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Hoy en día la compra de productos de proximidad es una de las bazas que tenemos las personas como consumidores para apostar por un mundo más justo. Es sorprendente que pequeños gestos como este puedan tener una repercusión en las personas, la economía, el medio ambiente y la salud. En este artículo te explicaremos un poco en qué consiste esta idea.
Qué son los productos de proximidad
Los productos de proximidad hacen referencia a aquellos alimentos que se consumen a poca distancia de donde se produjeron. El proceso de conseguir leche o empaquetar bananas es similar. Viendo esto, podría parecer que lo único que cambia es el gasto económico y medioambiental que provoca el transporte. Esta afirmación es correcta, pero hay otras cuestiones que se ven perjudicadas cuando no compramos productos de proximidad. La salud, el sabor, la economía, el papel del consumidor… todos ellos se ven deteriorados cuando empiezan a introducirse intermediarios en un mercado para importar desde otros lugares.
Proteger el producto local no solo repercute en la vida de los productores, sino en las de todos los que estamos a su alrededor. Fomentar industrias locales hace que la economía siga orbitando alrededor nuestro. Esta es una de las premisas del consumo de proximidad. Además, como verás a continuación, en esta teoría hay un fuerte componente de sostenibilidad y ecología. La idea es que cuantas más cortas sean las cadenas de producción, menos efectos negativos dejarán a su paso.
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Razones para consumir alimentos de proximidad
Estos productos redundan en beneficios para todos. Para conseguir que cada vez más consumidores se decanten por ellos, aquí tenemos una serie de razones. Seas del tipo de consumidor que seas, hay un argumento para que empieces a ahorrar y a apoyar un cambio sostenible en el modelo de consumo.
Se trata de productos frescos
Sabemos que un alimento fresco siempre es más sabroso. Esto es debido a que ha sido recolectado en el momento en el que conservaba mejor sus propiedades nutricionales. Generalmente, los alimentos de proximidad son estacionales, por lo que prescinden de conservantes. Tampoco se necesitan cámaras frigoríficas ni cuidados embalajes para largos viajes.
Los olores y sabores de siempre
Hoy en día en una sola visita al supermercado es posible encontrar alimentos de diferentes partes del mundo. A menudo se trata de un tipo de producción intensiva y con aditivos que ayuden a conservar los alimentos en los trayectos. Los productos recolectados en la tierra y cultivados como siempre mantienen viva una esencia. Es un sabor que reconocen desde abuelos hasta jóvenes. Es importante que como sociedad tratemos de preservar esa línea que nos conecta con nuestro pasado. Además, los sabores de la tierra son ricos y profundos, por lo que despertarán todos nuestros sentidos.
Conservemos la biodiversidad
El consumo de proximidad ayuda a preservar la fauna y la flora tanto en las zonas de plantación locales como en otras partes del mundo. Cuanto menos viajen los productos, más intactos quedarán los bosques y campos que los rodean. Además, consumir producto local evita que se utilicen terrenos en países subdesarrollados para la agricultura intensiva, que aniquila especies y modos de vida.
Adaptado al consumidor
Cuanto más cerca esté el producto del consumidor final, más adaptado estará a sus gustos y exigencias. A menudo los alimentos se importan de países extranjeros y tierras lejanas con costumbres de consumo muy distintas a las nuestras. Si no estamos de acuerdo con la calidad o con algún otro aspecto, es difícil que podamos ir a reclamar al productor. En cambio, cuando apuestas por alimentos de proximidad, tienes garantizado que el productor está cerca e integrado en los sistemas de reclamación locales.
Respetuoso con el planeta
Al decantarte por estos productos, tu acción está ayudando a cuidar el medio ambiente y reducir algunos de los principales factores del cambio climático. Los gases contaminantes que se emiten durante la distribución se limitan, ya que el envío de estos productos desde el punto de partida hasta el consumidor es corto.
Además, para mandar productos de un rincón a otro del mundo son necesarios unos embalajes específicos. Estos embalajes contienen a menudo plásticos y otros materiales que acaban convertidos en residuos.
Tu salud debe ser lo primero
En la industria de producción globalizada se utilizan una serie de pesticidas, químicos y compuestos sintéticos que pueden tener efectos secundarios en la salud de las personas. Estos elementos deberían estar desterrados de nuestra dieta. El principal damnificado puede ser el sistema nervioso. Niños y mayores son los más afectados por este tipo de situaciones. También pueden producirse infecciones fruto de malos controles sanitarios o de procesos de transporte demasiado largos, en los que el alimento se ha deteriorado inevitablemente.
Ahorras
La economía a gran escala de un mundo globalizado puede acarrear sobrecostes que acaba pagando el consumidor. Ya se trate de aranceles, embalajes caros o largas rutas de transporte, todos estos costes redundan en el precio final. Puedes hacer la prueba comparando algunos de los productos que compras habitualmente de proximidad con su alternativa en el mercado.
La economía de todos, en el centro
El producto de proximidad es una manera de invertir en quien tienes al lado. Si todos hiciéramos lo mismo, en todo el mundo se fomentaría el trabajo agrario y ganadero de calidad. Para que los pequeños comerciantes y proveedores puedan seguir manteniendo sus empleos y ciertos modos de vida, es importante apoyarles.Es fundamental cambiar las claves del poder en los mercados y empezar a aplicar la cooperación. Si apuestas por el producto de proximidad, estás recompensando el trabajo y la audacia empresarial de esa persona. Si por el contrario acudes a grandes centros comerciales, el margen que recibe el productor a partir del precio es mucho menor.
Conclusiones sobre sostenibilidad y mucho más
Comprar productos de proximidad es un hábito cada vez más extendido, por lo que tus acciones individuales tendrán más repercusión. Si tú también crees que hay otra manera de vivir, consume como piensas. Los productores, el medio ambiente y las generaciones futuras agradecerán esta clase de gestos a la hora de llenar la cesta de la compra. Apúntate tú también al cambio de consumo.