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El ahorro es una de las máximas preocupaciones y quizás una de las variables más importantes a la hora de planificar un futuro. Además, el ahorro es un aspecto que varía en función de cada situación y de los objetivos que se quieran lograr.
Los comienzos son una parte muy importante de todo tipo de procesos, incluso también para el del ahorro. Ahora bien, a la hora de plantearnos cómo ahorrar para el futuro, surgen muchas cuestiones para las que, además, existen múltiples respuestas en función de la manera en la que se enfoque el concepto de ahorro.
¿Te preguntas qué cantidad debe destinarse al ahorro? ¿Te gustaría saber cómo conseguir que parte del dinero quede a buen recaudo para un futuro? En este post veremos qué es el ahorro, los tipos que existen en función de los objetivos marcados y, además, hablaremos sobre diferentes tipos de métodos de ahorro que existen. Si quieres solucionar todas estas dudas antes de comenzar con un plan de ahorro, ¡sigue leyendo!
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¿Qué es el ahorro?
La Real Academia Española recoge varias definiciones del verbo ahorrar, entre las que destacamos las siguientes:
- “Reservar una parte de los ingresos ordinarios”.
- “Guardar dinero como previsión para necesidades futuras”.
- “Evitar un gasto o consumo mayor”.
A pesar de que el concepto de ahorro puede ser visto como un gesto diario o incluso pasar desapercibido, se trata de un aspecto que puede marcar nuestro futuro de manera determinante.
A grandes rasgos, entendemos el ahorro como un comportamiento con el que contenemos nuestros gastos, reservamos de manera periódica parte de nuestros ingresos o los invertimos. Ahora bien, independientemente del comportamiento de ahorro que prioricemos, lo importante para poder conseguir hacerlo realidad es ponerse objetivos.
Objetivos: clave para ahorrar para el futuro
Sentimos desvelar que no existe una fórmula mágica para ser un buen ahorrador. No obstante, el secreto reside en analizar la situación y encontrar el mejor camino. Para ello, es esencial autoanalizarse y ser conscientes de tres aspectos:
- qué hábitos de consumo seguimos
- qué gastos son imprescindibles
- qué gastos podemos recortar.
Conocer estos detalles nos ayudará a crear un plan de ahorro a medida y adaptado a nuestras necesidades. Para ello, recomendamos planificar, organizar y apuntar (bien en papel o en alguna aplicación pensada para ello) los gastos, de manera que puedas conocer los tres aspectos esenciales. Una vez lo consigas, el siguiente paso consistirá en poner objetivos realistas en base a todo ello.
A pesar de que no exista un método infalible de ahorro, la constancia y el compromiso serán los aliados perfectos y esenciales a la hora de cumplir aquellas metas que te propongas.
Establece metas en el tiempo
Marcar pequeños logros a lo largo de un proceso ayudará a tener una perspectiva del avance y, sobre todo, a mantener la motivación por conseguir el objetivo final: el ahorro. Establecer una meta en el tiempo puede ser de gran utilidad a la hora de ver el final de esa etapa. Veamos qué objetivos de ahorro podemos marcar en el tiempo.
A corto plazo
Esta opción puede ser una forma genial para comenzar a establecer el hábito del ahorro de forma suave. Poniéndonos metas pequeñas, como comprar un smartphone nuevo o preparar un viaje, veremos los resultados a corto plazo. La satisfacción que nos provocará puede ayudarnos psicológicamente a fijar una rutina de ahorro más estable en el tiempo.
A medio o largo plazo
En este punto podríamos incluir metas más sostenidas en el tiempo, como la entrada de un piso, la jubilación o la educación de los hijos. En estos casos, en los que el tiempo de ahorro va a ser más largo, lo más inteligente es poner ese dinero a trabajar en una cuenta de ahorro o de inversiones, para que nos dé la máxima rentabilidad posible.
Objetivos
A la hora de enfocar nuestro ahorro, sea en el plazo que sea, nos ayudará el hecho de fijar unos objetivos, que podemos encuadrar en estas cuatro categorías:
- Ahorro para un colchón financiero
Este objetivo prevé contar con una cantidad determinada de dinero disponible para ser usada en caso de que surja algún imprevisto o emergencia.
- Ahorro para una meta específica
Se trata de un objetivo a corto plazo y es el tipo de ahorro que planeamos para hacernos con un bien o experiencia concreta. Con una buena organización de ahorro semanal o mensual a semana, perseguir y terminar consiguiendo esa meta puede ser un proceso ameno e incluso didáctico.
- Ahorro para inversiones
Si nuestra meta se sitúa más en el corto o medio plazo, invertir ese dinero ahorrado mes a mes es una magnífica forma de multiplicar nuestro dinero. Las opciones son infinitas: podemos optar por invertir en fondos, acciones, en bienes inmuebles… Lo importante es valorar las posibilidades y opciones con detenimiento, consultando siempre que sea posible con algún experto.
Es el objetivo más a largo plazo, pero el ahorro para el momento de la jubilación es una práctica que se vuelve cada vez más esencial. Para complementar nuestra pensión pública es clave comenzar lo antes posible a guardar una parte de nuestro sueldo mensual.
Métodos de ahorro
Existen infinidad de estrategias para reducir gastos y ahorrar. En definitiva, para ser más conscientes de cómo distribuimos y usamos nuestros ingresos. A continuación, destacamos algunos de los métodos de ahorro que pueden ser útiles en función de los objetivos que te hayas marcado.
Este método de ahorro consiste en dividir los ingresos en tres partes. Un 50% debe destinarse a los gastos básicos imprescindibles, un 20% debe ahorrarse y el 30% restante será el que pueda usarse para los gastos personales. Es en esta última categoría en la que podemos incluir los más que conocidos caprichos.
Este concepto de ahorro propone dividir los ingresos en porcentajes diferentes a los del método anterior. Concretamente, la división de las cantidades resultaría así:
- 55% destinado a gastos del día a día
- 10% debe ser ahorrado
- 10% destinado a educación
- 10% para inversiones a largo plazo
- 10% para caprichos
- 5% para obras benéficas.
Este es un método sencillo para introducirse en el hábito del ahorro. En él, el concepto de ahorro pasa por ir aumentando en un euro la cantidad reservada cada semana durante un año. En la primera semana, ahorraremos un euro; en la segunda, dos, y en la última del año, 52 euros. Así, a final de año habremos ahorrado un total de 1.300 euros.
Este método de ahorro japonés no es más que un cuaderno de cuentas para la economía doméstica. El objetivo es anotar todos y cada uno de los gastos, desde grandes compras hasta las más insignificantes que llevamos a cabo cada día. Puedes organizar tus ingresos de la forma más conveniente e ir haciendo revisiones semanales. De esta forma, será posible tener una visión global e identificar cómo ahorrar más y mejor.
- Un objetivo: Ahorrar 600 euros al mes
Este método propone realizar algunos cambios en los gastos cotidianos que pueden resultar en un gran ahorro. Revisar los contratos de luz, agua y gas, los de teléfono e internet, o elegir métodos de transporte más económicos, son algunas de las recomendaciones para hacerlo.
¿Cómo ahorrar para el futuro día a día?
La palabra “futuro” es sin duda la que más casa con el concepto de ahorro en nuestra mente. Ya lo hemos comentado, pero ahorrar para cuando llegue el momento de nuestro retiro es quizás el objetivo más universal.
La máxima que debemos tener en cuenta es que pequeños ahorros a largo plazo son grandes ahorros. Para lograr este objetivo nos será muy útil revisar algunos gastos comunes en los que podamos ahorrar día a día y que a largo plazo suponen un gran ahorro: el gasto en gasolina, en las facturas de la luz y del agua…
Además, si empezamos pronto con nuestro plan de ahorro para la jubilación, las aportaciones podrán ser más reducidas e iremos creando paulatinamente un colchón que, a la larga, agradeceremos.
Factores que determinan el ahorro
Es importante señalar que existen infinidad de factores que pueden condicionar nuestra forma de ahorrar o incluso nuestra falta de hábitos de ahorro. Nuestra personalidad, cultura, entorno social o la propia psicología tienen una repercusión en nuestra relación con el dinero.
Por otra parte, la inflación es el indicador que determina los movimientos de los precios, y no debemos perderlo de vista para evitar que los ahorros pierdan poder de compra. La idea es que los ahorros crezcan por encima del ritmo al que aumenta el precio del dinero. VidaCaixa tiene un compromiso, y es asegurar que el ahorro sea sostenible además de rentable. El ahorro responsable garantiza ambas cosas: los planes de pensiones y las herramientas de ahorro a largo plazo contribuyen a construir una sociedad más igualitaria.