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¿Alguna vez has pensado que la huella que dejas en el planeta también tiene que ver con el agua que consumes a diario? Muchas veces asociamos los términos de sostenibilidad o impacto ambiental a algunos hábitos muy concretos como el uso del transporte público, el ahorro energético o el reciclaje, pero pocas veces nos planteamos que realmente se trata de procesos que van más allá. Todo lo que consumimos, desde la ropa hasta la alimentación, tiene su impacto en el planeta y cuando hablamos de impacto y, por tanto, de huella, no podemos dejar pasar la huella hídrica, que se traduce en evaluar el uso responsable de los recursos de agua dulce.
Cada proceso de producción necesita del agua para llevarse a cabo. Y hasta aquello que menos nos esperamos, puede requerir de litros y litros de este bien tan preciado para la población mundial. Así, en este post te contamos como la huella hídrica es ese concepto que se usa para medir el impacto del uso del agua en la producción de bienes o servicios, es decir, va más allá del consumo de agua de una persona, una empresa o incluso, de una región. Te contamos qué es la huella hídrica, qué tipos hay, así como el impacto del agua en el cambio climático. No te pierdas nada y descubre cómo se calcula tu huella hídrica.
¿Qué es la huella hídrica?
La huella hídrica es un término que acuñó el reconocido investigador y académico de la UNESCO, el neerlandés Arjen Hoekstra, reconocido por haber desarrollado una forma de medir la cantidad de agua utilizada directa e indirectamente en la producción de un producto o servicio.
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Su investigación y su trabajo en este campo han contribuido a la conciencia sobre el uso sostenible del agua y la gestión de los recursos hídricos a nivel mundial. Además, el investigador fue un defensor activo de la gestión sostenible del agua en la agricultura y su legado es hoy tan importante que aún sigue influyendo en las políticas y decisiones relacionadas con la gestión de los recursos hídricos.
Pero ¿qué es la huella hídrica? Pues el concepto se reconoció en 2002 y se trata de el término usado para referirse a la medida del agua necesaria durante la producción de cualquier producto, desde una camiseta, hasta de un trozo de carne o incluso la construcción de un edificio. Es un uso de agua del que no se había tenido conciencia hasta entonces.
Así, la huella hídrica se utiliza para evaluar la cantidad total de agua dulce que se utiliza directa o indirectamente en todo el ciclo de vida de un producto o proceso, desde la producción de materias primas hasta para reciclar o eliminar desechos.
Tipos de huella hídrica
La huella hídrica es una herramienta importante para comprender y abordar la escasez de agua y la gestión sostenible de los recursos hídricos; cuenta con tres componentes principales:
1. Huella hídrica azul: Se trata del agua que se recoge de fuentes naturales o artificiales, es la cantidad de agua superficial y subterránea que se extrae y consume directamente a través de infraestructuras creadas para la producción o el consumo. Incluye el agua que se utiliza para riego, procesos industriales, abastecimiento de agua potable, etc.
2. Huella hídrica verde: Representa el agua de lluvia o nieve que se utiliza durante el crecimiento de los cultivos o la producción de alimentos y productos agrícolas.
3. Huella hídrica gris: La contaminada o la que necesita ser filtrada porque se ha usado para tratar el agua o los residuos, o en algún proceso de producción. Necesita ser diluida para cumplir con los estándares de calidad del agua exigidos por las regulaciones.
Cómo se calcula la huella hídrica
Como hemos mencionado, las estimaciones sobre los usos del agua no tenían en cuenta los litros que se usaban para la producción de bienes y servicios, por ello, tan solo se realizaban mediciones sobre el consumo de las fuentes de agua naturales. Ahora el indicador de la huella hídrica incluye las largas cadenas de producción y los consumos específicos de estos procesos o en cada una de las etapas.
¿Cómo se calcula la huella hídrica? Evaluando el uso del agua que se requiere para la producción, incluyendo las materias primas, las cadenas de producción, los servicios y cualquier tipo de producto. Su cálculo se establece sumando las necesidades de uso y consumo en cada una de estas etapas de producción desde el origen hasta el consumidor final.
Gracias a la labor del profesor Hoekstra se establecieron las bases por las que hoy en día se calculan estos porcentajes por centenares de investigadores, empresas y gobiernos en todo el mundo, buscando así la manera de reducir el consumo y hacer una gestión sostenible de los recursos hídricos.
El impacto del agua en el cambio climático: ¿para qué sirve la huella hídrica?
Al fin y al cabo, la huella hídrica nos hace tomar conciencia: ¿cuántos litros de agua se usan para fabricar la ropa que llevamos? ¿cuántos para la producción de la carne y los procesados? ¿Y en las industrias más potentes? La huella hídrica nos sirve para tener un valor de referencia en nuestro uso del agua y sobre todo el valorar dónde podemos mejorar, es un punto de partida para establecer usos más eficientes y objetivos sostenibles.
Además, la huella hídrica sirve para:
1. Identificar áreas de ineficiencia en la producción y el consumo de agua, lo que puede ayudar a tomar medidas para reducir el uso de agua en ciertos procesos o actividades.
2. Evaluar el impacto ambiental y social del uso del agua en la producción de bienes y servicios, lo que puede ayudar a tomar decisiones más sostenibles.
3. Informar a los consumidores sobre el uso de agua asociado con los productos que compran, lo que puede fomentar el consumo consciente y sostenible.
4. Ayudar en la gestión de recursos hídricos a nivel local, regional y nacional, al proporcionar información sobre la disponibilidad y el uso de agua en diferentes sectores de la economía.
La huella hídrica tiene múltiples usos. Como indicador de sostenibilidad, brinda una referencia valiosa para la gestión del agua, al permitir la identificación de oportunidades de mejora en la eficiencia del agua en las organizaciones y procesos de producción. Esto puede ayudar a las organizaciones a establecer objetivos específicos y a desarrollar estrategias para su manejo eficiente del agua. Adicionalmente, la huella hídrica ofrece una perspectiva más completa del consumo de agua, al considerar no solo el agua directamente consumida, sino también el agua ‘virtual’ o ‘incorporada’ en los productos y servicios.
En conclusión: la huella hídrica, indicador para la sostenibilidad
España ocupa el octavo puesto en el ranking global de mayor huella hídrica y es un indicador necesario para evaluar el uso responsable de los recursos de agua dulce, así como para tomar medidas urgentes para reducir el impacto y lograr procesos más sostenibles sobre la gestión de este recurso tan valioso para la población mundial.
En resumen, la huella hídrica es una herramienta que permite medir y analizar el uso de agua en diferentes actividades humanas y es fundamental para promover la conservación y el uso sostenible del agua dulce, un recurso limitado y vital para la vida en la Tierra.
