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Comenzar a invertir no suele ser tarea fácil, sobre todo si no tenemos conocimientos previos. Es necesario familiarizarse con términos y conceptos esenciales, como ‘inflación’, ‘diversificación’ o ‘volatilidad’, y conocer cómo funcionan los productos de inversión de menor riesgo.
Y es que si tuviéramos que dar un consejo para empezar a invertir, sería ir poco a poco, dando pasos firmes y seguros, investigar, diversificar y tener paciencia. En este post te contamos todo lo necesario para comenzar a invertir tu dinero. ¡No te lo pierdas!
Conceptos sobre la inversión
Cuando comiences a informarte, leerás y escucharás continuamente conceptos que se repiten y que tienen mucho que ver con tus inversiones.
Invertir no es más que depositar dinero en un fondo o banco para obtener una futura rentabilidad. Como sabrás, invertir dinero conlleva un riesgo y, a mayor riesgo, mayor rentabilidad.
Antes de empezar a invertir, es necesario leer e informarse lo máximo posible sobre los tipos de productos, sus riesgos y sus posibilidades. Para que te resulte más fácil y ameno, hemos preparado esta guía de conceptos básicos que debes manejar antes de realizar una inversión:
Inflación
La inflación se produce cuando los precios de los productos y servicios suben durante un periodo de tiempo. Cuando la inflación sube, tu dinero pierde valor, es decir, puedes comprar menos cosas con la misma cantidad de dinero.
Influye en muchos aspectos de la economía mundial, especialmente en las políticas fiscales. En el caso del ahorro, la inflación es el enemigo a batir, pues el valor de nuestro dinero baja. Aquí es donde entran en juego las inversiones: es necesario mover ese dinero y obtener rentabilidad para vencer a la inflación.
Acciones
Las acciones de una empresa son pequeñas partes de todo su capital. Si compras una, estarás adquiriendo un ‘trocito’ de la empresa.
Puedes invertir en acciones, lo que significa que si el valor de la empresa sube, el valor de las acciones que hayas comprado también subirá. La ganancia se produce al vender las acciones más caras que el precio al que fueron compradas.
Cartera de inversión
La cartera de inversión es simplemente el conjunto de inversiones que tenemos en marcha en el mismo periodo de tiempo, ya sean acciones, fondos o bonos.
¿Para qué puede servirnos tener una cartera de inversión? Para reducir los riesgos de pérdida, puede ser buena idea diversificar nuestras inversiones, un concepto del que te hablamos a continuación.
Diversificación
Diversificar nuestras inversiones significa dividir el dinero que tenemos invertido en diferentes productos en lugar de en uno solo. De esta forma, el nivel de riesgo se divide, por lo que las posibilidades de pérdida son más limitadas y, a su vez, la pérdida sería menos relevante y cuantiosa.
Volatilidad
La volatilidad es un concepto que está directamente relacionado con el riesgo de un activo, aunque no debemos confundirlos. La volatilidad reúne las subidas y bajadas de rentabilidad de una inversión y, en definitiva, determina su estabilidad.
Por tanto, este concepto puede suponer un riesgo en el corto plazo, pero también representar una oportunidad (o no) en el medio/largo plazo.
¿Dónde debo invertir mi dinero?
Siempre es recomendable, si no tenemos experiencia en el mundo de las inversiones, dejarse aconsejar por un gestor o un experto que valorará nuestra situación y patrimonio para saber qué productos son los más adecuados.
Como paso previo, te aconsejamos que fijes un objetivo realista, tanto de ganancia como de posible pérdida. Es esencial tener claro lo que estás dispuesto a invertir y a perder. Una vez fijada la cantidad, es más sencillo valorar dónde y en qué invertir.
No obstante, si estamos empezando, lo mejor siempre será diversificar e ir haciendo pequeñas aportaciones en distintos productos. Así, podremos ir comprobando qué manera de invertir nos conviene más.
Ahora bien, las opciones más comunes y de riesgo bajo para comenzar a invertir dinero son los planes de pensiones, los fondos de inversión y el plazo fijo. Veamos en qué consisten.
Invertir en planes de pensiones
Aunque no es una inversión tal como la entendemos, los planes de pensiones son una opción que nos ayuda a ahorrar, a la vez que nos aporta rentabilidad a lo largo de los años. Una de sus grandes ventajas es que nos permite desgravarnos ciertas aportaciones.
Las cantidades que aportamos año a año a este instrumento de ahorro se restan de la base imponible del IRPF, lo que nos permitirá llegar a la jubilación de manera tranquila con un buen colchón.
Invertir en fondos de inversión
Un fondo de inversión es una cartera que reúne las aportaciones hechas por un conjunto de inversores. Todas estas aportaciones se invierten conjuntamente en productos, y cada participante tiene su parte proporcional según lo que haya invertido.
Los inversores pueden comprar o vender participaciones, por lo que el valor total de ese fondo de inversión aumenta o disminuye.
Este producto tiene muchas ventajas para inversores inexpertos. Permite diversificar el dinero que invertimos y así reducir el riesgo de perder toda la inversión. Además, nos ahorra la toma de decisiones, ya que se toman de manera conjunta.
Invertir a plazo fijo
En un depósito a plazo fijo, el inversor presta una cantidad de dinero al banco durante un periodo de tiempo determinado. A cambio, pasado ese tiempo, el banco devuelve ese dinero con intereses.
Es un tipo de inversión de riesgo leve, ya que tenemos un mayor control sobre el dinero depositado, sabemos cuánto tiempo dura y la rentabilidad que nos reportará. El riesgo es bajo, por lo que los intereses también lo son.
Por supuesto, también existen opciones de riesgo moderado, como invertir en acciones o en criptomonedas, pero, por su tendencia a la volatilidad, no son las más aconsejables para inversores inexpertos.
Entonces, ¿en qué debemos invertir?
Para comenzar a invertir es esencial estar muy informados y conocer bien cada concepto. Es simple cuestión de tiempo estar cada vez más familiarizado con las inversiones y el indistinto irá mejorando poco a poco. Aun así, el mundo de las inversiones se caracteriza por ser cambiante e imprevisible. Lo que ayer nos daba mucha rentabilidad, mañana puede que acabe en desastre, y ese es un riesgo que debemos estar dispuestos a correr.
Por eso, como ya hemos comentado, la mejor manera de dar los primeros pasos en el mundo de la inversión, tan diverso y en ocasiones complejo, es ir despacio y con buena letra. Solo así iremos entrenando nuestro olfato para ir asumiendo mayores riesgos y, con ello, mayor rentabilidad.