Persona leyendo etiquetas de alimentos en un supermercado.
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Etiquetas de alimentos: cómo interpretarlas

Enero 13, 2025 6 min

Se acabó eso de acercarse a la etiqueta de un alimento hasta la nariz para conocer los ingredientes o volverse loco buscando los alérgenos en el paquete. Desde finales de 2014 se aplica en España el Reglamento Europeo 1169/2011 sobre información al consumidor, que implica cambios en la etiqueta de los alimentos. El objetivo de la normativa es proteger la salud de los consumidores y acercarles la información nutricional exigida para que puedan elegir comprarlo o no.

¿Para qué sirve la etiqueta de un alimento?

Las etiquetas de los alimentos aportan información al consumidor sobre los valores nutricionales, la cantidad de calorías, en su totalidad y por porciones, del producto que está a punto de comprar. Leer las etiquetas y entenderlas permite tomar decisiones más conscientes y saludables al hacer la compra.

“La nueva ley de etiquetado nutricional pretende dar una información más clara y práctica a la población para que pueda tener más herramientas a la hora de decidir lo que consume”, explica Cristina Lafuente, dietista de Alimmenta. También destaca que gracias a este cambio en la normativa se da más importancia a los valores nutricionales con un mayor impacto sobre la salud del consumidor como son la energía, las grasas saturadas, los hidratos de carbono, los azúcares, las proteínas y la sal.

¿Qué incluye la etiqueta de un producto alimenticio? Qué se debe buscar y encontrar en ellas

Tal y como explicó la Comisión Europea, la modificación tiene como objetivo dar herramientas para que los consumidores puedan decidir con mayor conocimiento los alimentos que compran. A partir de ahora se podrán comparar calorías, grasas, hidratos, proteínas, azúcares y sal por cada 100 gramos o mililitros de producto.

Gracias a este nuevo DNI, cada producto desvela sus secretos mejor guardados y se hará hincapié en si contiene alguno de los catorce alérgenos más comunes, así como las grasas, las grasas saturadas y otros elementos. De igual forma que los restaurantes incluyen en sus menús los símbolos de los 14 alérgenos declarados obligatorios, las etiquetas de los productos que compramos también deben incluirlos de manera que se identifiquen rápidamente. Así lo indica el Reglamento, que exige destacar los alérgenos del resto del listado de ingredientes en otra letra, estilo o color.

Si nos fijamos en las principales modificaciones que introduce este Reglamento Europeo, destacan los siguientes cambios:

  • Adiós a la letra minúscula: se incide mucho en que las etiquetas nutricionales de los productos sean más legibles y claras. La letra debe ser de un mínimo de 1,2 milímetros de altura y en los envases de menor tamaño puede ser de 0,9mm.
  • ¡Ojo con los alérgenos!: se deberán destacar con letra distinta o en negrita si el producto contiene alguno de los 14 alérgenos más comunes.
  • Igualdad en las cantidades: las cantidades se indican por 100 gramos o 100 mililitros para poder comparar. Además, se marca el % que representa sobre la cantidad diaria recomendada para un adulto.
  • ¿Cuántas veces ha sido congelado?: carne, preparados de carne y productos de pesca tendrán que indicar la fecha de congelación o de primera congelación. Los alimentos que hayan sido sometidos a un proceso de congelación y luego se vendan descongelados también deberán indicarlo en la etiqueta.
  • Aceite vegetal pero ¿de qué tipo? Hasta ahora no era obligatorio indicar la procedencia del aceite vegetal, de tal forma que el consumidor relacionaba esta mención como algo saludable. No obstante, “resulta que uno de los aceites vegetales más utilizados en la industria es el aceite de palma, vegetal sí, pero rico en grasas saturadas, por lo que no es el más recomendable”, detalla Lafuente de Alimmenta. La nutricionista añade que hay que evitar los alimentos en cuya etiqueta aparezca el aceite de palma o “tomarlo en pequeñas cantidades y de forma ocasional”.
  • ¿De dónde viene la carne? Habrá que indicar la procedencia de la carne fresca de cerdo, ovino, caprino y aves de corral. Hasta ahora solo era obligatorio indicar el origen de la carne fresca de vacuno, las frutas y las verduras, la miel y el aceite de oliva.
  • Otra de las obligaciones que recoge esta normativa sobre la información alimentaria facilitada al consumidor es la de incluir el país de origen.
  • ¿Sodio o sal? Con la nueva normativa será obligatorio hablar de sal, una palabra que entiende todo el mundo y no se podrá utilizar “sodio” como hasta ahora. Si nos fijamos en la cantidad más recomendada para considerarse un alimento saludable, la OMS recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día en adultos, equivalente a menos de una cucharadita al día o a una ingesta menor de 2.000 mg al día de sodio.

Cómo leer el etiquetado nutricional

Las etiquetas de los alimentos son una herramienta esencial para entender qué estás consumiendo y es especialmente útil para gente con intolerancias o con dietas específicas. En cualquier caso, cuando te encuentres frente a un envase, empieza revisando cuál es el tamaño de una porción, ya que toda la información nutricional se basa en esa cantidad y en la total.

Observa las calorías de la porción o por cada 100 gramos y ajusta según la cantidad que consumes. Analiza también los carbohidratos totales, prestando atención a los azúcares y la fibra, especialmente si manejas condiciones como la diabetes. Revisa las grasas, priorizando opciones bajas en grasas saturadas y trans. El contenido de sodio también es clave, particularmente si debes controlar tu consumo de sal. En cualquier caso, utiliza el porcentaje del valor de una porción como referencia, adaptándolo a tus necesidades calóricas específicas.

Los alérgenos en un producto

Los alérgenos son sustancias presentes en ciertos alimentos que pueden desarrollar una reacción alérgica en personas susceptibles a ellos. Según el Reglamento Europeo mencionado a lo largo del artículo, el consumidor debe tener acceso a los alérgenos presentes en cada producto para tomar decisiones que se adapten a sus necesidades individuales. 

Estos son los 14 alérgenos comunes y declarados que deben destacarse en las etiquetas de los alimentos:

  • El gluten presente en varios cereales 
  • Los crustáceos
  • La presencia de huevo
  • Pescado
  • El cacahuete 
  • La soja
  • Las proteínas de la leche
  • Frutos secos 
  • Apio
  • Mostaza
  • Los granos de sésamo
  • Los sulfitos
  • El altramuz
  • Los moluscos

Recapitulando, la importancia de entender la etiqueta nutricional de los alimentos

Entender las etiquetas nutricionales permite tomar decisiones informadas sobre los alimentos que consumimos, identificando nutrientes clave, alérgenos y cantidades recomendadas. Saber cómo leer las etiquetas de un alimento es una herramienta esencial para saber lo que comemos y cuidar nuestra salud, especialmente en dietas específicas o con restricciones alimentarias.

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