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La palabra jubilación proviene del latín ”jubilare”, que significa gritar de alegría. La jubilación es uno de los momentos clave en la vida de toda persona. El momento en el que salimos de la vida laboral, en el que comenzamos a recoger los frutos de toda una vida trabajando: tiempo libre y la pensión de jubilación que nos corresponde.
Es uno de los derechos fundamentales más importantes en toda sociedad pero, ¿sabes cuáles son los orígenes de la jubilación? ¿De dónde viene esa palabra? ¿Cómo han evolucionado las pensiones a lo largo de la historia? En este post, nos remontamos hasta la era de los romanos para descubrir la historia de la jubilación, ¿nos acompañas?
Historia de la jubilación: sus orígenes romanos
Antes de existir las prestaciones por jubilación, en la época romana las personas de edad avanzada estaban protegidas por las “normas de protección de los mayores”. Dentro de estas estaba la “Ley de la cigüeña”, que aseguraba una etapa de retiro digna en la que los hijos estaban obligados a cuidar de sus padres.
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Más tarde, el imperio romano puso en marcha una medida de protección social para los soldados mayores que habían militado durante más de 25 años en el ejército. Les concedían una parcela de terreno y un equivalente en dinero a 12 años de paga de la época. Eso sí, es cierto que muchos soldados fallecían antes de esos 25 años de servicio militar.
El origen de la jubilación tal como la conocemos
Las pensiones son el principal pilar de la jubilación, y lo que hoy conocemos como pensiones de jubilación tienen su origen en el imperio romano, pero, ¿en qué momento se implantaron? Las prestaciones que recibimos actualmente al jubilarnos nacieron a finales del siglo XIX en Prusia. Su primer ministro, Otto Von Bismarck, también conocido como el fundador de la Alemania moderna, ideó un programa de seguro social para la vejez con el fin de aumentar la calidad de vida de los trabajadores y así esquivar posibles levantamientos y huelgas.
Tras la Primera Guerra Mundial, se empezaron a crear los primeros sistemas de seguridad social y en 1919 nació la Organización Internacional del Trabajo, un organismo de las Naciones Unidas que se ocupa de asuntos relativos al trabajo y a las relaciones laborales.
El derecho a la pensión de jubilación la desarrolló definitivamente en 1948 la ONU. En los artículos 22 y 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, se recoge el “derecho a la seguridad social” y a “una existencia conforme a la dignidad humana”.
Los orígenes de la jubilación en España
Las pensiones de jubilación en España tienen su origen en el año 1900, cuando la Ley de Accidentes de Trabajo desarrolló el primer seguro social, aunque este solo cubría la invalidez. Más tarde, en el año 1908, se creó el Instituto Nacional de Previsión, cuya finalidad era financiar el retiro de los trabajadores. Pero fue en 1919 cuando pasó a ser obligatorio: debían abonar una parte mensual los trabajadores, otra el Estado y otra los patronos. Si el trabajador había cotizado durante 20 años, al cumplir los 65 recibiría una pensión de una peseta al día.
Seguimos con la historia de la jubilación en el año 1931, cuando se regularon, en el artículo 46 de la Constitución de la Segunda República, los distintos seguros de protección laboral: por enfermedad, por accidente, por paro forzoso, por vejez, por invalidez y por muerte.
Más tarde, en 1939, se crearon los Fueros del Trabajo, entre los cuales se encontraba el llamado Subsidio de Vejez. Cada trabajador que se jubilaba a partir de aquel año recibía una pensión vitalicia, costeada por los trabajadores que estaban en ese momento en activo: lo que conocemos hoy en día como sistema de reparto.
En los años 60 se empezó a perfeccionar este sistema, y fue en 1963 cuando se implementó un modelo unitario de protección social y en 1978 cuando se creó el actual sistema de Seguridad Social.
En 1995, el famoso Pacto de Toledo ajustó algunos flecos para que el sistema de pensiones fuera sostenible en el tiempo: subir las pensiones junto con la inflación para mantener el poder adquisitivo, crear un Fondo de Reserva, fijar la edad de jubilación en los 65 años o diferenciar los gastos en pensiones de los gastos en sanidad.
En resumen
El germen de lo que hoy conocemos como pensión de jubilación nació en la antigua Roma, pero este derecho fundamental ha sufrido importantes cambios desde entonces. De hecho, aún hoy se siguen buscando fórmulas para que el pago de prestaciones sea sostenible y cada territorio tiene su propio sistema de pensiones.
Este breve recorrido por la historia de la jubilación solo es una muestra de cómo un mismo sistema puede mutar en el tiempo, de la necesidad de adaptarlo a los tiempos y a los cambios demográficos y sociales.