejecimiento de la población queda patente en los datos del INE. Con esta tendencia, la pérdida de población se centrará en el tramo de entre los 30 y los 49 años, que en tres lustros se reducirá en 4,2 millones (un 28,5%) y en 6 millones en 50 años (un 40,1%). En 2031 habrá 1,2 millones de niños menores de 10 años menos que hoy (un 25,9%) y 1,7 millones menos en cincuenta años (35,3%).
Ahora bien, por el contrario, a partir de los 70 años todos los grupos de edad experimentarán un aumento. Y en 2031 habrá 11,7 millones de personas mayores de 64 años, lo que significa tres millones más que en la actualidad, y 14,2 millones más (un 63,1%) de cara a 2066. La proyección del INE indica que esta evolución de la población modificará el actual patrón de hogares y dentro de quince años 5,5 millones de ellos serán unipersonales (el 28,6% del total), motivo por el que, pese a la reducción de la población, España tendrá casi un millón de hogares más que ahora, 19,3 millones, en 11,7 millones de los cuales sólo vivirán una o dos personas.
No es la primera vez que vemos en el blog de VidaCaixa las consecuencias que las proyecciones demográficas en España pueden tener sobre el futuro de las pensiones. En otros artículos hemos visto cómo el creciente envejecimiento de la población que prevé el INE tendrá un fuerte impacto tanto en el crecimiento económico y el mantenimiento del actual estado del bienestar como en el futuro de las pensiones públicas.
De hecho, como ya vimos en ¿Cuáles son los principales retos demográficos a los que se enfrenta España?, el actual sistema de reparto de pensiones puede quedar “en jaque” debido al incremento previsto de la tasa de dependencia (número de personas mayores de 65 años respecto a aquéllas en edad de trabajar).
Hay más datos que van en esta línea. Por ejemplo, el importante mensaje que revela la evolución de la tasa de dependencia en España en los últimos años. Si en 1980 un total de 5,3 personas en edad laboral pagaban la pensión de un jubilado, en la actualidad esta cifra se ha ido reduciendo hasta las 2 personas por pensionista. Las proyecciones del INE señalan que en 2060, si todo sigue como hasta ahora, casi será una persona en edad de trabajar (1,3 concretamente) la que mantendrá a cada pensionista.
No en vano muchos españoles se preguntan, a tenor de estos datos, qué van a cobrar de pensión cuando se jubilen. El simulador de jubilación que recientemente se ha puesto en marcha permite tener una idea más clara acerca de cómo será económicamente el futuro de cada persona y aporta más elementos para poder tomar las decisiones pertinentes en relación al ahorro de cara a la jubilación. Sin duda, se trata de un buen ejercicio para conocer si estamos llevando a cabo una buena estrategia de ahorro a fin de estar cubiertos de cara al futuro.
El plan de pensiones, el plan individual de ahorro sistemático (PIAS) y el seguro de ahorro individual a largo plazo (SIALP), todos ellos con importantes ventajas fiscales, son tres herramientas de ahorro para el futuro.
En el caso del ahorro invertido en un plan de pensiones, cabe resaltar que es deducible en su totalidad en la declaración de la renta, sin superar el límite de los 1.500 euros anuales o el 30% de las rentas netas del trabajo.
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En relación al PIAS, hay que poner de relieve que no se pagan impuestos si se rescata el ahorro en forma de renta vitalicia. Existe una limitación anual de 2.000 euros, como sucede con el plan de pensiones, y la aportación máxima total no puede superar los 240.000 euros.
Con un SIALP es importante destacar que no se tributa si se mantiene la inversión al menos cinco años y no se superan los 5.000 euros por persona y año.