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La OMS califica el edadismo como un problema mundial, una discriminación por edad, estereotipos y prejuicios con respecto al resto de la población. Combatir el edadismo es un reto: está asociado a otros grandes desafíos como el envejecimiento, los sistemas públicos de pensiones y la dependencia, y cómo no, al aumento de la esperanza de vida. En el epicentro de toda esta cuestión: el mercado laboral.
Estar ‘Open to work’ después de los 55 es toda una odisea, pero también es una realidad cada vez más palpable. La edad de jubilación se retrasa, y no solo por la más que evidente necesidad de mantener la hucha de las pensiones, sino también porque muchas personas todavía están en condiciones de seguir trabajando, ya sea por voluntad propia o por necesidad. La esperanza de vida es lo que tiene… Los 50 son los nuevos 40.
Pero lo cierto es que si la búsqueda de empleo ya es compleja en sí misma, aún se complica más cuando llegamos a cierta edad. El entorno laboral se vuelve hostil para los más mayores de la plantilla y no se aprovecha lo suficiente la experiencia ni el talento de los trabajadores seniors.
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Combatir al edadismo es posible con el compromiso de toda la sociedad, las empresas y, sobre todo, de las administraciones, pero el cambio también tiene que producirse en nosotros mismos. En este post te contamos las claves para sacarte partido en el mercado laboral y encontrar trabajo después de los 55.
Talento senior: ¿Cómo encontrar trabajo empleo después de los 55?
En el entorno laboral el edadismo puede darse de muchas formas. El edadismo puede manifestarse de diversas maneras como, por ejemplo, con la preferencia por candidatos más jóvenes, la exclusión de personas mayores por estereotipos negativos, y con una falta de consideración de la experiencia acumulada de los trabajadores senior.
Pero si te has puesto el sello ‘Open to work’ y no solo en LinkedIn, no te preocupes porque vas por el buen camino. Son habituales las dudas, los miedos y las inseguridades sobre cómo encontrar trabajo después de los 55 pero tener la voluntad de cambiar, mejorar y adentrarse en el maravilloso mundo del reclutamiento es el primer paso.
El primer paso está en reflexionar sobre lo que puedes ofrecer a una empresa: piensa en lo que eres bueno, y también en lo que te gusta hacer, y justo entre ambas encontrarás el camino. Ahora toca ponerse manos a la obra.
1. Marca personal: presentación y storytelling
Dando por hecho que estás en la principal red social para encontrar trabajo hoy en día, LinkedIn, y que tienes tu página actualizada, algo muy útil es ir a la página de LinkedIn de la empresa que te interesa, comprobar sus intereses, lo que transmiten y lo que ponen en valor. Fíjate en las personas que trabajan allí, no solo para ver sus aptitudes, sino también incluso para presentarte o conectar con ellos a través de esta red social.
Prepararte una presentación personalizada en cada caso, y que sea como una oportunidad para demostrar y comunicar lo que puedes ofrecer.
Con un storytelling sobre tu propia experiencia laboral, tu historia de vida y trabajo, tus motivaciones, metas, los porqués de estar donde estás, o el qué te ha llevado hasta ahí. Todo cuenta. El relato tiene que estar bien hilado y construido.
Una forma original de hacerlo es a través de un vídeo que puedes grabar fácilmente con cualquier aplicación como Loom o con ayuda de alguien. Saca todas tus aptitudes a través de un relato que esté alineado también a lo que te piden en la oferta de trabajo o a los valores de la propia empresa.
Todos estos tips no son más que una manera de desarrollar una marca personal sólida para poder conectar a través de esta red social con empleadores, contactos, colegas e incluso amigos, que puedan ver y valorar tu experiencia, tu talento senior.
2. Mantén una actitud positiva ante el rechazo o el ‘no’
Importante: mantén una actitud positiva y enfócate en resaltar tus habilidades y experiencia relevantes. Durante este proceso es normal caer en la desmotivación ante el rechazo y el ‘no’, pero la clave es persistir. Trabajar en uno mismo es muy importante, y seguir mejorando es siempre un plus que te lleva al éxito. A veces el truco solo está en ordenar la información sobre uno mismo que ya tenemos, pero saber cómo contarla es fundamental en estos procesos.
También puedes considerar buscar empleadores que valoren la diversidad generacional, buscar apoyo en redes profesionales y organizaciones que luchan contra el edadismo. Y otra opción, con la que no todo el mundo se siente cómodo, es eliminar aquellos datos que puedan generar discriminación y que además no son mandatorios, como la edad o las fechas en las que estudiaste.
3. Ponte al día: formación, adaptación y autodidactismo
Aprovecha para ponerte al día con todo aquello que creas que puede ser útil como por ejemplo con alguna herramienta tecnológica. La adaptación y la formación constante son necesarias para ser competitivo a cualquier edad y puedes ser autodidacta; pregúntate “¿qué he aprendido hoy?”, si la respuesta es que nada, pues ponte a ello con cualquier recurso gratis en internet, desde vídeos en Youtube, podcast, hasta cualquier curso online. Nunca hay que dejar de aprender.
4. Aceptación frente al liderazgo
Demuestra que sabes trabajar en equipo, que eres capaz tanto de liderar como de aceptar el liderazgo de otros, aunque sean más jóvenes. Mostrar la flexibilidad es vital para adaptarse a nuevos entornos y demostrar que no eres un lastre, sino todo lo contrario, siempre estás en disposición de aprender.
5. Demuestra fidelidad
El talento millennial a veces puede ser poco fiel a la empresa. Si una organización entiende que incorporar a un trabajador sénior es apostar por alguien fiel, con contactos y que cree en la empresa, seguro que tendrás más puntos para acceder al puesto de trabajo. Una forma muy sencilla de demostrar esa fidelidad puede ser con tu propia experiencia, los años trabajados en una compañía son la mejor prueba de ello.
En conclusión:
Aunque el edadismo es un problema de discriminación que se sufre más de lo creemos hoy en día, también tienes la oportunidad de combatirlo centrando tus esfuerzos en tu persona, tu carrera laboral y, en definitiva, en tu propia marca personal.
Adáptate a las nuevas tecnologías, a las redes sociales, no pierdas las ganas de seguir formándote, y valora tu propia experiencia y tus conocimientos. Tal vez puedes encontrar el punto en común o la manera de explotarlos a partir de nuevos canales. ¡No te cortes! Publica todo lo que sabes en LinkedIn y comparte tus competencias, tips, consejos… Es una buena manera de hacerte ver.
Lo cierto es que las propias empresas deberían valorar y aprovechar el talento senior, y solo algunas grandes compañías han apostado por ello, descubriendo resultados muy positivos para sus negocios. Sin duda, los reclutadores y las empresas pueden tomar medidas para prevenir la discriminación por edad, y esto incluye la capacitación en diversidad e inclusión, promover una cultura empresarial que valore la experiencia y la diversidad generacional.
Las empresas deben entender, con apoyo de las administraciones, que los vínculos entre diferentes generaciones enriquecen el ambiente laboral, y que así como los jóvenes aportan frescura y dinamismo, los profesionales senior aportan precisión, templanza y experiencia en la ejecución de las tareas.