¿Has escuchado alguna vez eso de la teoría del pintalabios rojo? Seguramente te estés preguntando qué tiene que ver este cosmético con la economía y las finanzas. La respuesta está en la crisis económica.
La prima de riesgo, el endeudamiento, las burbujas económicas, devaluación de la moneda, aumento del paro… ¿Qué tienen en común todas estas circunstancias? Que son factores que pronostican una crisis económica. ¿Entonces cuándo entra en juego el pintalabios rojo? Pues te contamos que las ventas de este pequeño producto se disparan cuando se aproximan tiempos turbulentos para la economía. Si quieres saber todo sobre esta curiosa teoría, ¡sigue leyendo!
Un poco de historia
La Gran Depresión, la gran crisis económica y financiera que se produjo antes de la Segunda Guerra Mundial, fue quizá el punto de partida de esta famosa teoría. Y es que ya entonces, se dispararon las ventas de pintalabios rojo.
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Durante la Segunda Guerra Mundial, Vogue lanzó la campaña ‘¡La belleza es tu deber!’ (‘Beauty is your duty!’ en inglés), que animaba a las mujeres a seguir maquillándose incluso en esos tiempos convulsos, para mostrar fortaleza y seguridad. En Reino Unido, y como en el resto del mundo, se recortó la producción de productos que no eran considerados de primera necesidad y se racionó su consumo. Sin embargo, no fue el caso del pintalabios rojo. Churchill se sumó a la campaña de Vogue y estableció este producto cosmético como un producto de primera necesidad.
Aunque ya se había dado este fenómeno, la teoría no se acuñó hasta el año 2001. El término ‘lipstick effect’ fue acuñado por Leonard Lauder, presidente de la multinacional estadounidense de cosméticos Estée Lauder, al observar un aumento de las ventas de pintalabios durante la crisis provocada por los atentados del 11 de septiembre de 2001. No es casualidad, a la vista de la historia, en épocas de recesión, el consumo de productos cosméticos aumenta, a contracorriente de la economía mundial.
Y la teoría del lipstick effect se ha afianzado con los años: también durante la crisis de 2008 y la reciente crisis provocada por la pandemia de Covid-19 ciertos productos de belleza mantuvieron e incluso incrementaron sus niveles de venta.
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¿Por qué se disparan las ventas de pintalabios rojos cuando viene una crisis?
A la vista de este fenómeno que ha sido recurrente a lo largo de los ciclos económicos del último siglo, es relevante preguntarse por qué ocurre esto. Aunque la teoría no está fundamentada con principios científicos, sí que se ha encontrado una explicación que le da sentido.
Cuando se acerca una recesión, es decir, un periodo prolongado de caída de la actividad económica de un país o conjunto de países, inevitablemente se dan ciertos comportamientos en el mercado, en los bancos y los particulares. En el caso de los consumidores, obviamente tienden a comprar menos productos costosos, pero muchas veces, no quieren renunciar a pequeños caprichos. El pintalabios es el producto de belleza más evidente, pero se podría extrapolar a otros cosméticos de cuidado de la piel, maquillaje o perfumes. Se trata de caprichos asequibles que fortalecen la autoestima y que suponen un pequeño aliciente que levantan el ánimo.
Recapitulando
La prima de riesgo aumenta, los bancos y los particulares se endeudan, se producen burbujas económicas, aumenta el paro… Todos estos factores nos indican que nos acercamos a una recesión. Pero hay un comportamiento generalizado en los consumidores que también pueden indicarnos que se avecina un periodo de crisis económica: el aumento de compras de pintalabios rojos (y otros productos de belleza).
¿A qué se debe este curioso fenómeno que nos ‘avisa’ de las crisis? En épocas de inseguridad y dificultades, solemos necesitar estímulos que nos levanten el ánimo y la autoestima. Adquirir un producto de belleza es un pequeño capricho asequible que puede ayudarnos a sentirnos mejor. Nos remitimos a los datos: durante las crisis económicas de las últimas décadas, las ventas de pintalabios rojos han aumentado de manera notable, de ahí este curioso nombre, el lipstick effect.
