“El cerebro es una carretera paradójica”, asegura el neuropsicólogo José Antonio Portellano. “Cuantos más coches pasan por una carretera, más se desgasta el asfalto; sin embargo, con el cerebro ocurre lo contrario: cuanto más se usa, más se activa”.
Como decíamos en el blog hace unos días, el cerebro es un músculo que debe mantenerse en forma para hacerse mayor de la mejor forma posible. Si sólo nos fijamos en el desgaste que sufren nuestros huesos o nuestra piel por el paso del tiempo, estaremos dejando de lado un órgano esencial. Es por eso que los expertos recomiendan acudir a pasatiempos como los crucigramas, los sudokus o las sopas de letras para mantener la actividad mental en perfecto estado.
Ocupar nuestro tiempo libre con ejercicios de este tipo no solo nos permite pasar un buen rato, sino que, además, nos ayuda a usar estrategias de razonamiento, atención y lógica.
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Dedicar algo de esfuerzo a resolver pasatiempos tiene múltiples ventajas. A continuación os desvelamos algunas de las que podréis encontrar agrupadas en el manual editado por la Obra Social “la Caixa”:
- Sudoku: Este famoso pasatiempo estadounidense se popularizó internacionalmente en 2005 y aporta grandes beneficios a nuestro músculo cerebral, entre los que destacan mejoras en la percepción, en la memoria y en la estrategia de planificación. Además, cuando resolvemos un sudoku ejercitamos la memoria de trabajo, la coordinación y la lógica.
- Sopa de letras: Creado en la segunda mitad del siglo XX, consiste en descubrir un número determinado de palabras escondidas en un cuadro lleno de letras sin sentido aparente. Gracias a ejercicios de este tipo se practican habilidades como el lenguaje, la atención, la concentración y la memoria semántica, entre otras.
- ¿Cuántos hay?: Presenta una serie de figuras que incluyen en su interior múltiples réplicas de la misma forma geométrica. Preguntando, por ejemplo, cuántos triángulos podemos ver en la imagen, se entrenan la atención, la concentración, la capacidad visoperceptiva (Què vol dir?), la flexibilidad de pensamiento y la perseverancia, entre otras.
- Crucigramas y autodefinidos: Rellenar cuadrículas con letras para formar palabras gracias a distintas definiciones nos aporta sobre todo capacidades lingüísticas como la memoria semántica. Además, nos hace trabajar la flexibilidad mental por asociación de ideas entre definición y palabra y por decidir qué opción encaja con la longitud propuesta.
- Laberintos: Con este ejercicio que parece tan simple se trabajan diversas habilidades. Por un lado, funciones ejecutivas como la habilidad para resolver problemas o planificar, así como la flexibilidad cognitiva. La atención, la concentración y la coordinación visomotora son otros de los campos ejercitados.
- Buscar diferencias: Comparar dos dibujos o dos fotografías que a primera vista parecen iguales y encontrar un número determinado de diferencias nos aporta altas dosis de capacidad de observación y atención. Además, nos da la habilidad para analizar sistemáticamente y de forma ordenada las situaciones. Y como no, nos ayuda a trabajar la paciencia.
Tener desgastado el asfalto de nuestro cerebro, citando al doctor Portellano, es siempre positivo. Vale la pena apostar por cuidar nuestra mente tanto o más de lo que lo hacemos con nuestro cuerpo. Nos permitirá hacernos mayores con la mayor calidad de vida posible.