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En materia de fiscalidad e impuestos, la Renta es uno de los procesos protagonistas y una de las citas más importantes de la mayoría de españoles con Hacienda, pero sobre todo para los autónomos. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es diferente para cada uno de los trabajadores en función a nuestra situación económica y laboral. De ahí que existan varias modalidades de tributación en el IRPF para trabajadores por cuenta propia; una de ellas es la estimación directa simplificada. En este post te contamos qué es y a quién afecta este régimen. ¡Encuentra en Ruta67 todo lo que debes saber sobre la estimación directa simplificada a través de un ejemplo!
¿En qué consiste el régimen de estimación directa simplificada?
Cómo cada primavera los contribuyentes declaran sus impuestos y gastos deducibles reales que han tenido durante el ejercicio fiscal, de forma que se calcula el IRPF para cada caso en función a las rentas o beneficios obtenidos.
El régimen de estimación directa simplificada es una de las opciones para tributar el IRPF recogida por la Ley 58/2003, en los artículos 51 a 53, para regular la situación fiscal de autónomos y profesionales independientes.
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Una de las primeras dudas en materia tributaria que suelen tener estos trabajadores está relacionada con qué régimen se les aplicará para determinar el rendimiento de su actividad. Esta opción permite a los propietarios de negocios y pequeñas empresas calcular sus impuestos de manera más sencilla, de forma que se calcula el IRPF por los beneficios obtenidos y sin tener que llevar la contabilidad de su negocio.
Por tanto, la estimación directa simplificada es uno de los tres tipos de régimen para realizar la declaración de impuestos para autónomos para calcular los ingresos y gastos en el ejercicio fiscal.
Diferencia entre estimación directa normal o simplificada
Cuando un autónomo se da de alta siempre se plantea dudas a la hora de declarar el IRPF, ¿qué es mejor: la estación directa normal o la simplificada? La mayor parte de los autónomos deben escoger la estimación directa simplificada, el motivo es que esta modalidad tiene una aplicación más sencilla y no obliga a llevar una contabilidad tan exhaustiva. ¿Por qué? Porque ese fue el origen y planteamiento de esta modalidad.
El sistema de estimación directa es una forma de declarar el IRPF tomando en consideración los ingresos anuales reales, es decir, la diferencia entre tus gastos y tus ventas. Por tanto, facilita mucho los trámites con Hacienda. Si eres autónomo y no estás tributando en el sistema de módulos y quieres simplificar tus obligaciones con la Agencia Tributaria, escoge este sistema.
A diferencia de la simplificada, la estimación directa normal es el régimen de IRPF en el que, obligatoriamente, deben tributar los autónomos que hayan tenido una facturación superior a 600.000 euros en el ejercicio anterior. Aún así, podrán incluirse de forma voluntaria el resto de autónomos.
La estimación directa normal permite escoger el sistema de amortizaciones de entre las opciones establecidas en la Ley del Impuesto sobre Sociedades, mientras que en la simplificada sólo se acepta el método lineal, es decir, amortizar de manera constante durante la vida útil del bien, conforme a la tabla simplificada establecida por Hacienda.
El modelo 130 es el que deben elegir cuándo el régimen fiscal es de estimación directa y simplificada, mientras que el modelo 131 cuando se trate de los conocidos módulos, o estén dentro del régimen de estimación objetiva.
¿Quién puede declarar en la modalidad simplificada?
Pueden declarar en estimación directa simplificada los contribuyentes que en el año anterior tengan un volumen de negocios para el conjunto de sus actividades que no supere los 600.000 euros. Y deben utilizar este sistema los autónomos que no estén tributando en el sistema de módulos.
Los autónomos que desarrollen actividades que no estén acogidas al régimen de estimación objetiva y que no superen los 600.000 euros en el año anterior, si la facturación es superior a ese importe, tendrá que escoger el régimen de estimación directa normal.
¿Cómo acogerse a la estimación directa simplificada? Todo lo que necesitas saber
En esta modalidad los empresarios y profesionales necesitarán presentar el libro de registros de ventas e ingresos, el libro de compras y gastos, y el libro de los bienes de inversión y de provisiones de fondos.
En la estimación directa simplificada, al cálculo del rendimiento neto se le aplican algunas excepciones, como que las amortizaciones del inmovilizado material se practican de forma lineal, en función de la tabla de amortización simplificada, especial para esta modalidad que se encuentra en la web de Hacienda.
Además, las provisiones deducibles y los gastos de difícil justificación se cuantifican exclusivamente aplicando un 5% del rendimiento neto positivo, excluido este concepto. No obstante, no se aplicarán cuando el contribuyente opte por la reducción por el ejercicio de actividades económicas.
Ejemplo de régimen de estimación directa simplificada
El cálculo de los beneficios de la estimación directa simplificada es sencillo, se determinan los ingresos relativos a las ventas o a la prestación de servicios, y se añaden las subvenciones o las indemnizaciones.
Después, se restan los gastos deducibles, como por ejemplo, suministros, alquileres, personal, etc. Y se restan también las amortizaciones que, como mencionamos anteriormente, se realizan de forma lineal y partiendo de una tabla que se ha creado por Hacienda para este régimen de estimación directa simplificada.
Así se obtiene el rendimiento neto al que se le sustraen las provisiones y gastos de difícil justificación, lo que se calcula como hasta un 5 % del rendimiento neto y con un límite de 2.000 €.
La forma más sencilla de comprobar cómo sería el cálculo en la estimación directa simplificada es a través de un ejemplo. Este es el caso de Alejandra, ella es autónoma y trabaja en una consultoría financiera. Este año ha ganado 60.000 euros por sus servicios, por lo que se acoge al régimen de estimación directa simplificada.
Alejandra presenta su libro de ingresos y gastos, así como el de inversiones. Los gastos deducibles llegan a los 15.000 euros y según la tabla de amortización para el régimen de estimación directa, la joven puede amortizar 2.000 euros.
Para determinar el beneficio de Alejandra, restamos los gastos deducibles, las amortizaciones y los gastos de difícil justificación de nuestros ingresos brutos:
- (+) Ingresos computables: 60.000€
- (-) Gastos deducibles: 15.000€
- (-) Amortizaciones: 2.000€
- (=) Rendimiento neto: 43.000€
- (-) Provisiones deducibles y gastos de difícil justificación: 2.000€ *
- (=) Beneficio o pérdida: 41.000€
*El 5% de 43.000€ es 3.010€ y excede el límite aplicable de 2.000€.
Por lo tanto, en este ejemplo, nuestro beneficio imponible para el cálculo del IRPF sería de 41.000€. El régimen de estimación directa simplificada es una opción atractiva para aquellos autónomos y pequeñas empresas cuya facturación no supera ciertos límites y que buscan una forma más sencilla de calcular y declarar sus impuestos. Al optar por este régimen, se reducen las obligaciones contables, lo que permite una gestión más ágil y menos burocrática de la actividad económica.