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Desde hace unos años llevamos escuchando y leyendo en prensa, radio, televisión y redes sociales acerca de un fenómeno que se da en el supermercado. Se trata de una diferencia desorbitada de precios entre productos que tienen la misma funcionalidad, pero que disponen de una característica diferente, normalmente el color.
Hablamos de la pink tax, o tasa rosa en castellano, un término que apareció en 2014 en Francia y que desde entonces se ha expandido por todo el mundo, incentivando el debate social. Pero ¿qué es esta tasa rosa? ¿Y por qué ha generado tanto revuelo? Sigue leyendo para descubrir por qué el color rosa es más caro que otros.
¿Qué es la tasa rosa?
La tasa rosa, también conocida como impuesto rosa, hace referencia al precio extra de los productos destinados al público femenino, en comparación con aquellos, de similares características y prestaciones, destinados al mercado masculino.
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Si paseamos por los lineales del supermercado podemos ver ciertas diferencias, ciertamente abrumadoras, si comparamos los precios de productos que podríamos decir que son idénticamente iguales y cuya utilidad final es la misma. Entonces, ¿a qué se debe la diferencia de precios? En muchos de los casos a su color, el rosa.
El color rosa se ha direccionado tradicionalmente a un público objetivo específico, el femenino, creando así estereotipos que llegan a impactar a nivel psicológico. Así lo explica la psicología del color, que atribuye a este espectro de luz las características de dulzura, feminidad, amistad o delicadeza.
La mayoría de estos artículos son de higiene personal femenina, convirtiéndola en un auténtico lujo, que afecta al precio final de la cesta de la compra de todas las mujeres, quienes llegan a pagar hasta un 25% más en comparación con aquellos productos «para hombres».
¿A qué productos afecta la tasa rosa?
El foco de la tasa rosa se entrelaza con otro concepto relacionado, el impuesto menstrual. Ambos conceptos ponen el foco en productos cuyos principales consumidores son las mujeres.
El ejemplo más esclarecedor de esta tasa rosa lo encontramos en las maquinillas de afeitar desechables. Un producto que llega a duplicar su precio por tener un embalaje de color rosa, dirigido al mercado femenino, 0,23 € por unidad, frente al mismo producto dirigido al mercado masculino, 0,09 € por unidad. Misma funcionalidad, pero precio muy distinto.
Entre los productos afectados por esta tasa encontramos:
- Productos de higiene íntima: compresas, copa menstrual, salvaslips, tampones.
- Productos de cuidado personal: geles, cremas, maquinillas de afeitar o colonias.
- Otros: ropa o juguetes.
¿Por qué existe la tasa rosa?
Estereotipos, marketing y comunicación, costes de fabricación… Estos son algunos de los motivos relacionados (o causantes) con la tasa rosa. Hemos encontrado múltiples explicaciones para estas diferencias de precios.
Los expertos en marketing y comunicación afirman que estos productos llegan a costar un 25% más que los dirigidos a hombres a consecuencia de estrategias de marketing aplicadas, como la personalización de los productos, en la que se aplica la psicología del color o la modificación de otros atributos del producto que no cambian su utilidad, pero sí su presentación en cuanto a embalaje o estética visual.
Según los estudios, existe una propensión positiva, por parte de las mujeres, hacia la compra de productos más personalizados. Esto se relaciona con el impacto cultural y social que ha vivido la mujer, basado en estereotipos que se han ido expandiendo hacia las campañas de comunicación y marketing.
Por otro lado, la industria señala que este incremento de precios se debe a la dificultad en la fabricación de estos productos. Con ello se refieren a diferentes aspectos como la producción a menor escala, la dificultad de tratamiento de algunos de los materiales o la personalización del producto, como puede ser un diseño más ergonómico.
¿Cómo es la tasa rosa en España?
La tasa rosa ha suscitado un debate social a nivel mundial. Gobiernos y organizaciones intentan reducir el IVA actual de los productos de higiene femenina ante la presión de algunos colectivos y otras organizaciones como la ONU y FACUA, las cuales han pedido directamente eliminar la tasa rosa porque dificulta el empoderamiento de mujeres y niñas.
El debate tuvo eco hasta en el Parlamento Europeo, que ya en 2018 publicó un informe donde proponía el reparto de productos de higiene menstrual en espacios públicos de manera gratuita. Una medida para luchar contra la «pobreza de la menstruación».
En España, dos de cada 10 mujeres tienen dificultades económicas para acceder a estos productos básicos, a los que no pueden renunciar. Ante tal situación, algunas comunidades autónomas han puesto en marcha iniciativas contra la tasa rosa; por ejemplo, Cataluña repartió estuches con productos menstruales reutilizables en centros escolares, servicios sociales y penitenciarios.
En cuanto a la Comunidad Canaria, han reducido los gravámenes en artículos femeninos desde 2018, cuando se eliminó cualquier porcentaje de IVA sobre ellos, pasando de un 3 a un 0%.
En el resto de Europa, algunos países como Irlanda han eliminado cualquier tipo de gravamen, mientras que otros como Alemania han pasado de un IVA del 19 al 7%. Una tasa más asequible que ayuda también a afrontar la subida de la cesta de la compra.
¿Cuánto puede suponer la diferencia de la tasa rosa?
En toda su vida, las mujeres se gastan alrededor de 2.500 euros para adquirir productos de higiene personal orientados a la menstruación. Actualmente, estos productos de higiene femenina están gravados con unos impuestos un tanto superiores a los de otros productos de primera necesidad; en concreto, se sitúan con un IVA del 10%, frente al 4% de otros bienes como el pan o la leche.
En algunos casos, el precio de la versión «femenina» se puede llegar a incrementar hasta un 7%. Si se aplicara el gravamen de los productos de primera necesidad, el consumidor se podría llegar a ahorrar hasta 14 céntimos por producto. Una cifra que a primera vista podría parecer insignificante, pero que en el panorama económico actual es realmente significativa para muchas familias que necesitan ahorrar.
Recapitulando
Diversos movimientos contestatarios han aparecido para combatir la tasa rosa, con el fin de mitigar la pobreza de la mujer. De hecho, se trata de uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU: el empoderamiento de mujeres y niñas que sufren dificultades para alcanzar la igualdad de género y una independencia económica.
Sea cuestión de marketing o de fabricación, los productos afectados con este impuesto están recibiendo el apoyo necesario para que sus gravámenes sean parcial o totalmente eliminados y fomentar así un acceso factible a productos básicos que son necesarios para más del 49% de la población mundial.