En las próximas décadas, asistiremos a un cambio casi sin precedentes en el mundo laboral. Así lo determina PwC en su estudio Trabajar en 2033, donde apunta el envejecimiento de la población como una de las causas del nuevo panorama: “trabajadores más independientes, infieles, internacionales y emprendedores”.
Esta situación provocará una transformación tanto en la forma de trabajar como en los tiempos: “tendremos más autoempleo y contratación a tiempo parcial, el mercado laboral será el mundo, la gente cambiará más de trabajo, trabajar a la vez por varias compañías o empleadores distintos será algo cotidiano y los profesionales serán más internacionales y emprendedores”, dice el estudio.
El aumento de la esperanza de vida es un fenómeno que provocará cambios en muchos aspectos, y en este blog nos hemos fijado en alguno de ellos, como el efecto que tiene en el sistema de pensiones. Esta transformación demográfica también tiene efectos en la situación laboral. Son ya muchos los expertos que apuntan a la necesidad de alargar la vida laboral. En una entrevista en este blog, el director del Centre d’Estudis Demogràfics, Albert Esteve, opinaba que “la gente entra a trabajar mucho más tarde, cotiza mucho más tarde, probablemente los que tengan 65 años dentro de 40 años no serán iguales a los que tienen 65 años hoy”. Según Esteve, el aumento de la esperanza de vida está rompiendo la idea de asociar edad avanzada con un determinado tipo de salud: “Hoy una persona de 50 años no se considera vieja, casi se podría decir que está en la flor de la vida. Si tienes 65 años y estás en un contexto en el que la gente se muere a los 70 años seguramente no te atreves a abrir un negocio. Ahora bien, si sabes que tienes 40 años por delante todo cambia…”.
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Ante este panorama, ¿habrá trabajo para todos en 2033? Según PwC, sí y no. Por una parte, durante estos años se prevé un aumento de la mano de obra en España del 22% y una caída de la tasa de paro del 6,7%. Cifras positivas que sin embargo se centran en aquellos profesionales con una cualificación media y alta. Mientras que estos colectivos llegarán al pleno empleo, los profesionales menos preparados tendrán más dificultades para encontrar trabajo. En este sentido, el informe apunta que la formación continua ya no será una opción, sino una necesidad.
Es por ello que el informe da un consejo a los estudiantes y a toda la población activa: “Preocuparse por su empleabilidad para encontrar o mejorar su puesto de trabajo”. Es decir, estar en forma para acceder al mundo laboral. PwC aconseja a las instituciones ofrecer una educación más vinculada a las demandas de las empresas que también potencie el emprendimiento. El estudio subraya la necesidad de dedicar tiempo a pensar en la carrera profesional a medio plazo, un ejercicio que implica acostumbrarse a ser previsores, tanto en el ahorro para poder invertir en nuestra formación continua como en establecer contactos mediante la participación en eventos y en las redes sociales. Sabemos cómo será el futuro, ahora se trata de prepararnos para recibirlo.