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La jubilación es un hito importante en la vida de cualquier persona. Marca el final de una etapa laboral y el comienzo de una nueva fase en la que se espera disfrutar del merecido descanso y aprovechar el tiempo en actividades que siempre hemos estado deseando hacer. Sin embargo, este cambio también puede afectar emocionalmente de manera significativa en las personas.
En España, debido a las tendencias demográficas, el número de personas que se jubilan aumenta cada día más a pesar de que la edad de jubilación cambia cada año. Es por eso que es crucial comprender y abordar los desafíos emocionales que surgen durante esta transición. Hay gente que durante su etapa laboral se ha enfocado únicamente en sus tareas, dejando de lado las aficiones y los placeres del día a día. Es muy probable que luego esas personas tiendan a sentirse raros cuando disponen del tiempo libre de la jubilación, llegando incluso a afectar a su salud mental.
El impacto emocional de la jubilación por fases
Desde el punto de vista de la psicología, durante la jubilación se pueden vivir diferentes fases, como si de una ruptura o un luto se tratase. Hace años, el psicólogo Robert Atchley sugirió un modelo explicativo sobre esta etapa:
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- Luna de miel: suelen ser las primeras semanas posteriores a la fecha de jubilación. Es como si estuviéramos de vacaciones ya que el tiempo transcurrido es muy similar a cuando tenemos días de descanso en el trabajo. Muchas veces se puede sentir mejor que unas vacaciones ya que no tenemos ese pensamiento de tener que volver a trabajar. Por norma general, las personas en esta etapa suelen estar muy alegres y contentos de poder disfrutar su nueva forma de vida, organizan viajes, actividades nuevas, etc.
- Desencanto: se dice que se tarda 21 días en crear un nuevo hábito y una vez ya se están acostumbrando a la nueva rutina, los jubilados empiezan a darse cuenta de la realidad: ha habido un cambio económico, si no se ha ahorrado lo suficiente, puede llegar a ser una peor situación financiera; también se echa de menos las tareas del día a día en el trabajo, los compañeros, etc. Ante esta situación, muchas personas pueden tener síntomas propios de la ansiedad o la depresión, así como tendencia a hacer una cantidad muy elevada de planes a pesar de no ser plenamente satisfactorios para tener esa sensación de organización del día a día.
- Reorientación: tras el choque de realidad que supone pasar de tener un día a día construido a no saber qué hacer para matar el tiempo, las personas vuelven a buscar expectativas nuevas sobre su jubilación, más realistas antes la nueva situación que están viviendo.
- Estabilización: por último, cuando ya hemos reorganizado nuestra rutina, creado una nueva ante la situación que estamos viviendo, es el momento en el que encontramos la estabilidad tan deseada. A partir de este momento es cuando de verdad se empieza a disfrutar de la tan merecida jubilación.
Sin embargo, el impacto emocional de la jubilación puede ser más grande de lo que llegamos a imaginar en los años previos. Para ello, os explicamos algunas estrategias para enfrentar estos desafíos.
La pérdida de identidad laboral:
Uno de los aspectos más destacados de la jubilación es la pérdida de identidad laboral. Durante decenas de años, gran parte de la vida de una persona está dedicada al trabajo, más de un 20% de las horas que tiene un año están dedicadas al trabajo. ¿Alguna vez te has juntado con amigos y habéis acabado hablando de vuestro trabajo? Es completamente normal e inevitable puesto que es a lo que dedicamos más de un tercio de nuestro día a día y, aunque no nos defina como personas, forma parte de lo que somos.
La jubilación implica dejar atrás esa parte fundamental de la identidad. La sensación de pérdida puede generar sentimientos de vacío, falta de propósito y una disminución de la autoestima. Es importante reconocer este desafío y buscar nuevas formas de construir una identidad más allá del ámbito laboral.
Cambio en las relaciones sociales:
La jubilación también puede tener un impacto en las relaciones con nuestro entorno. Muchas personas crean vínculos significativos en el trabajo, hacen nuevos amigos y puede que parejas. El retiro puede llevar a la pérdida de contacto con compañeros de trabajo y por ende, que disminuyan las interacciones sociales diarias. Esto puede generar sentimientos de soledad y aislamiento. Es fundamental fomentar y mantener relaciones sociales fuera del entorno laboral, participando en actividades sociales, grupos de interés y voluntariado, para mantener una red de apoyo y evitar que nos aislemos de la gente. Muchas veces el impacto emocional de la jubilación es más grande por no relacionarnos con los demás que por la nueva rutina.
Adaptación al cambio de rutina:
La rutina diaria que proporciona el trabajo se ve completamente alterada con la jubilación, lo que puede generar cierta incertidumbre y desorientación en el día a día. Aunque no todos los días nos levantemos con ganas de ir a trabajar, la estructura que nos da el trabajo desaparece, y es necesario adaptarse a una nueva forma de organizar el tiempo y establecer nuevas metas. Es recomendable fijar rutinas saludables, mantener una agenda activa (sin excederse, como mencionamos unas líneas más arriba) y dedicar tiempo a actividades que generen satisfacción personal, como aficiones, ejercicio físico o aprendizaje continuo.
Impacto financiero y preocupaciones económicas:
En muchos casos, la jubilación viene de la mano de cambios económicos significativos. Dependiendo de los ingresos y la pensión recibida, algunas personas pueden verse con el agua al cuello si mantienen su nivel de vida previo, lo que genera estrés y ansiedad.
Es fundamental llevar a cabo una planificación financiera adecuada antes de la jubilación, asegurándose de contar con los recursos necesarios para mantener un nivel de vida satisfactorio. Buscar asesoramiento profesional y ajustar el presupuesto pueden ayudar a aliviar estas preocupaciones.
Aprovechando las oportunidades:
A pesar de los desafíos emocionales, la jubilación también brinda muchas oportunidades para explorar nuevos intereses, dedicar tiempo a pasiones postergadas y disfrutar de la vida con mayor libertad. Es importante enfocarse en las ventajas de esta etapa, establecer metas realistas y adaptarse a un estilo de vida más relajado. Viajar, participar en actividades recreativas, disfrutar de la familia y el tiempo libre son aspectos valiosos para el bienestar emocional durante la jubilación.
Si ves que la jubilación no acaba de ser el tipo de vida que te gusta, siempre habrá opciones que se ajusten a ti como retrasar la edad de retiro lo máximo posible o tener una jubilación activa.
En definitiva
La jubilación puede generar un impacto emocional significativo en las personas, pero también ofrece una etapa llena de posibilidades. Es fundamental reconocer y abordar los desafíos emocionales que surgen durante esta transición, como la pérdida de identidad laboral, cambios en las relaciones sociales y la adaptación a una nueva rutina. Al mismo tiempo, es importante aprovechar las oportunidades que la jubilación brinda para explorar nuevos intereses y disfrutar de una vida plena y satisfactoria. Con una planificación adecuada y una mentalidad positiva, la jubilación puede convertirse en una etapa emocionante y gratificante en España.